El sue?o se desvanece
El espacio de exposiciones 22a es la antesala de los talleres de varios artistas que decidieron ofrecer parte de su nave para que otros j¨®venes creadores tuvieran un lugar donde expresarse. Cuando crearon esta sala alternativa se impusieron una condici¨®n: nunca la utilizar¨ªan para exponer sus trabajos. Ahora, recientemente inaugurada la ¨²ltima exposici¨®n, y con un aviso del Ayuntamiento de Barcelona para que abandonen la nave, puede decirse que han cumplido su palabra. A mediados de julio recoger¨¢n sus enseres y abandonar¨¢n el hangar n¨²mero 22a, situado en el pasaje que se encuentra en el n¨²mero 226 de la calle de Llull, en pleno Poblenou. Con su marcha parece frenarse un poco aquel esp¨ªritu art¨ªstico que durante un tiempo ha invadido el barrio, ya que otros artistas instalados en el mismo sector habr¨¢n de abandonar sus talleres. Y les seguir¨¢n, en un tiempo no muy lejano, otros creadores que convirtieron Poblenou en Eldorado de la creaci¨®n contempor¨¢nea. El cierre del espacio de la Fundaci¨®n Poblenou trunc¨® en cierta manera el sue?o de convertir el barrio en una zona de creaci¨®n contempor¨¢nea. Sin embargo, desde hace a?os las viejas naves industriales han sido transformadas en m¨¢s o menos potentes centros de creaci¨®n. Primero fue Palo Alto y despu¨¦s Hangar. La iniciativa Tallers Oberts sigue su curso en su intento de acercar al artista y su proceso de trabajo al p¨²blico. El espacio situado en el centro c¨ªvico Can Felipa tambi¨¦n mantiene agitado el pulso de la actividad art¨ªstica. Sin embargo, la misma raz¨®n que ha motivado esta proliferaci¨®n de talleres de artistas, la reorganizaci¨®n del barrio y la l¨®gica urban¨ªstica de abrir todas sus calles hacia el mar, puede ser tambi¨¦n la causa de su desaparici¨®n. En julio de 1995, un grupo de artistas, de los cuales permanecen Toni Gir¨®, Tono Framis, Cristoph Hafner, Gaspar Bur¨®n y el cr¨ªtico de arte Eduardo P¨¦rez, firmaron un contrato que les permiti¨® ocupar una nave de la antigua f¨¢brica textil Saladrigas, creada en el siglo XIX. El acuerdo ten¨ªa una duraci¨®n de 10 a?os pero, con una cl¨¢usula que autorizaba el desalojo en el momento en el que el Ayuntamiento procediera a su derribo, ya que se trataba de una zona afectada. Con toda probabilidad, el incendio de unos de los talleres contiguos ha acelerado este proceso. Adem¨¢s de 22a, un par de estudios de artistas situados en la misma zona del complejo desaparecer¨¢n. Y en un plazo mayor, en el que ser¨¢n derribadas el resto de las antiguas naves, los cerca de 30 artistas, repartidos en unos 10 talleres, tendr¨¢n que buscar otro lugar para proseguir su trabajo de creaci¨®n. "Nosotros llegamos aqu¨ª", explica Toni Gir¨®, "debido a que en el barrio de Ciutat Vella los alquileres se hab¨ªan puesto por las nubes. El abandono de las naves industriales permiti¨® este momento de intensidad art¨ªstica que ha vivido Poblenou. El problema es que ya casi no existen en Barcelona zonas donde nos podamos instalar". El grupo de creadores no s¨®lo ha utilizado este espacio como lugar para realizar su propia creaci¨®n, sino que desde un principio les motiv¨® la voluntad de actuar como plataforma de otros artistas. "Quer¨ªamos dar una ¨®ptica diferente a la de las galer¨ªas comerciales, permitir que el artista se expresase con la libertad de disponer de un espacio en el que pudiese realizar lo que deseara", dice Eduardo P¨¦rez. La sala de exposiciones tambi¨¦n ha servido para congregar a un grupo de personas que peri¨®dicamente visitan el espacio para contemplar la exhibici¨®n y echar un vistazo al trabajo de los artistas que se encuentran en los talleres. En abril de 1996 inauguraron la primera exposici¨®n, cuyo titulo era una declaraci¨®n de principios: Els meus amics i amigues. En ella que participaron m¨¢s de treinta artistas. El ep¨ªlogo de esta historia tambi¨¦n parece premonitorio: el artista alem¨¢n Markus Pf?nder muestra hasta el 9 de mayo un conjunto de polaroids ampliadas que tratan el tema del equilibrio en situaciones dif¨ªciles.
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