Borrell barre en Catalu?a y obtiene m¨¢s del 80% de los votos de la militancia del PSC

La inesperada victoria de Josep Borrell sobre Joaqu¨ªn Almunia hizo enmudecer anoche al l¨ªder del PSC, Narc¨ªs Serra y a su equipo de colaboradores, al tiempo tiempo que desataba la euforia entre las bases del partido. Serra ya contaba con un triunfo de Borrell en Catalu?a, donde cosech¨® casi el 83% de los votos. Pero cuando empez¨® a tomar cuerpo la noticia de que su triunfo se extend¨ªa a toda Espa?a, la direcci¨®n de los socialistas catalanes enmudeci¨®. Borrell vapule¨® a Almunia. Sum¨® 14.918 papeletas, frente a las 3.064 del secretario general del PSOE. La participaci¨®n fue del 62,4%.

Durante todo ese tiempo, la c¨²pula del PSC sencillamente no existi¨®: ni para los periodistas, a quienes se confin¨® en el s¨®tano de la sede central del partido en Barcelona, ni para los gozosos militantes. S¨®lo al cabo de esas tres horas, Serra declar¨® la "gran satisfacci¨®n" que le embargaba a ¨¦l y a todo su partido por el hecho de que un miembro del PSC sea el candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno. Que Borrell pudiera arrasar en Catalu?a incomodaba a Serra y a su equipo, aunque ya estaban hechos a ella y confiaban en que los socialistas del resto de Espa?a acabaran inclinando la balanza hacia Almunia. Cuando los escrutinios parciales empezaron a esbozar el triunfo de Borrell, la perplejidad, primero, y la inquietud, despu¨¦s, empezaron a rondar en la c¨²pula del PSC, en palabras de un miembro de la ejecutiva pr¨®ximo a Serra. Tres inc¨®gnitas constitu¨ªan la base de esa inquietud. Una, el impacto que el resultado tendr¨¢ sobre las estructuras del socialismo espa?ol, sobre todo despu¨¦s de que Almunia anunciase que dimitir¨ªa como secretario general del PSOE si perd¨ªa las primarias. Dos, el efecto sobre el complejo equilibrio interno de la direcci¨®n del PSC, en la que Borrell siempre ha sido un outsider, en ocasiones ninguneado. Y tres, c¨®mo administrar¨¢ Borrell su victoria. Las prevenciones de la direcci¨®n del PSC contrastaban notoriamente con la euforia de los militantes socialistas que anoche se iban concentrando en la sede del partido. Y de forma especial con la de los capitanes territoriales de Barcelona, como Antonio Santiburcio y Joan Ferran, borrellistas de primera hora que son considerados como el sector m¨¢s radical de los nuevos cuadros socialistas de segunda generaci¨®n. La evaluaci¨®n de la ejecutiva no lleg¨® hasta medianoche. Serra no apareci¨® en p¨²blico en Barcelona hasta que el secretario de organizaci¨®n del PSOE, Cipri¨¤ C¨ªscar, hubo hecho lo propio en Madrid. El l¨ªder del PSC subray¨® que la victoria de Borrell en las primarias era el primer paso para la reconquista del Gobierno por parte del PSOE. Serra celebr¨® el triunfo de un miembro de su partido y consider¨® que esa victoria se hab¨ªa debido a que Borrell hab¨ªa hecho una gran campa?a capaz de despertar la ilusi¨®n de los socialistas y de conectar "con una amplia mayor¨ªa social que est¨¢ a favor de un gobierno de progreso". "Los socialistas hemos expresado nuestra voluntad de ganar las pr¨®ximas elecciones generales", apunt¨®. Serra se neg¨® a responder cualquier pregunta sobre las repercusiones que las primarias podr¨¢n tener en la vida interna del PSOE y del PSC. Prefiri¨® destacar el apoyo cosechado en toda Espa?a por "un socialista catal¨¢n que incluso tiene un apellido dif¨ªcil de pronunciar en castellano", as¨ª como ensalzar "la valent¨ªa y la honestidad pol¨ªtica" de Almunia. P?GINA 3