Paisley lanza la campa?a del 'no' contra el acuerdo de paz para Irlanda del Norte
El proyecto de paz en el Ulster se vio ayer s¨²bitamente enfrentado a la rebeli¨®n de los obsoletos bombines de la Gran Orden de Orange. No fue una sorpresa, pero a?adi¨® una nueva dimensi¨®n a las inciertas expectativas que se han presentado en el mapa pol¨ªtico de Irlanda. Esto coincidi¨® con otra hemorragia de vitriolo desde el p¨²lpito del reverendo lan Paisley. El resumen de lo que dijo Paisley en el incendiario lenguaje que le caracteriza es simple: en el crucial refer¨¦ndum del 22 de mayo, la fecha m¨¢s importante en la historia contempor¨¢nea de Irlanda, hay que votar no.
La poderosa hermandad protestante que conserva trofeos de victorias sobre los cat¨®licos hace siglos, hizo su primer pronunciamiento cinco d¨ªas despu¨¦s de la aprobaci¨®n del proyecto de paz. Los sucesores de Guillermo de Orange, en su moderna versi¨®n de bombines negros y collares de condecoraciones, desfilando desafiantes al ritmo de flautas y tambores, han hecho saber lo que piensan en t¨¦rminos de su supervivencia en el nuevo panorama: No les gusta para nada.["Un s¨ª es un voto negativo para desmantelar la uni¨®n. Un no es un voto positivo para salvaguardar la uni¨®n", manif¨¦st¨® Paisley, l¨ªder del Partido Unionista Democr¨¢tico en una conferencia de prensa, informa Reuters. En opini¨®n de este diputado de 72 a?os, el acuerdo debilitar¨¢ la uni¨®n. "No es otra cosa que decepci¨®n y mentiras".]
En este clima que recorre la isla de cinco millones de habitantes divididos por el colonialismo brit¨¢nico, de lo que se trata es de qui¨¦n tiene una respuesta apropiada para las siguientes preguntas: ?qui¨¦n quiere festejar triunfos pol¨ªticos? y ?qui¨¦n quiere una verdadera reconciliaci¨®n isle?a?
Los orangistas est¨¢n dando se?ales conflictivas. El lunes, sus admiradores se abstuvieron de provocar a la comunidad cat¨®lica nacionalista. Se retiraron tras una resistencia simb¨®lica: una carta a la polic¨ªa advirtiendo que se hab¨ªan enterado de una maquinaci¨®n pol¨ªtica para impedirles su tr¨¢nsito por el puente de Ormond Road. Ormond Road Bridge sigue siendo s¨ªmbolo de primera l¨ªnea en el m¨¢s reciente episodio urbano del conflicto de Belfast. A juzgar por la p¨²blica actitud civilizada de los orangistas, los protestantes de la corbata no van a empu?ar el rev¨®lver ni ponerse a hacer c¨®cteles mol¨®tov. Sobre todo porque no sabr¨ªan d¨®nde est¨¢ el gatillo, o d¨®nde hay que poner el mechero.
El optimismo irland¨¦s por el proyecto se ha ido desvaneciendo en una escala gramatical. Del "qu¨¦ maravilla" se ha pasado al "vamos a ver qu¨¦ ocurre" con el forzoso tr¨¢nsito por el magn¨¦tico territorio del "uno nunca sabe". Las impresiones exactas del momento en que los cat¨®licos y los irlandeses se apuntaron al proyecto de paz no podr¨ªan ser m¨¢s exactas que las palabras que el primer ministro, Tony Blair, dijo nada m¨¢s llegar a Espa?a: "Espero que esto funcione y que mejore la vida en toda Irlanda".
Para que mejoren las cosas en la isla es indispensable un gesto comparable al estrech¨®n de manos entre Yasir Arafat e Isaac Rabin, el cordial encuentro entre De Klerk y Mandela, para mencionar s¨®lo los gestos que han cambiado la geopol¨ªtica del planeta. Blair y su colega irland¨¦s, Bertie Ahern, han detenido la pol¨ªtica de la enemistad como forma de asesinato.
Tony Blair, pidi¨® ayer a los habitantes del norte de Irlanda que no escuchen a aquellos que dicen no por principio, porque no tienen nada que ofrecer a cambio, informa Jos¨¦ Miguel Larraya. En su ¨²ltima jornada de vacaciones en Espa?a, Blair ofreci¨® una breve conferencia de prensa en la Embaja brit¨¢n¨ªca en Madrid en la que valor¨® positivamente el papel del presidente norteamericano, Bill Clinton, en las negociaciones que desembocaron en el acuerdo de paz pero no quiso precisar si visitar¨¢ el Ulster antes del refer¨¦ndum. Sobre la pr¨®xima libertad de los miltantes del IRA encarcelados se?al¨® que la ¨²nica condici¨®n ser¨¢ "su sincero abandono de la violencia".
Ante la insistencia de algunos medios de comunicaci¨®n espa?oles para que se pronunciara sobre una eventual aplicaci¨®n de los acuerdos de paz del Ulster a la situaci¨®n en el Pa¨ªs Vasco, Blair, con su mejor sonrisa, reiter¨® que era "simplista extrapolar" los acuerdos. El primer ministro brit¨¢nico se mostr¨® satisfecho por lo logrado pero indic¨® que no es posible hacer una lectura generalizada y simplista de los problemas de otros pa¨ªses. Con un estilo sencillo y directo que evita solemnizar lo obvio record¨® a la prensa espa?ola que "este pa¨ªs debe encontrar su propio camino para resolver sus propios problemas".
Preguntado si hab¨ªa abordado el tema de Gibraltar en sus conversaciones con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, se?al¨® que "por supuesto" que lo comentaron, y que lo m¨¢s importante era que "ambos comprendemos las posiciones del otro".
Blair, a quien acompa?an su mujer, sus hijos y su suegra, utiliz¨® su ¨²ltima hora de estancia en Espa?a para hacer una visita a Madrid. El l¨ªder brit¨¢nico pas¨® sus vacaciones de Pascua en C¨®rdoba con su amigo el guitarrista Paco Pe?a, que vive habitualmente en Londres.
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