Cruzcampo advierte que sin ajuste laboral no hay inversiones ni futuro en la empresa

evilla [EN] El presidente de Cruzcampo, Allen Peeters, habl¨® ayer en Sevilla sobre el conflicto generado por su propuesta de ajuste laboral. Lo hizo claro: la reducci¨®n de la plantilla en 292 trabajadores es necesaria. Y en tono amenazante: si no se acepta, la inversi¨®n de 21.000 millones prevista en los pr¨®ximos tres a?os se quedar¨¢ en "cero". Fue m¨¢s lejos. Dio un plazo de ocho d¨ªas para llegar a un acuerdo con los sindicatos y precis¨® que si ¨¦ste no se alcanza presentar¨¢ un expediente de regulaci¨®n de empleo. ?Y si no se le acepta?, se le pregunt¨®. "Si no, la empresa se ver¨¢ obligada a cerrar en 20 a?os", contest¨®.

Peeters lanz¨® un ¨®rdago a los sindicatos y, de paso, a la Junta. Su amenaza de supeditar el futuro Cruzcampo -anulando la inversi¨®n prevista- al ajuste laboral sorprendi¨® por el tono, mezcla de iron¨ªa y amenaza, utilizado por su presidente. Tras criticar la negociaci¨®n con los sindicatos -suspendida en Semana Santa porque "ellos no trabajan" esos d¨ªas-, lament¨® que no reconocieran que hay "excedentes" en la empresa. Sin ello, precis¨®, "no podremos llegar a acuerdos" sobre un plan de ajuste que, eso s¨ª, espera que no sea "traum¨¢tico". Sin embargo, anunci¨® que si en ocho d¨ªas no llega el acuerdo, presentar¨¢ expediente de regulaci¨®n de empleo, con lo que la "negociaci¨®n seguir¨¢ abierta", pero ya tambi¨¦n con el Gobierno regional, que es el que tiene que decidir. Peeters exigi¨® un reducci¨®n del 12% de la planta este a?o y cifr¨® en 1.800 personas la plantilla ideal, que ahora supera los 2.300 trabajadores. ?Para cuando? "Para ayer", volvi¨® a ironizar, "porque hoy no somos competitivos". Los motivos del presidente de la primera empresa cervecera de la pen¨ªnsula -filial del grupo Guinnes "al que yo ped¨ª los 21.000 millones porque me compromet¨ª a aumentar la productividad"- con una facturaci¨®n de 67.000 millones de pesetas y un beneficio operativo de 4.200 millones en 1996 tambi¨¦n fueron claros: problemas de rentabilidad, un plantilla excedentaria -el doble que sus competidores cuando "no ganamos el doble" y "gente sin trabajar en la f¨¢brica"-, falta de competitividad y p¨¦rdidas anuales de un 10% de cuota mercado. Peeters, que tambi¨¦n critic¨® que la Junta considere a los grupos cerveceros "narcotraficantes" seg¨²n la ley de drogas aprobada, resalt¨® la inversi¨®n de 14.000 millones de pesetas desde el "traum¨¢tico" 1993. Y pese a reconocer que 1997 es el mejor de beneficios desde entonces, apostill¨®: "Todav¨ªa no es lo que espera un accionista".