Cupo de inmigrantes y programas de desarrollo
Le escribo desde la ciudad de Lagos, en Nigeria, donde dirijo un proyecto de formaci¨®n de cuadros intermedios desde hace 10 a?os. Le¨ª con inter¨¦s EL PA?S del d¨ªa 1 de abril, en el que se expon¨ªa la demanda de los sindicatos y ONG para ampliar el cupo de inmigrantes. Dicen que 8.415 permisos son pocos para los que se necesita. Desde un punto de vista que pretende solucionar un problema creciente a corto plazo, se debe de encontrar una soluci¨®n respetuosa y viable. El problema es acomodar la avalancha de inmigrantes que vienen a nuestro pa¨ªs al amparo de la hospitalidad de nuestras gentes y la benignidad del clima y de nuestra pol¨ªtica interior y que viven en condiciones infrahumanas.La soluci¨®n que se ofrece no est¨¢ clara: si se les acomoda entonces pierde sentido cualquier programa de desarrollo en ?frica o en cualquier otro continente, ?para qu¨¦ gastarse en desarrollar su propio pa¨ªs si pueden abrirse camino en naciones desarrolladas? Aparte de la falta de fondos (la mayor¨ªa de los fondos destinados en Espa?a al desarrollo van a Suram¨¦rica), el problema con que nos encontramos todos los d¨ªas los que nos hallamos en el frente del desarrollo es el de la emigraci¨®n: mientras unos pocos extranjeros y sus colaboradores locales estamos tratando de abrir brecha en el desarrollo del Tercer Mundo, los individuos m¨¢s capacitados y que podr¨ªan hacer m¨¢s por sus propios pa¨ªses emigran de sus tierras en busca de progreso y de la comodidad que la sociedad de consumo ofrece. Y en Espa?a son bienvenidos casi 10.000 inmigrantes cada a?o; Estados Unidos, por ejemplo, tiene un sistema de inmigraci¨®n que ofrece 50.000 permisos de residencia al a?o (llamados carta verde) a familias escogidas y de cierto nivel; todo esto, desde un punto de vista, alimenta el racismo, ya que supone que estos inmigrantes no podr¨¢n ser art¨ªfices del desarrollo de sus respectivos pa¨ªses; estos pa¨ªses, a su vez, son sangrados por estas pol¨ªticas de inmigraci¨®n: si esto pasa cada a?o, pa¨ªses como Nigeria no podr¨¢n recobrarse f¨¢cilmente... Simplemente se les ayuda a alienarse de un problema del que en justicia no pueden desentenderse.Y el problema del subdesarrollo contin¨²a, perenne y auspiciado por los pa¨ªses desarrollados.
Es cierto que los espa?oles hemos emigrado durante a?os buscando un sol m¨¢s acogedor y pastos m¨¢s verdes. Desde este punto de vista no tenemos derecho a cerrar las puertas a nadie. Nos trataron mejor o peor donde quiera que fuimos, pero pudimos emigrar y vivir en aquellos pa¨ªses y volver con la frente bien alta y una posici¨®n econ¨®mica comparativamente mejor. Pero a la hora de formular pol¨ªticas globales no podemos contentarnos con acoger a los emigrantes; debemos pensar en las causas de emigraci¨®n y en c¨®mo paliarlas. La pobreza, la perspectiva econ¨®mica de las relaciones bilaterales, donde el d¨¦bil tiene que pagar m¨¢s, los dictados de la pol¨ªtica exterior, son las fuerzas prevalentes a la hora de optar por la posici¨®n coherente. No olvidemos que la opini¨®n del votante es tambi¨¦n determinante; esta opini¨®n se forja a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n en muchos casos con situaciones impacto y no siempre con razones de peso.
Pienso que los espa?oles deber¨ªan madurar su posici¨®n frente al Tercer Mundo y al desarrollo e ir m¨¢s all¨¢ del caso particular (que siempre puede ser dram¨¢tico y solucionable, pero que no deber¨ªa dictar la pol¨ªtica del pa¨ªs). Los espa?oles deben entender que la soluci¨®n final no reside s¨®lo en dar la bienvenida a inmigrantes (ser¨ªa el cuento de nunca acabar); si uno tiene verdadero amor a la raza humana, deber¨ªa poner su esfuerzo en ayudarles a desarrollarse in situ, donde quiera que est¨¦n, para que no se vean forzados a emigrar. Despu¨¦s de todo, con o sin progreso, tanto ellos (los inmigrantes) como nosotros (inmigrantes por causas humanitarias) somos extranjeros en tierras extra?as: y hablo tambi¨¦n por ellos, como en casa, en ning¨²n sitio.- Fern¨¢ndez.
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