Una ni?a de 14 a?os se convierte en v¨ªctima de un asedio period¨ªstico en el Reino Unido
"The Times" publica la biograf¨ªa de la madre, que asesin¨® a dos ni?os a los 11 a?os
Seis meses despu¨¦s de que los directores de peri¨®dicos se comprometieran a respetar un acuerdo voluntario de autorregulaci¨®n, toda la prensa sensacionalista brit¨¢nica se ha lanzado sobre una s¨®rdida historia. La v¨ªctima m¨¢s directa es ahora una adolescente ajena hasta esta semana a la verdadera identidad de su madre, Mary Bell, una de las asesinas de ni?os m¨¢s conocidas del Reino Unido. ?sta ¨²ltima ha recibido una suma, de cuant¨ªa no revelada, a cambio de contar su vida para un libro cuya publicaci¨®n ha iniciado The Times , uno de los peri¨®dicos que pasan por serios.
Cuando ten¨ªa 11 a?os, Mary Bell mat¨® a dos ni?os de tres y cuatro a?os de edad en Newcastle, una ciudad del norte de Inglaterra. Puesta en libertad tras pasar 12 a?os en la c¨¢rcel, Mary vivi¨® desde entonces en el anonimato, con su identidad protegida por la legislaci¨®n vigente. Sin embargo, el pago de una suma por su colaboraci¨®n para un libro ha desatado una aut¨¦ntica persecuci¨®n capitaneada por el sensacionalista The Sun.La autora del libro, Gitta Sereny, ya escribi¨® sobre la asesina en 1973, en aquel tiempo sin su ayuda. Que ahora le haya pagado por su colaboraci¨®n le parece natural: ?De no haberlo hecho, mi presencia en su vida hubiera sido un abuso tan grande como el padecido en la ni?ez a manos de su madre?, ha se?alado. Hija de una prostituta especializada en servicios sadomasoquistas que la inclu¨ªa en sus sesiones con los clientes, Mary ten¨ªa un padrastro alcoh¨®lico y ladr¨®n. La biograf¨ªa detalla los abusos de que fue objeto, la sentencia, la reclusi¨®n en una c¨¢rcel com¨²n y la falta total de apoyo psiqui¨¢trico que sigui¨® a la condena. El dinero pagado por sus recuerdos ha servido a los tabloides para justificar la operaci¨®n de b¨²squeda, que ha culminado con una acampada de reporteros en el jard¨ªn de la casa de Bell, ansiosos no s¨®lo de fotografiar a la mujer, sino a su hija de 14 a?os, que hasta ahora ha vivido ignorante del pasado de su madre. La polic¨ªa tuvo que sacar a la madre y a su hija de madrugada para llevarlas a una direcci¨®n secreta, mientras el fiscal del Estado amenazaba ayer a los peri¨®dicos con aplicar la pena de desacato al que contin¨²e en la b¨²squeda de la menor, que est¨¢ bajo la protecci¨®n de la ley.
Los asesinos convictos no pueden recibir compensaci¨®n econ¨®mica alguna en el Reino Unido. Ese mismo dinero espurio abonado por la bi¨®grafa ha ?horrorizado? al primer ministro laborista, Tony Blair, quien, en una intervenci¨®n parlamentaria, ha lamentado la existencia del ?beneficio obtenido? con el relato de la muerte de dos ni?os.
Jack Straw, ministro del Interior, ha hecho algo m¨¢s que quejarse. Cuando las dos madres de los ni?os asesinados escribieron una carta a The Sun pidiendo que la suma acabara en la beneficencia, el ministro critic¨® la actuaci¨®n de los tabloides, pero achac¨® gran parte de la culpa de lo sucedido a Mary Bell, ?porque ha sido la primera en rechazar la protecci¨®n legal al lucrarse con el relato de sus horribles cr¨ªmenes?.
The Guardian ha pedido a sus enfebrecidos colegas -no s¨®lo del Sun , sino tambi¨¦n de Daily Mail , The Express y The Mirror - que ?recojan a sus perros de presa de una vez?. The Independent , por su parte, esperaba m¨¢s de los l¨ªderes laboristas en esta prueba de fuego para toda la prensa nacional. Andrew Marr, su director, afirmaba ayer que Tony Blair no ha sabido imponerse a la presi¨®n de los tabloides. ?En lugar de condenar una persecuci¨®n que destroza a tres familias, ha preferido rechazar un feo acuerdo econ¨®mico. Es una pena, porque los pol¨ªticos han seguido a sus nuevos due?os de la prensa en lugar de guiarles por el buen camino?, escribe en alusi¨®n a la influencia sobre Blair que se atribuye a Rupert Murdoch, propietario de The Times y The Sun .
The Daily Telegraph, que rechaz¨® la compra de los derechos del libro, se ha limitado a explicar que no quer¨ªa molestar al lector ni ser criticado por la competencia. The Times s¨ª que compr¨® esos derechos: se especula con cifras superiores a 10 millones de pesetas. Y ya lleva publicados tres cap¨ªtulos.
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