Un mundo, tres monedas
El euro hablar¨¢ en pie de igualdad con el d¨®lar y restar¨¢ peso al yen
El nacimiento del euro puede revolucionar el sistema monetario internacional, hasta ahora basado en el d¨®lar y en el yen como monedas de referencia para un alto porcentaje de operaciones en occidente y en oriente, respectivamente. La moneda ¨²nica podr¨¢ hablar en pie de igualdad con el billete verde y restar¨¢ proganismo al yen.El d¨®lar es actualmente la moneda mundial de referencia, ya que casi la mitad de las transacciones comerciales internacionales se realizan en esta divisa, frente al 15,5% de las referidas al marco alem¨¢n, la ¨²nica moneda que va a intergrar el euro con cierto peso a este respecto. Para comprender la importancia del d¨®lar, basta recordar que el comercio de Estados Unidos s¨®lo representa el 19,6% del total mundial, frente al 20,9% que representan las Once miembros del euro.
Tambi¨¦n desde el punto de vista financiero, el d¨®lar es el due?o y se?or de los mercados: m¨¢s del 60% de las reservas de los bancos centrales corresponde a esta moneda, frente al 20,1% de las monedas de la Uni¨®n Europea (incluyendo aqu¨ª la libra esterlina, que no participar¨¢ en el primer pelot¨®n de la moneda ¨²nica). El d¨®lar supone el 41,5% de las transacciones en los mercados mundiales de divisas, frente a s¨®lo el 18,5% del marco alem¨¢n.
Al analizar la composici¨®n de las emisiones internacionales de bonos, se puede comprobar que las denominadas en d¨®lares suponen el 38,5% del total, seguidas a distancia por las de marcos alemanes (15,7%) y de yenes (12,8%). La peseta, por su parte, apenas supone un 1%. Hasta ahora, las emisiones denominadas en ecus s¨®lo representan el 1,7% del total mundial, pero si se suman las emisiones denominadas en las divisas de los 11 pa¨ªses que van a participar en el euro, ¨¦stas llegan a representar en torno al 29,5%.
La moneda ¨²nica europea, apoyada por el futuro Banco Central Europeo, est¨¢ llamada a conversirse en una de las dos grandes divisas de referencia en el futuro inmediato, amenazando la hegemon¨ªa que ha venido disfrutando el d¨®lar desde el final de la Segunda Guerra Mundial, y haciendo sombra al yen japon¨¦s, m¨¢s limitado al ¨¢rea regional asi¨¢tica. ?El euro tiene el potencial necesario para reformar el mercado financiero europeo y para transformar el internacional?, afirma un estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI).
No es para menos. La poblaci¨®n de los Once (290 millones de habitantes) ser¨¢ superarior a la de Estados Unidos (268 millones) y a la de Jap¨®n (124 millones) y su producto interior bruto (PIB) ser¨¢ casi igual que el del gigante norteamericano (6,9 billones de d¨®lares, frente a 7,2 billones) y muy superior al japon¨¦s (v¨¦ase gr¨¢fico).
Hasta ahora ese potencial europeo no se ha podido trasladar a sus monedas, enfrentadas unas contra otras en los mercados de divisas como producto de la diversidad de pol¨ªticas monetarias emprendidas por cada uno de los pa¨ªses comunitarios y que se han venido traduciendo en diversas tormentas monetarias. Ahora, sin embargo, no son pocos los analistas que consideran que el nacimiento del euro modificar¨¢ sustancialmente la estrategia de los organismos de cooperaci¨®n econ¨®mica mundial. As¨ª, en lugar del Grupo de los Siete pa¨ªses m¨¢s industrializados (EE UU, Jap¨®n, Canad¨¢, Reino Unido, Alemania, Francia e Italia), se podr¨ªa llegar a un Grupo de los Tres, que englobar¨ªa a las zonas del d¨®lar, del yen y del euro. Algunos analistas estadounidenses consideran que el euro arrebatar¨¢ parcelas de negocio al d¨®lar, aunque piensan que para EE UU ser¨¢ beneficioso contar con una Europa m¨¢s estable desde el punto de vista pol¨ªtico y econ¨®mico. Pero otros son m¨¢s precavidos y temen que la p¨¦rdida de influencia del d¨®lar se traslade al terreno pol¨ªtico y que, finalmente, ello suponga una reducci¨®n del crecimiento americano.
Las repercusiones para el ¨¢rea del yen ser¨¢n menos llamativas. La econom¨ªa nipona mantiene una cuarta parte de sus intercambios exteriores con EE UU y s¨®lo un 6% con la Uni¨®n Europea (10% con el total del Viejo Continente). Sus mayores flujos comerciales se sit¨²an en el continente asi¨¢tico (32%) y Ocean¨ªa (10%); es decir, sus vecinos naturales. Los expertos consideran que dificilmente Jap¨®n, y el yen por consiguiente, perder¨¢n peso en esta regi¨®n a medio plazo.
El pr¨®ximo d¨ªa 3 se fijar¨¢n los tipos de cambio bilaterales de las monedas que formen parte del euro, que entrar¨¢ en vigor el pr¨®ximo primero de enero. En esos siete meses, pocos analistas esperan que las monedas europeas sufran ataques especulativos, dado que la tabla de conversi¨®n que se apruebe no diferir¨¢ de la que actualmente existe en el Sistema Monetario Europeo. Solamente existe la remota posibilidad de que se revise la libra irlandesa, que se ha encarecido a causa de su ligaz¨®n con la esterlina aunque la reevaluaci¨®n efectuada en marzo puede haber hecho desaparecer esta posibilidad.
En cualquier caso, estos tipos de cambio tendr¨¢n que ser ratificados por el mercado, ya que desde mayo hasta enero estas divisas seguir¨¢n cotizando libremente y cualquier mala nota para la pol¨ªtica econ¨®mica o monetaria de un pa¨ªs puede traducirse en un castigo a su moneda. Pero desde hace mucho tiempo las divisas europeas han llevado una vida muy tranquila, al abrigo de unas especulaciones que han preferido centrarse en las monedas del sureste asi¨¢tico, m¨¢s vulnerables. En este aspecto, para evitar fluctuaciones, tambi¨¦n es necesario ir a la convergencia en los tipos de inter¨¦s oficiales, ya que todav¨ªa existe una gran diferencia entre la remuneraci¨®n que ofrecen hoy el marco alem¨¢n o el franco frances (3,30%) y la de la lira italiana (5%) o la peseta (4,5%). Y aqu¨ª tambi¨¦n hay que tener presente que el d¨®lar, el rival mas importante, est¨¢ ofreciendo unos tipos del inter¨¦s oficiales del 5,50%, mientras que la libra da el 7,25%. Jap¨®n, con el 0,5%, queda lejos de poder competir en ese aspecto. Los analistas, pues, consideran que s¨®lo una cat¨¢strofe, hoy por hoy inimaginable, puede perturbar los ¨²ltimos pasos hacia el nacimiento del euro.
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