Jos¨¦ Mari rompe al Deportivo
El Atl¨¦tico se impone al contragolpe
En un d¨ªa con mucho aire, el Atl¨¦tico se encontr¨® con el viento de cola: Jos¨¦ Mari marc¨® en el primer minuto y puso un partido comod¨ªsimo para el equipo rojiblanco. La oposici¨®n del Deportivo fue m¨ªnima, la t¨ªpica prestaci¨®n de los equipos que dan la Liga por acabada. Aunque su problema es de fondo. Despu¨¦s de forjarse una identidad muy definida -gente profesional, dos o tres brasile?os de gran calidad y un esp¨ªritu competitivo que le coloc¨® por dos veces a las puertas del t¨ªtulo-, el Deportivo ha perdido la onda. Es una suma improductiva de jugadores de aqu¨ª y de all¨¢, sin compromiso con el club y sin inter¨¦s por recuperar el prestigio perdido.Tampoco el Atl¨¦tico realiz¨® nada extraordinario. Como el f¨²tbol tiene un car¨¢cter voluble, los goles del Atl¨¦tico se produjeron cuando peor jugaba el equipo. Pero la ayuda de los defensores del Deportivo result¨® inestimable. En el primer ataque rojiblanco, Jos¨¦ Mari hizo todo perfectamente, y Ramis imperfectamente. Lo bueno de Jos¨¦ Mari fue su arrancada, su cambio de direcci¨®n, un recorte estupendo y el remate, que no lo fue, porque dej¨® la pelota junto al palo y delicadeza. Lo malo de Ramis fue su ineficacia para tapar la carrera de Jos¨¦ Mari y su debilidad para aguantar el regate en el ¨¢rea. Vamos, que se lo comi¨® y dej¨® a Jos¨¦ Mari frente al portero.
El Atl¨¦tico le sac¨® un gran rendimiento a ese gol, aunque su juego fue bastante vulgar en el primer tiempo. Se retras¨®, junt¨® las l¨ªneas, meti¨® bastante pierna y esper¨® alg¨²n contragolpe. Llegaron pocos, aunque parec¨ªa el partido ideal para Jos¨¦ Mari, siempre desbordante. Cada una de las carreras de Jos¨¦ Mari tuvo un efecto desestabilizador en la defensa del Deportivo, que no estaba para ruidos.
Durante unos minutos, el Deportivo hizo como que hac¨ªa. Dispon¨ªa de la pelota, jugaba en el campo del Atl¨¦tico y se acercaba levemente al ¨¢rea. Pero a su juego le faltaba intensidad y buenas decisiones, aunque resulta dif¨ªcil decidir con futbolistas mediocres. El paso de Bebeto y Rivaldo a Abreu y Scaloni es desolador. Este Abreu pertenece a una nueva raza de jugadores propagada por la prensa, que agita y r¨ªe las tonter¨ªas de gente que se autoproclama loca. As¨ª que Abreu act¨²a para las c¨¢maras de televisi¨®n. Pero jugar no juega. o por lo menos no tiene la intenci¨®n de hacerlo.
Con todas sus intermitencias, Fran realiz¨® lo m¨¢s decente del Deportivo. Al menos es un futbolista claro, capaz de cumplir con lo b¨¢sico: un pase a un compa?ero, un cambio de frente, una pared. Los dem¨¢s interpretan el f¨²tbol con una confusi¨®n alarmante. Hadji, Scaloni y Basir se enrededaron en cada bal¨®n. Su falta de clase supone una mal¨ªsima noticia para el Deportivo si pretende seguir con este equipo para la pr¨®xima temporada.
El Deportivo amag¨® y no di¨® durante veinte minutos. El Atl¨¦tico se tapaba y jugaba mal. El segundo gol reprodujo a la perfecci¨®n el estado del encuentro. C¨®rner a favor del Deportivo, Molina descuelga la pelota, duda entre esperar o sacar largo, finalmente la tira lejos, a ver qu¨¦ pasa. Y lo que pasa es que la defensa gallega es incapaz de controlar a Jos¨¦ Mari, que baja el bal¨®n, lo cede a un centrocampista y sale a la carrera. Sorprendentemente, los centrales entran en estado de shock: tiran el fuera de juego a destiempo y dejan que Jos¨¦ Mari progrese hasta el primer palo. Desde all¨ª mete el pase y, por supuesto, Paco ayuda bastante: remata contra su porter¨ªa.
El tercer tanto tambi¨¦n fue un accidente dentro de un partido destemplado. Bonisel carga con el hombro a Kiko y el ¨¢rbitro decreta penalti. No lo era, pero los ¨¢rbitros son gente impredecible. Con el tercer gol, el Atl¨¦tico se dio al contragolpe y el Deportivo a la vida muelle. No le iba este partido, y menos con tres goles en contra.
Se vio al mejor Atl¨¦tico en la segunda parte. No recibi¨® una sola ocasi¨®n de gol y practic¨® la contra con bastante agilidad, especialmente cuando intervino Jos¨¦ Mari, que a?adi¨® otra cualidad a su juego: busc¨® a Kiko con reiteraci¨®n y ya se sabe que Kiko mejora cada jugada. Para Paco y Ramis supuso un grave problema la velocidad de Jos¨¦ Mari y el ingenio de Kiko. Sin embargo, los goles no llegaron. Se vio alguna jugada espl¨¦ndida -una par¨¢bola de Pantic que se estrell¨® en la escuadra- y tres apariciones que parec¨ªan definitivas de los delanteros rojiblancos. No lo fueron. El f¨²tbol es juguet¨®n: tres goles en un mediocre primer tiempo y nada en un aceptable segundo. Aceptable del Atl¨¦tico. Del Deportivo no hubo noticias.
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