La misi¨®n dedicada a Cajal estudiar¨¢ el sistema nervioso en ausencia de gravedad
Todo est¨¢ ya listo en el transbordador estadounidense Columbia para la cuenta atr¨¢s en la Neurolab, una misi¨®n destinada en exclusiva al estudio del sistema nervioso y que se dedica simb¨®licamente al Nobel espa?ol Santiago Ram¨®n y Cajal, considerado como el padre de la neurociencia moderna. El Columbia tiene previsto despegar de Cabo Ca?averal ma?ana y pasar¨¢ 16 d¨ªas en ¨®rbita de la Tierra, cargado con ratas, peces, caracoles, ranas, moscas, serpientes... y siete tripulantes humanos.Todos ellos, personas incluidas, ser¨¢n conejillos de Indias en los 170 experimentos que deber¨¢n servir, en ¨²ltima instancia, para que en un futuro el hombre pase largas temporadas en el espacio sin consecuencias negativas. Se trata de la ¨²ltima misi¨®n cient¨ªfica de los transbordadores, que a partir de ahora se dedicar¨¢n a apoyar la construcci¨®n de la estaci¨®n espacial internacional.
El Spacelab, el laboratorio presurizado a bordo del transbordador, hace ya semanas que alberga a los animales de experimentaci¨®n. Participan en total alrededor de un centenar de investigadores, procedentes de centros estadounidenses y europeos; entre ellos, los espa?oles Javier de Felipe y Luis Miguel Garc¨ªa-Segura, del Instituto Cajal del CSIC, en Madrid.
El peso de Europa en esta misi¨®n es importante: de las 26 experiencias principales en que se agrupan las investigaciones, 11 est¨¢n dirigidas por europeos, y el Spacelab, que vuela por ¨²ltima vez tras 25 a?os de vida, fue la aportaci¨®n de la Agencia Europea del Espacio (ESA) al programa estadounidense de transbordadores.
Las preguntas que plantean los experimentos en la misi¨®n Neurolab van desde si de verdad la famosa hormona melatonina sirve para regular el sue?o hasta c¨®mo se desarrolla el sentido del equilibrio en un insecto. Todas las investigaciones aprovechan algo muy dif¨ªcil de conseguir en la Tierra: la -casi- falta de gravedad.
Habr¨¢ ciencia b¨¢sica y tambi¨¦n se esperan respuestas con aplicaci¨®n pr¨¢ctica bastante inmediata, algo que tanto la NASA como la ESA se esfuerzan por resaltar. "?C¨®mo beneficiar¨¢ el Neurolab a las personas en la Tierra? ( ... ) Para los millones de personas en todo el mundo que sufren mareos cuando se levantan r¨¢pidamente, la investigaci¨®n en la misi¨®n Neurolab ayudar¨¢ a definir este desorden", explica la ESA. Pero "no, no es que el objetivo fundamental de la Neurolab sea evitar los mareos en la Tierra. ?sa es s¨®lo una de las investigaciones y es un aspecto importante en la vida de los astronautas", se?ala De Felipe, que dice estar "muy emocionado" con la misi¨®n.
Uno de los experimentos a los que se someter¨¢n los tripulantes de la misi¨®n Neurolab consistir¨¢ simplemente en atrapar una pelota, algo m¨¢s dif¨ªcil de lo que parece, cuando los objetos no se caen por s¨ª solos y el cerebro debe fiarse ¨²nicamente de la informaci¨®n visual a la hora de orientarse. Los experimentos espa?oles se incluyen en el ¨¢rea de desarrollo de mam¨ªferos, y concretamente en el grupo que estudia los efectos de la gravedad en el desarrollo del movimiento posnatal.
La pregunta clave para este equipo es: ?pueden las ratas reci¨¦n nacidas aprender a caminar en el espacio? "Se ha demostrado que si las ratas no empujan sus extremidades contra una determinada resistencia [dada por la fuerza de la gravedad] cuando tienen entre ocho y 13 d¨ªas de vida desarrollan defectos motores que persisten en la vida adulta. Ahora quieren saber qu¨¦ pasa en condiciones de microgravedad con ratas que no han caminado nunca todav¨ªa", explica De Felipe. El grupo trabajar¨¢ con ratas de ocho y de 14 d¨ªas de edad al inicio de la misi¨®n. En condiciones normales, las m¨¢s j¨®venes tardar¨ªan dos semanas en aprender a andar, y eso seguramente har¨¢n los animales que se queden en tierra a modo de control. Los que suban a bordo ser¨¢n grabados en v¨ªdeo mientras se mueven en una cinta mec¨¢nica parecida a las de los gimnasios; puede que aprendan a caminar o puede que no.
"Es un experimento muy interesante, porque abarca una etapa cr¨ªtica para la vida de la rata. Viene a ser como mandar un beb¨¦ de meses al espacio y traerlo de nuevo 10 a?os despues. Pero yo no apuesto ni por un resultado ni por otro", dice el investigador espa?ol. Su tarea en el grupo es estudiar m¨¢s los cambios internos que los visibles externamente: "Recogeremos las muestras y los animales nada m¨¢s volver. Analizaremos qu¨¦ diferencias hay entre las conexiones que se forman en la corteza cerebral en los animales que han salido al espacio. En total tendremos que estudiar un centenar de cerebros. Ser¨¢ la primera vez que se estudie c¨®mo se forman las conexiones en la corteza cerebral en condiciones de microgravedad.
Cajal no se menciona
Hace aproximadamente un siglo, Santiago Ram¨®n y Cajal se dedic¨® a preparar miles de neuronas para poder observarlas con su microscopio. La t¨¦cnica que us¨® fue tan perfecta que m¨¢s de 7.000 de esas preparaciones se conservan hoy a¨²n en perfecto estado -en el Instituto Cajal, en Madrid-, y de hecho, 12 de ellas volar¨¢n en, el Columbia. Sin embargo, las p¨¢ginas oficiales que la NASA mantiene en Internet sobre la misi¨®n Neurolab (http://neurolab.jsc. nasa. gov) no hacen ni una modesta menci¨®n a Cajal. Por no aparecer, Cajal ni siquiera aparece como debiera junto al nombre de los dos investigadores espa?oles que participan en la misi¨®n: se dice que pertencen al "Instituto Chaal"
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