El museo que naufrag¨®
Algunas gu¨ªas tur¨ªsticas incluyen entre las visitas recomendadas en Valencia el Museo Mar¨ªtimo. Pero su contenido l¨²dico y cultural se reduce desde hace a?os a un mont¨®n de cajas polvorientas. El Ayuntamiento mantiene embaladas y arrinconadas en las Atarazanas y en la Casa Museo Benlliure las maquetas navales, la cartograf¨ªa y el resto de fondos municipales que recrean la tradici¨®n mar¨ªtima de Valencia. La alcaldesa Rita Barber¨¢ dej¨® sobre la mesa hace dos a?os una propuesta de la oposici¨®n para ubicar el museo en las Atarazanas. En la actualidad, Barber¨¢ sigue sin incluir el museo en los presupuestos municipales y sin pronunciarse sobre su postergada reapertura. El Museo Mar¨ªtimo estuvo instalado hasta principios de los noventa en las Torres de Serranos, donde carec¨ªa de espacio e infraestructura. En esa ¨¦poca se desmantel¨® el museo y las maquetas de barcos se almacenaron, empaquetadas, en las habitaciones cerradas a cal y canto de la Casa Benlliure. A estos fondos hist¨®ricos hay que unirle el material de la exposici¨®n Port i ciutat, sobre la vocaci¨®n portuaria de Valencia, que arrastr¨® a 15.000 personas hasta las Atarazanas durante las pasadas Navidades. La maqueta de la antigua fortificaci¨®n mar¨ªtima de Valencia, la cartograf¨ªa medieval del puerto y las fotograf¨ªas que muestran la evoluci¨®n de los Poblats Mar¨ªtims fueron embaladas en enero y cr¨ªan polvo en un rinc¨®n de las Atarazanas. Los investigadores de la Universidad de Valencia que recopilaron el material hist¨®rico para la muestra, Josep Vicent Boira y Amadeo Serra, se quejan de que el Ayuntamiento "ha incumplido su promesa" de aprovechar todos estos fondos para el nuevo Museo Mar¨ªtimo. "Han pasado cuatro meses y el Ayuntamiento ni siquiera nos ha telefoneado para interesarse por el proyecto", lamenta Boira, que critica al Consistorio por desentenderse de la muestra desde el d¨ªa de la clausura. "Pudimos empaquetar los fondos gracias a la Consejer¨ªa de Cultura, que pag¨® los gastos", reprochan. La c¨¦lebre frase de la alcaldesa, en la que comparaba a Valencia con Rotterdam y Oporto -candidatas rivales en la pugna por la capitalidad cultural europea del 2001- por su car¨¢cter de ciudad mar¨ªtima, se torna ahora en contra suya. "A la hora de recuperar un museo que exhiba el car¨¢cter pesquero y portuario de la ciudad, nada de nada", denuncia la edil socialista Ana Noguera, molesta por el "estado deplorable, llenas de polvo y suciedad" en el que se encuentran las maquetas navales. Las preferencias de Barber¨¢ por celebrar "convites y actos vistosos, dentro de su pol¨ªtica de canap¨¦s" en las Atarazanas han sentenciado al Museo Mar¨ªtimo, seg¨²n el PSPV. El portavoz del Grupo Socialista, Aurelio Mart¨ªnez, enmarca el lastimoso estado del Museo Mar¨ªtimo en el contexto del resto de galer¨ªas y colecciones municipales que han corrido la misma suerte de telara?as. El museo de pesas y medidas, el museo arqueol¨®gico, el museo de la ciudad, el museo del agua o el remozado museo paleontol¨®gico comparten por ahora la condici¨®n de realidades virtuales. Pero Barber¨¢ conf¨ªa en inaugurar pronto un museo que acoja el archivo municipal, los documentos de la Taula de Canvis y exposiciones temporales de la obra del pintor Joaqu¨ªn Sorolla en el Palau de Cervell¨®. Claro que los 400 millones aportados por la Diputaci¨®n de Valencia -en uno de sus favores econ¨®micos a la Generalitat- han acelerado la rehabilitaci¨®n de este palacio. Para que las maquetas y los documentos hist¨®ricos de la Valencia mar¨ªtima puedan exhibirse al p¨²blico de una vez por todas, Boira y Serra proponen que el museo se instale en cualquiera de los edificios hist¨®ricos de la d¨¢rsena interior del puerto, como las antiguas aduanas de 1930 o los docks (dep¨®sitos comerciales) de 1918. De esta forma, el museo estar¨ªa, como en Barcelona, en primera l¨ªnea de mar.
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