Menem apadrina a Palito Ortega
El cantante que triunf¨® con ?La felicidad' dispondr¨¢ de 40.000 millones al a?o para alegrar a los pobres de Argentina
Ram¨®n Palito Ortega, ex cantautor argentino de dudosas aptitudes, pero extremadamente popular, aquel que hizo furor con La felicidad y Qu¨¦ chabocha la chevecha, ha visto cumplida una primera parte de su sue?o y ambici¨®n de llegar junto a la m¨¢xima jefatura de la naci¨®n. El presidente Carlos Menem le ofreci¨® la pasada semana un puesto en el Gobierno, a trav¨¦s de la Secretar¨ªa de Desarrollo Social, que maneja un presupuesto anual de 260 millones de pesos (40.000 millones de pesetas) para los m¨¢s necesitados.La ¨²ltima jugada de Menem, que algunos ya denominan Operaci¨®n Delf¨ªn, encaja con la estrategia de la confusi¨®n del presidente en torno a sus pretensiones de aspirar a un tercer mandato, aunque la Constituci¨®n le niegue tal posibilidad. Y es, a la vez, un duro golpe a su m¨¢ximo rival en las filas peronistas, Eduardo Duhalde, gobernador de la provincia de Buenos Aires y precandidato a la presidencia. Duhalde no ha dudado en calificar a Palito como "el candidato suplente del presidente" al referirse al nuevo cargo del ex cantante.
La Secretar¨ªa de Desarrollo Social, que reemplaz¨® al antiguo Ministerio de Bienestar Social, es una excelente plataforma electoralista que depende directamente del presidente de la Rep¨²blica. Con escaso control del Congreso, reparte subsidios y asiste a las demandas sociales de manera arbitraria, de acuerdo con los estrictos c¨¢nones del clientelismo pol¨ªtico, practicado con gran eficiencia por el populismo peronista. Palito se convertir¨¢ en uno de los interlocutores privilegiados de los intendentes (alcaldes) del pa¨ªs, ya que participar¨¢ en las reuniones que mantenga el presidente y el ministro del Interior con los jefes municipales. En muchas ocasiones saltar¨¢ por encima de los gobernadores, para irritaci¨®n de Eduardo Duhalde, por ejemplo. Todo ello ser¨¢ de gran utilidad para la puesta en marcha de un entramado pol¨ªtico a escala de todo el Estado de incalculable valor para sus pretensiones electorales futuras.
Poco importa que el ex cantante no tenga ninguna experiencia en el ¨¢rea para la que va a ser nombrado. Tampoco la ten¨ªa cuando se estren¨® en la pol¨ªtica, por obra y gracia de Menem, quien le escogi¨® como candidato a gobernador de Tucurn¨¢n. Palito gan¨® las elecciones y ocup¨® la gobernaci¨®n de su provincia natal desde 1991 hasta 1995. Su gesti¨®n dej¨® poca huella, estuvo salpicada de problemas con su partido (Justicialista) y, como mayor descr¨¦dito, abri¨® las puertas de la gobernaci¨®n al general corrupto Domingo Bussi, que gan¨® las siguientes elecciones de Tucum¨¢n y todav¨ªa sigue en el cargo.
Quedan lejos los d¨ªas en que aquel chico tucumano de origen muy modesto, que no re¨ªa nunca, lleg¨® a Buenos Aires, donde trabaj¨® de limpiabotas o repart¨ªa caf¨¦s en un canal de televisi¨®n. La imagen del triste es la que explot¨®, mano a la guitarra, en el programa musical Club del Clan, que populariz¨® los primeros temas de Palito Ortega. Envuelto en la fama, y desde su nueva posici¨®n de productor y empresario musical, el hoy aspirante a la presidencia de la Rep¨²blica se marc¨® un objetivo: a comienzos de los ochenta, bajo la dictadura militar, llev¨® por primera vez a Frank Sinatra a Argentina, aunque la empresa le ocasion¨® la ruina econ¨®mica. Pero los favores no se olvidan. Palito se march¨® a Miami y all¨ª Sinatra le coloc¨® en una cadena de televisi¨®n. En la ciudad de Florida, donde residi¨® hasta 1990, el cantante pudo rehacer su fortuna hasta que un d¨ªa Carlos Menem le llam¨® para proponerle presentarse a las elecciones para la gobernaci¨®n de Tucum¨¢n. El presidente argentino puede vanagloriarse de haber elevado a la pol¨ªtica a un ex cantante y un ex piloto de f¨®rmula 1 como Carlos Alberto Reuteman, que fue elegido gobernador de la provincia de Santa Fe.
A excepci¨®n de Menem, no hay en la Argentina actual un pol¨ªtico m¨¢s conocido que Ram¨®n Palito Ortega. Su gran reto, si de verdad aspira a suceder a Menem, ser¨¢ demostrar que el presentarse como el abanderado de los pobres, utilizando el asistencialismo a trav¨¦s de los fondos sociales, puede traducirse en un liderazgo arrasador.
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