La noche de Max Estrella
700 personas inauguran el primer itinerario valleinclanesco
A la manera del dublin¨¦s Bloomsday joyciano, el escritor y gestor cultural Ignacio Amestoy ha creado La noche de Max Estrella, un itinerario por diversos santuarios valleinclanescos, y la respuesta a su l¨²dico recorrido, realizado la noche del 23 de abril, D¨ªa Internacional del Libro, ha desbordado todas las previsiones. Cientos de personas, entre las que se encontraban artistas e intelectuales como Alonso Zamora Vicente, Jos¨¦ Luis G¨®mez, Francisco Umbral, Manuel de Blas o Jer¨®nimo L¨®pez Mozo, se sumaron a todo, o parte, del recorrido.
Luces de Bohemia, considerada la mejor obra del teatro contempor¨¢neo espa?ol, transcurre a lo largo de una noche, en la que Valle-Incl¨¢n lanza a sus personajes, Max Estrella y Don Latino de Hispalis, a un viaje inici¨¢tico por los lugares comunes al viejo Madrid valleincalenesco, cuna del esperpento. Todos esos santuarios fueron recorridos la noche del jueves, a partir de las ocho de la tarde, por 700 personas, que se convirtieron en 400 a medianoche, en 100 a las tres de la madrugada y en 2 a las siete de la ma?ana. Las paradas del feliz v¨ªa crucis fueron muchas. El Pretil de los Consejos de la Cueva de Zaratrusta, junto a Casa Ciriaco, donde el anarquista Mateo realiz¨® su fechor¨ªa. El Ministerio de la Gobernaci¨®n, hoy sede de la presidencia del Gobierno madrile?o en la Puerta del Sol, donde Max Estrella estuvo detenido unas horas, junto al paria catal¨¢n. El Callej¨®n del Gato, en cuyos espejos c¨®ncavos, a¨²n hoy expuestos, Valle se inspir¨® para crear el esperpento. La Fontana de Oro, donde el autor gallego se encontraba con sus contertulios. El Caf¨¦ de la Monta?a, que en Luces... era el Caf¨¦ Col¨®n -hoy desaparecido, aunque no as¨ª el Hotel Par¨ªs, donde se encontraba La Bu?oler¨ªa Modernista de Luces..., popularmente conocida ahora como la Chocolater¨ªa San Gin¨¦s, donde se lleg¨® ya entrada la madrugada. Y, por fin, el punto exacto donde se encontraba la Taberna de Picalagartos, calle Montera esquina a Sol, convertido por la romer¨ªa en escenario de conjuros antes de que cantara el gallo.
?stas fueron las capillas valleinclanescas visitadas, aunque los m¨¢s noct¨ªvagos se fueron, como Max, a buscar un d¨¦cimo de loter¨ªa, o siguieron la juerga hasta el amanecer.
La parada y fonda se realiz¨® en el C¨ªrculo de Bellas Artes, instituci¨®n que colabor¨® en la llamada de Amestoy, junto a la Fundaci¨®n Fomento del Teatro. All¨ª se degust¨® un cocido a medianoche, a 2.000 pesetas por barba, lo que hizo que el n¨²mero de bohemios se redujera un 40%. El plato elegido le pareci¨® a Umbral el ¨²nico fallo de lo que consider¨® una magn¨ªfica iniciativa: "El garbancero era Gald¨®s, al que Valle ten¨ªa man¨ªa. No nos lo hubiera perdonado. Su Madrid no era garbancero, era modernista", dijo el escritor, que ley¨® en la Fontana de Oro las ¨²ltimas l¨ªneas de su libro Los botines blancos de Piqu¨¦.
Valle-Incl¨¢n, que no era especialmente cervantino, pero s¨ª admirador del Quijote, dijo: "El Quijote ha de encarnarse en un Quijote cualquiera, el resultado ser¨¢ el esperpento". Amestoy se?ala que esa afirmaci¨®n anunciaba a Max Estrella y su Sancho, Don Latino, por lo que no dud¨® en incorporar una visita a la lectura del Quijote en el C¨ªrculo de Bellas Artes. All¨ª, los actores Manuel de Blas y Paco Vidal, y el dramaturgo Jer¨®nimo L¨®pez Mozo, en representaci¨®n de todos los bohemios, leyeron unos fragmentos.
El ¨¦xito de la noche confirm¨® que s¨®lo fue la primera edici¨®n de algo que Amestoy y sus colaboradores quieren convertir en un encuentro anual.
Babelia
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