El caso del asteroide asesino

Es tentador contemplar el caos de la actividad cotidiana y ver las p¨¦rfidas maquinaciones de mentes maquiav¨¦licas, de la malicia m¨¢s que de la confusi¨®n. Pero, a veces, incluso la confusi¨®n m¨¢s ca¨®tica puede tener consecuencias con las que ni el m¨¢s ardiente conspirador habr¨ªa podido so?ar. ?sta puede ser una forma de presentar el caso hist¨®rico de la Gran Amenaza de los Asteroides de 1998, un ejemplo de noticia informativa supuestamente mal interpretada que podr¨ªa reportar una mayor financiaci¨®n para la investigaci¨®n de la amenaza de los asteroides. Los astr¨®nomos calculan que hay aproximadamente 2.000 asteroides con un di¨¢metro de m¨¢s de 1,6 kil¨®metros que tienen ¨®rbitas en intersecci¨®n con la terrestre. Se calcula que el 90% de estos objetos no ha sido identificado. Avancemos hasta el 11 de marzo de este a?o, cuando la noticia de un posible impacto, en octubre del a?o 2028, con el asteroide de ?1,6 kil¨®metros de di¨¢metro? 1997 XF11 paraliz¨® muchos medios de comunicaci¨®n. Esta noticia, procedente de c¨¢lculos de un solo astr¨®nomo, era err¨®nea en dos aspectos que se basaban m¨¢s en la transformaci¨®n de la alerta cient¨ªfica en certeza period¨ªstica que en hechos reales. El primero es que el di¨¢metro de 1997 XF11 no se conoce con ese grado de exactitud: podr¨ªa medir entre 500 metros y 3 kil¨®metros de anchura. El segundo es que una precavida manifestaci¨®n de probabilidad fue transformada en la afirmaci¨®n pr¨¢cticamente segura de cat¨¢strofe.

Despu¨¦s de la amenaza, la NASA, que no era la fuente original de la noticia en este caso, ha establecido unas normas que exigen que esta clase de declaraciones sean investigadas por otros cient¨ªficos antes de su publicaci¨®n.