El factor tiempo

Apoyados por un conjunto de m¨²sicos j¨®venes y eficaces, luces hechas con sensibilidad y una cierta conciencia de responsabilidad con los bailes tradicionales, los miembros de la compa?¨ªa de Ricardo Franco abordaron en la primera parte del programa un cuadro flamenco con n¨²meros excesivamente largos, donde el lucimiento individual llega a perder todo inter¨¦s por mor de la extensi¨®n gratuita. A pesar de ello, el cuerpo de baile (vestido elegantemente en tonos que iban del arcilla ribere?a al barro alfarero) mostr¨® pujanza y velocidad en las exigentes evoluciones que marcan el estilo de Manolo Mar¨ªn, que siempre intenta sacar los palos de su cauce conc¨¦ntrico natural para extenderlos en una planimetr¨ªa abierta, rica en contrastes y despleg¨¢ndose hacia todos los rincones del escenario. El paso a dos creado por Franco para ¨¦l mismo y la bailaora Beatriz Mart¨ªn es m¨¢s ingenio que novedad y denota pragmatismo, es decir, cada int¨¦rprete intenta brillar en su cuerda propia (¨¦l a partir de su formaci¨®n acad¨¦mica y ella de su ra¨ªz flamenca) Franco conserva las mejores zonas de su baile, por las que se les recuerda como uno de los m¨¢s elegantes productos de su generaci¨®n: emotividad y cierto poso amargo. Mart¨ªn hace un baile maduro, pero excesivamente igualitario y sin matices. M¨¢s que un defecto parece ser una est¨¦tica muy a la moda, primar la fuerza sobre la sutileza aparcando lo m¨¢s fr¨¢gil de los estilos antiguos y haciendo recaer el peso en el tac¨®n y el desplante.

La segunda parte merece todo los elogios de la noche, y La Calle es una buena pieza de demostraci¨®n de lo que puede ser el baremo estil¨ªstico del nuevo flamenco. La m¨²sica en este caso es francamente brillante, con una pianista entregada y pasional, Eugenia Gabrieluk, y el grupo de percusi¨®n Macandecomp¨¢s. Menci¨®n importante para los cantaores y para la plantilla de bailarines, donde destacan Diana San Andr¨¦s, Carlos Chamorro, Jos¨¦ Merino y ocasionalmente Rafael de Carmen, a quien a veces falta la concentraci¨®n; La Calle tuvo un impactante comienzo a golpe de tac¨®n y luz cenital, derrochando energ¨ªa y fuerza. La pieza est¨¢ excelentemente vestida, con trajes bien concebidos, y el resultado es un ballet coral en que el flamenco se beneficia de las formas, estructura y experiencia originarias del ballet y de, su creador. El teatro estaba lleno y los aplausos fueron verdaderas ovaciones.