Estallido emocional
Miles de adolescentes, entre abrazos y desmayos, asistieron al primero de los dos conciertos de los Backstreet Boys
Poca cosa les bastaba a las cerca de 10.000 adolescentes que anoche abarrotaban el Palacio de los Deportes de Madrid, para ponerse a gritar. No importaba el retraso del concierto (casi una hora), los d¨ªas inciertos esperando al raso de la Semana Santa madrile?a -con sus lluvias y sus noches-, los empujones, el fr¨ªo, los cacheos al entrar. Iban a ver por fin a los Backstreet Boys (BSB) y la emoci¨®n las embargaba. Casi todas se hab¨ªan incrustado en la piel, con rotulador o bol¨ªgrafo, los nombres de los componentes del grupo.Si se mov¨ªa una cortina, si un pipa (nombre en argot dado a los que trabajan en el montaje de un concierto) se mov¨ªa por el escenario, si alg¨²n t¨¦cnico de luces o sonido tomaba posiciones o si cualquier cosa, ellas gritaban, gritaban y lloraban. Poca cosa para lo que fue luego.
Cuando por fin los cinco muchachos americanos por los que beben los vientos aparecieron sobre el escenario, aquello no era gritar, era desga?itarse. Los BSB son conscientes del tir¨®n que tienen entre ese p¨²blico -antes llamado calcetineras- que vive su estallido hormonal. Lolitas capaces de burlar cualquier prevenci¨®n paterna para entregarse a la pasi¨®n de ver las evoluciones de sus Chicos de la Calle de Atr¨¢s por el entarimado. Lo explotan estos cinco americanitos hasta l¨ªmites in sospechados. Un tir¨®n p¨¦lvico, un restregarse una rosa por al guno de sus sudados torsos, un besito lanzado al aire y todo abajo es agitaci¨®n. Chillan sin parar y lloran.
"Quiero irme, quiero irme", dec¨ªa desolada una de esas 10.000 chicas cuando se percat¨® de d¨®nde se hab¨ªa metido. Nunca pens¨® que un concierto de BSB iba a ser un suplicio para ella. Pero all¨ª estaban los 100 muchachos de la empresa Medios de Control de Masas para sacarla del atolladero. No era la ¨²nica que sufr¨ªa, aunque la mayor¨ªa estaba all¨ª. para divertirse y entre gritos y abrazos a las amigas, sonre¨ªan entre l¨¢grimas.
Ruth, Adriana y Marta ocupaban un lugar privilegiado, el que hab¨ªa dispuesto la organizaci¨®n para las cerca del centenar de muchachas que llevaban, acampadas desde la noche del Jueves Santo: una cu?a justo a pie de escenario rodeada de un pasillo por la que los servicios de seguridad evacuaban a las que no hab¨ªan podido resistir tanta emoci¨®n y ca¨ªan desmayadas. Con 14 a?os, las tres comentaban entristecidas: "Qu¨¦ pena ma?ana lo vamos a ver sentadas desde m¨¢s lejos". Y es que muchas de las chicas se han dejado sus ahorros para ver los dos d¨ªas a sus chicos favoritos, para estas tres era el primer concierto al que asist¨ªan.
Silvia y Alicia, de 16 y 13 a?os respectivamente, s¨®lo llevaban desde las seis de la ma?ana de ayer pero hab¨ªan conseguido acceder al lugar de privilegio: "Nos han sacado de la masa porque atr¨¢s nos estaban estrujando". Hace unos meses hab¨ªan visto a Ricky Martin en La Riviera pero no hab¨ªan sufrido tanto, ni siquiera cuando vieron a las Spice Girls en el tumulto de la Castellana: "No nos gustan ya las Spice Girls, fuimos a verlas porque era al, lado de casa, y gratis, pero son unas engre¨ªdas".
Puesta en escena correcta
Arriba los BSB le daban al soul blandito y al funky bailable con una puesta en escena suficientemente correcta. Recursos faciles para sacar el gritito pero que no les quita tener cierto talento para llevar un show por lo menos decente. Combinaron las baladas, los besitos, los gui?os, los fuegos artificiales, las flores, los confetis, los efectos m¨¢s visuales, las partes m¨¢s bailables -incluso alg¨²n padre de los pocos que acompa?aban a sus hijas dibuj¨® t¨ªmidos saltitos-, los enormes v¨ªdeos... para contentar a sus fans.Aunque alguna de las madres -tambi¨¦n escasas- insinu¨® que "les quedan dos telediarios a estos chicos", visto el fugaz ¨¦xito de las Spice Girls, sus antecesoras, ellos quisieron demostrar que tras tanto montaje hay algo de verdad. A mitad del concierto, cuando cada uno de ellos hab¨ªa hecho su parte en solitario, despidieron a su grupo instrumental de acompa?amiento para hacerse cargo de la guitarra, el bajo, la bater¨ªa, los teclados y la percusi¨®n para abordar Quit playing games with my heard, acaso la canci¨®n m¨¢s hermosa de un repertorio extremadamente est¨¢ndar. Pero todo era poco, las m¨¢s audaces de sus seguidoras preguntaban por ah¨ª qu¨¦ d¨®nde se hospedaban los Backstreet Boys.
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