So?ar con Sefarad
Moric Pardo, un anciano sefard¨ª que vive en Sarajevo, ver¨¢ cumplido hoy su deseo de conocer Toledo
Cuando los Reyes Cat¨®licos decidieron expulsar a todos los jud¨ªos de sus dominios no imaginaron que m¨¢s de quinientos a?os despu¨¦s a¨²n habr¨ªa sefard¨ªes esparcidos por el mundo que suspiraran por regresar a Espa?a. Moric Pardo pertenece a ese exilio sefard¨ª cinco veces cenlenario. Ayer por la tarde se encontraba cerca de cumplir un sue?o mucho tiempo acariciado: reencontrase con la tierra de la que sus antepasados fueron expulsados, con su "querida y a?orada Sefarad". De la mano de la ONG espa?ola Paz Ahora, y en un vuelo procedente de Sarajevo, este anciano sefard¨ª viaj¨® ayer con destino a Madrid. Espa?ol sin patria, naci¨® en 1924 en Sarajevo, y desde entonces su vida ha estado jalonada de guerras. "He conocido cinco guerras y ahora puedo afirmar que soy un pacifista convencido que quiere vivir sus ¨²ltimos a?os en paz".
Pero hubo otro tiempo en el que la paz era una ilusi¨®n. Cuando s¨®lo contaba 17 a?os, Moric se ech¨® al monte huyendo de las tropas de Hitler y se uni¨® a los partisanos comunistas de Tito durante la II Guerra Mundial. Fue entonces, en la sangrienta conquista nazi de la capital bosnia, cuando toda su familia fue arrastrada a los campos de concentraci¨®n. All¨ª murieron todos: su madre, sus hermanas, t¨ªos, primos ... Como murieron m¨¢s de la mitad de los 14.000 jud¨ªos con los que entonces contaba Sarajevo. Por primera vez, Moric sobrevivi¨® a una guerra. Lo que entonces no adivinaba es que vivir inmerso en guerras se convertir¨ªa en una constante a lo largo de su vida.
Titista convencido, guarda un buen recuerdo de la ¨¦poca en la que el mariscal consigui¨® unir bajo la misma frontera a todos los yugoslavos. Aun as¨ª, en 1951 este fot¨®grafo bosnio decidi¨® dar un giro a su vida y puso rumbo al reci¨¦n creado Estado de Israel. Era el principio de la b¨²squeda de sus ra¨ªces, de su identidad. Una b¨²squeda que se frustr¨® en Israel y que ahora desea poder continuar en Espa?a, seg¨²n expres¨® la semana pasada. Despu¨¦s de intentar durante m¨¢s de 28 a?os "dialogar con los israel¨ªes", Moric se define decepcionado de lo que all¨ª encon- tr¨®. "Israel es bueno para los jud¨ªos que creen en Dios, pero no para los ate¨ªstas como yo", terci¨® durante la conversaci¨®n.
Harto de permanecer en Israel, un pa¨ªs que "vive continuamente en guerra", decidi¨® volver a Bosnia a principios de los ochenta. "Nunca habr¨¢ paz all¨ª mientras exista el proyecto de un Gran Israel que desea extender sus fronteras desde el Sina¨ª hasta el E¨²frates". Paradojas de la vida, escap¨® espantado del Gran Israel, dejando all¨ª a toda su familia, para volver a una patria dividida y masacrada por la guerra de Bosnia.
"Aqu¨¦lla fue una guerra mala". Aunque esta vez el conflicto cogi¨® al anciano sefard¨ª con demasiados a?os encima como para luchar en el frente. Pero no pod¨ªa permanecer inactivo. Como fot¨®grafo que fue, Moric se dedic¨® a recopilar im¨¢genes de la televisi¨®n que ense?aban el d¨ªa a d¨ªa de la guerra en Sarajevo. El implacable cerco de las milicias serbias de Karadzic o el fin del sitio de la ciudad son algunos ejemplos del testimonio documental que guarda celosamente en su casa.
Pero donde verdaderamente encontr¨® su hogar Moric durante la guerra de Bosnia fue en La Benevolencia. Bajo ese nombre castellano, los sefard¨ªes que se instalaron en Sarajevo fundaron en el siglo XVI una sociedad humanitaria y cultural. All¨ª, trabajando para la farmacia jud¨ªa y compartiendo muchas horas con los pocos jud¨ªos sefard¨ªes que resistieron los casi cuatro a?os de guerra, Moric volvi¨® a so?ar con conocer un d¨ªa Espa?a.
Hoy, Paz Ahora, fundada en 1993 en los peores momentos de la guerra de la ex Yugoslavia, acompa?ar¨¢ a Toledo a un hombre que les "cautiv¨®" cuando le conocieron. En Toledo, el presidente de Castilla-La Mancha, Jos¨¦ Bono, recibir¨¢ en el palacio de la presidencia a un sefard¨ª que considera Espa?a como su segunda patria. "La Meca de los sefard¨ªes del mundo entero es Toledo", puntualiza Moric. Y a?ade que no quer¨ªa morir sin conocer Sefarad. Aunque piensa aprovechar su viaje y solicitar la nacionalidad espa?ola porque sabe que el rey Carlos ofrece residencia a los jud¨ªos de Sarajevo.
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