La invenci¨®n coreogr¨¢fica
La compa?¨ªa b¨¦tica hizo su deb¨² sevillano anteanoche con un ¨¦xito rotundo de ese p¨²blico dif¨ªcil, enterado, que s¨®lo se entrega si lo que ve es bueno y le gusta a fondo. Y eso sucedi¨® en el Lope de Vega. Al principio hubo cierta frialdad, pero r¨¢pidamente la plantilla de bailarines (y Jos¨¦ Antonio, naturalmente) ten¨ªa la batalla ganada al primer asalto. Se nota much¨ªsimo el giro que es casi varias vueltas de tuerca, dado por Jos¨¦ Antonio a este conjunto; los j¨®venes bailarines han crecido en rigor, en reposar el paso y la factura del baile y eso ha permitido, adem¨¢s, que los core¨®grafos invitados se lucieran modelando con tan preciosa arcilla sus coreograf¨ªas. Latido flamenco es una preciosidad desde lo est¨¦tico hasta la danza misma. Es un flamenco a lo fino, a lo coral. Manolete imprime su sello abundante de tac¨®n y de vueltas quebradas. La sorpresa fue la sole¨¢ por buler¨ªas y las alegr¨ªas coreografiadas por el colectivo de los propios bailarines, donde hubo buen gusto y mucha arm¨®nica invenci¨®n. El vestuario de Justo Salao es una lecci¨®n de alta costura teatral en toda regla. La percusi¨®n de Antonio Montiel, llena de sutilezas de nuevo cu?o, tambi¨¦n contribuy¨® a hacer un producto redondo en que la generosa iluminaci¨®n dise?ada por Juan G¨®mez Cornejo juega un papel importante.
Compa?¨ªa andaluza de danza Latido flamenco: Manolete y creaci¨®n colectiva / Mariano Campallo y Paco Iglesias; La vida breve: Jos¨¦ Antonio Manuel de Falla; Cosas de payos: Javier Latorre / Enrique Morente y Antonio Robledo
Direcci¨®n art¨ªstica: Jos¨¦ Antonio. Teatro Lope de Vega, Sevilla. 16 de abril.
Fuera de programa, Jos¨¦ Antonio abri¨® la segunda parte regalando a Sevilla un solo suyo, Malun¨® (rel¨¢mpago en cal¨®), que usa como fondo musical Reta¨ªla, de Chano Dom¨ªnguez. Apareci¨® el director de Miyake, en negros y grises, y su baile fue sencillamente espectacular, perfecto en lo t¨¦cnico y con apuntes jondos, como citas de anta?o, que hicieron volcarse al p¨²blico. A continuaci¨®n las danzas de La vida breve ya vistas y comentadas de su anterior programa y, para cerrar, un soberbio ballet creado por un maduro Javier Latorre sobre la m¨²sica emocionante y emocionada de Enrique Morente y Antonio Robledo. Se trata de una composici¨®n soberbia, con unas letras llenas de un amargo lirismo que dan una cierta pauta argumental a la pieza. Latorre, pleno de inventiva, de lenguaje mixto, con mucho que decir, juega a citar a B¨¦jar en esos c¨ªrculos y d¨²os y tr¨ªos masculinos. La pieza va ganando terreno e intensidad, muy variada, con trajes coloristas e imaginativos de Jos¨¦ Antonio Arroyo que lucen lo suyo. La coreograf¨ªa es compleja, sugerente, desgarrada y po¨¦tica. De revela ci¨®n puede catalogarse a Pedro C¨®rdoba, joven bailar¨ªn que en, cama uno de los papeles solista, de la pieza, reuniendo depurada t¨¦cnica con una actuaci¨®n cre¨ªble, de coraz¨®n.
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