"Cuanto m¨¢s grande es el autor mayor es su duda"
Guillermo Cabrera Infante dialoga con Cervantes al recibir el m¨¢ximo galard¨®n de las letras. espa?olas
No fue un discurso al uso. Como ya hicieron los 22 escritores que le precedieron en el premio, Guillermo Cabrera Infante, de riguroso chaqu¨¦, dej¨® su impronta personal en su alocuci¨®n, cuyo contenido fue un secreto hasta el ¨²ltimo momento puesto que pr¨¢cticamente s¨®lo Miriam G¨®mez, su esposa, lo conoc¨ªa. Casi en el ¨²ltimo minuto, Cabrera, que acort¨® el discurso que ten¨ªa previsto, a?adi¨® de su pu?o y letra con pluma de tinta negra: In memoriam Octavio Paz". El escritor cubano, que acababa de recibir con cierto nerviosismo de manos del rey Juan Carlos la escultura y la medalla conmemorativas del Nobel de las letras espa?olas, dotado con 15 millones de pesetas, recurri¨® en su parlamento a un juego literario -"como la literatura, un salto mortal sin red"-:?Con qui¨¦n famoso te gustar¨ªa cenar esta noche?, para dialogar con su contempor¨¢neo Cervantes en su lecho de muerte. El lugar elegido para el encuentro fue un comedor de muebles macizos en la antigua calle de Le¨®n, "hoy llamada, para mayor injuria, calle de Lope de Vega".
En el discurso, ni Cervantes ni Cabrera beben vino. S¨®lo agua, r¨ªos de agua. Cabrera se sent¨® deferente a su derecha, desde donde ve¨ªa bien su mano mala, y lo mir¨® con cierta melancol¨ªa. "Mientras m¨¢s grande es el autor mayor ser¨¢ su duda, que es una forma de modestia", reflexion¨® Cabrera.
Envidia e insultos
Naturalmente hablaron de Lope de Vega, uno de los prinxcipales negadores del talento de Miguel de Cervantes. "S¨®lo la envidia hizo que cayera tan bajo con sus insultos", le respondi¨® Cervantes a Cabrera al referirse a su "enemigo encarnado". "Para m¨ª", le dijo a Cervantes en otro momento el autor de Tres tristes tigres, "todos sus libros son un libro: ¨²nico, real y maravilloso, y el mejor que se ha escrito en nuestro idioma". En el discurso hubo sitio para apuntar cosas del presente y para recordar el pasado. Cabrera Infante le cont¨® al crea dor de don Quijote que se hab¨ªa estrenado una comedia musical llamada El hombre de la Mancha y ¨¦ste se sorprendi¨® ante el hecho de que pudiera haber una comedia con m¨²sica. Se quej¨® el autor de La Habana para un infante difunto de los reaccionarios que le negaron a Cervantes el permiso para emigrar a lo que se llamaba Am¨¦rica, y fue en ese momento cuando el di¨¢logo imaginario alcanz¨® su punto m¨¢s divertido: "Si su gran libro hubiera sido escrito en la Nueva Espa?a ?Q¨²e le parece Don Quijote de las Indias? ?Qu¨¦ tal Sancho Pampa?", se pregunt¨® el escritor cubano.
Guillermo Cabrera Infante no sonr¨ªe casi nunca, pero ayer levant¨® carcajadas entre los asistentes a la entrega del Premio Cervantes cuando le habl¨® a su contertulio en el lenguaje de nuestra ¨¦poca y le explic¨® que Mark Twain es un seud¨®nimo y quiere decir marca n¨²mero dos.
Antes de que desapareciera el maestro, Cabrera Infante, que se defini¨® como "aprendiz de Cervantes", le present¨® a Mart¨ª y agradeci¨® a Espa?a que haya sido el pa¨ªs que ha editado todos sus libros. "Mis pares me concedieron este premio Cervantes que atesoro", agreg¨® antes de destacar la labor de su agente Carmen Balcells, presente en la sala, a la que accedi¨® en silla de ruedas.
Quedaba claro que Cabrera hab¨ªa eludido voluntariamente toda referencia pol¨ªtica. Sin embargo, la ministra de Educaci¨®n y Cultura, Esperanza Aguirre, ley¨® un discurso con referencias a Cuba. Las p¨¢ginas de Cervantes son, seg¨²n dijo, la mejor ayuda contra la intolerancia, el mejor consuelo frente a la incomprensi¨®n. Y al referirse a Cabrera Infante -"pocos han sido capaces de crear la mitolog¨ªa de La Habana con tanta fuerza y color"- no eludi¨® que en virtud de su "indeclinable amor a la libertad se vio en la obligaci¨®n de abandonar su querida patria".
La ministra sorprendi¨® a m¨¢s de uno de los asistentes a la entrega del Cervantes cuando dijo que "casi todo el Planeta" simpatiz¨® con la revoluci¨®n cubana en sus inicios. Luego fue directa al grano y se refiri¨® a la experiencia dolorosa del exilio y de la amistad de Cabrera Infante con Carlos Franqui con estas palabras: "Volver¨ªan a encontrarse en el exilio, los dos excluidos, los dos, como tantos otros, borrados de la literatura oficial del pa¨ªs cuyas letras ellos prestigiaban notablemente desde el exilio". Tuvo tambi¨¦n un recuerdo para cubanos indiscutibles como Alejo Carpertier, Lezama Lima, Reinaldo Arenas y Gast¨®n Baquero.
La presencia de Cuba
Don Juan Carlos, que presidi¨® el acto acompa?ado de la reina Sof¨ªa, alab¨® las excelencias como escritor y como hombre del premiado. Tras evocar la figura de Octavio Paz, que falleci¨® en M¨¦xIico D. F. el pasado lunes, el Rey asegur¨® que desde sus primeros textos Cuba est¨¢ presente en la obra del autor de Ella cantaba boleros. "La Habana es el principio y fin de su andadura. Y pues tiene su residencia, desde hace a?os, en Londres, quiz¨¢ convenga recordar las palabras de Dickens: 'Comprendi¨® que deseaba ser ciudadano del ".
Se refiri¨® tambi¨¦n el monarca a 1998 como el a?o en que se completa simb¨®licamente el ci clo de una d¨¦cada que ha visto nacer a la Comunidad Iberoamericana de Naciones. El Rey, que destac¨® las excelencias de Cabrera Infante como persona, predijo que tendr¨¢ un lugar de honor en la historia de la literatura. Concluy¨® su discurso alabando la obra del autor cubano por abrir perspectivas nuevas para la lengua espa?ola, "nuestro gran patrimonio com¨²n".
El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, que asisti¨® acompa?ado de su esposa, Ana Botella, presidi¨® el acto junto a los Reyes. La ausencia a la solemne ceremonia del presidente del Brasil, Fernando Henrique Cardoso, que suspendi¨® su visita a las pocas horas de su llegada a Madrid al conocer la muerte del dirigente pol¨ªtico Luis Eduardo Magalhaes, provoc¨® que una de las filas del Paraninfo de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares, donde se celebr¨® la entrega del Premio Cervantes, quedara vac¨ªa.
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