El presidente de Ucrania ordena la reapertura de la central de Chern¨®bil
Kiev deja claro a Occidente que tendr¨¢ que pagar por el cierre de la planta nuclear
El presidente de Ucrania, Leonid Kuchma, orden¨® ayer la reapertura de la central nuclear de Chern¨®bil para el 5 de mayo pr¨®ximo, despertando nuevas preocupaciones en Occidente, que no la considera segura. Desde mediados del a?o pasado no funcionaba ninguno de los cuatro reactores que tiene la central. El reactor n¨²mero 3, cerrado entonces, es el que se pondr¨¢ en marcha, a pesar de que est¨¢ prevista su parada para final de a?o. Tras la decisi¨®n de Kuchma se esconde una seria advertencia a Occidente, que prometi¨® una ayuda de 115.000 millones de pesetas que no llega.
Que la central de Chern¨®bil no es segura lo reconoce su mismo director, Sergu¨¦i Parashin, quien recientemente ha dado la voz de alarma sobre el desastroso estado del sarc¨®fago que cubre el reactor que explot¨® en 1986, causando el mayor accidente nuclear civil de la historia.La situaci¨®n se ha deteriorado hasta tal punto que este mes han comenzado los entrenamientos para evacuar la central en caso de que se venga abajo el techo de cemento que cubre al reactor N?4. Si esto sucede, todas las personas que se encuentren en un radio de un kil¨®metro (que pueden ser unas 700) sufrir¨¢n una radiaci¨®n cien veces superior a la admisible, seg¨²n estudios realizados por investigadores alemanes.
El principal problema es de dinero: Ucrania no tiene los medios para cerrar definitivamente la central ni para reforzar el sarc¨®fago. Si ocurre un nuevo accidente, las consecuencias tambi¨¦n se sentir¨¢n en Europa Occidental y probablemente en el mundo entero. Por ello, el G-7, que re¨²ne a los siete pa¨ªses m¨¢s industrializados del mundo, ha tomado cartas en el asunto y se ha comprometido a entregar 115.000 millones de pesetas para estabilizar el sarc¨®fago y cerrar la central, mientras que Ucrania pondr¨¢ 7.600 millones.
Lo malo del asunto es que por el momento Kiev ha recibido s¨®lo poco m¨¢s de 30 millones de pesetas -para reparar el sistema de ventilaci¨®n del sarc¨®fago- y que aparentemente el G-7 ahora ha decidido recortar en casi la mitad su contribuci¨®n. La tarea primordial es sacar el combustible radiactivo del reactor que explot¨® en 1986, algo que los ucranios no podr¨¢n hacer sin una adecuada financiaci¨®n. Adem¨¢s, habr¨ªa que construir un nuevo sarc¨®fago por en- cima del viejo, tarea que se ve dificultada por el hecho de que realmente no se sabe qu¨¦ procesos est¨¢n ocurriendo en el reactor destruido.
La reapertura de Chern¨®bil es algo ya anunciado en otras ocasiones por las autoridades ucranias. Kuchma acaba de reiterar la posici¨®n de su pa¨ªs: la central de Chern¨®bil no podr¨¢ cerrarse definitivamente si el G-7 se niega a financiar las centrales nucleares de Rovno y Jmelnitsk, necesarias para compensar la p¨¦rdida de electricidad que supone la clausura de la central averiada. Ambas plantas est¨¢n pr¨¢cticamente terminadas. El reactor n¨²mero 3 de Chern¨®bil comenzar¨¢ a dar electricidad nuevamente el 5 de mayo pr¨®ximo. La instalaci¨®n fue detenida en julio del a?o pasado en un principio por 70 d¨ªas para realizar reparaciones. Pero estos dos meses y pico se convirtieron en nueve, pues encontraron una serie de desperfectos nuevos. En total, 338, ahora reparados.
La vuelta a la vida del reactor no ser¨¢ larga: a fines de este mismo a?o ser¨¢ detenido nuevamente para m¨¢s reparaciones, que financia el Banco Europeo de Reconstrucci¨®n y Desarrollo con fondos dados por el G-7. Esta circunstancia hace pensar que la reapertura de la central es una advertencia que hacen las autoridades ucranias a Occidente y una manera de presionar para que le den los fondos necesarios para cerrar Chern¨®bil y reformar el sistema energ¨¦tico del pa¨ªs. Kuchma lo ha dado a entender claramente: Ucrania no est¨¢ dispuesta a repetir el error cometido con el desmantelamiento de las armas nucleares. Kiev s¨®lo recibi¨® un poco de ayuda de parte de EE UU, pero tuvo que asumir el grueso de la financiaci¨®n. El mensaje ucranio es transparente: si Occidente quiere sentirse seguro, deber¨¢ pagar por ello.
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