Amenazas espaciales y otros espect¨¢culos
Repaso a varios ¨¦xitos y fracasos de la "mercadotecnia espacial"
Un asteroide gigante que el 11 de marzo fue presentado como una amenaza para la Tierra se convirti¨® al d¨ªa siguiente en totalmente inofensivo. F¨®siles de organismos microsc¨®picos detectados en agosto de 1996 en un meteorito de origen marciano son, en realidad, seg¨²n la opini¨®n de la mayor¨ªa de los especialistas, de origen mineral. En estos ¨²ltimos meses, varios incidentes han marcado los esfuerzos de comunicaci¨®n de los laboratorios estadounidenses en el ¨¢mbito espacial, consecuencia evidente de una b¨²squeda un poco exagerada de lo sensacional. Las exigencias presupuestarias que afectan a los programas que no tienen consecuencias inmediatas como las misiones humanas o los vuelos tripulados explican esta pol¨ªtica agresiva de mercadotecnia que ha supuesto para la NASA grandes ¨¦xitos. Pero los responsables del organismo estadounidense parecen decididos a tomar medidas dirigidas a evitar nuevos errores. El martes 14 de abril, el presidente Bill Clinton acudi¨® al centro espacial de Houston (Texas) para ?rendir homenaje ? al ?antiguo y futuro ? astronauta John Glenn. El senador Glenn, primer estadounidense que viaj¨® al espacio en 1962, debe participar en un vuelo del transbordador el pr¨®ximo octubre. De este modo, a los 77 a?os se convertir¨¢ en el hombre de m¨¢s edad en permanecer en ¨®rbita. A pesar de las declaraciones de la NASA que aducen estudios ?sobre el envejecimiento ? en el espacio, el inter¨¦s de esta misi¨®n tard¨ªa es pura y estrictamente de relaciones p¨²blicas
. El espacio se ha convertido en un gran espect¨¢culo. Los grandes comunicadores de la NASA se ponen manos a la obra. Sin dilemas morales. Sin duda, su mayor logro fue, en julio y agosto de 1997, la misi¨®n Mars Pathfinder y su peque?o robot Sojourner. Gracias a Internet, el nivel de excitaci¨®n en torno a esta misi¨®n bati¨® todos los r¨¦cords, reconoce Cheik Diarra, responsable de los programas educativos en el JPL.
Por desgracia para los directores de comunicaci¨®n, todos los temas no son tan vendibles. En los a?os setenta, las sondas Voyager obtuvieron en J¨²piter, Urano y Saturno una cantidad fenomenal de informaciones novedosas. Sin embargo, su odisea estuvo lejos de hallar un eco comparable al de los primeros pasos del hombre sobre la Luna. Es cierto que el verdadero inter¨¦s cient¨ªfico de los descubrimientos o de las misiones -en especial en astronom¨ªa- es, en ocasiones, inversamente proporcional a su facilidad de divulgaci¨®n. Nada es menos espectacular que un fondo de radiaci¨®n c¨®smica.
De este modo, la importancia otorgada por la NASA a las observaciones del telescopio espacial Hubble a menudo van en funci¨®n de la belleza de la imagen correspondiente.
?Hay que indignarse? ?Aunque los cient¨ªficos se burlen, esta pol¨ªtica tiene el m¨¦rito de servir para popularizar los desaf¨ªos de la conquista del espacio?, afirma Fran?ois Fillon, ex ministro franc¨¦s del Espacio. Adem¨¢s, los investigadores implicados reconocen en privado los efectos ben¨¦ficos en sus presupuestos que tiene la mercadotecnia estadounidense para el espacio. Por lo tanto, moderan mucho sus cr¨ªticas. Salvo, por supuesto, en caso de error o de flagrante exageraci¨®n.
?Es necesario que las informaciones de los servicios de comunicaci¨®n est¨¦n filtradas por cient¨ªficos serios?, reconoce Fillon. El ex ministro franc¨¦s tambi¨¦n subraya que, mal controlado, el amplificador de los medios de comunicaci¨®n puede desequilibrar las maniobras de los grupos de presi¨®n.
Recientemente, la Agencia Europea del Espacio (ESA) sufri¨® la cruel experiencia de esta voluntad de control de los medios pol¨ªticos. Siguiendo la estela de la confirmaci¨®n de la existencia de agua en la Luna a cargo de la sonda Lunar Prospector de la NASA, intent¨® lanzar a la americana su programa Euromoon 2000. Por desgracia, fue sacrificado de inmediato por los representantes de los Estados miembros de la agencia tres semanas m¨¢s tarde. Es cierto que los servicios de comunicaci¨®n de la ESA todav¨ªa no tienen la potencia de fuego de los de la NASA.
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