Miles de navarros despidieron con aplausos al concejal asesinado
Un impresionante silencio, roto ¨²nicamente por los aplausos de miles de personas agolpadas en las calles c¨¦ntricas de Pamplona, acompa?¨® ayer el traslado hasta el cementerio del concejal portavoz de Uni¨®n del Pueblo Navarro (UPN), Tom¨¢s Caballero, asesinado el pasado mi¨¦rcoles por un pistolero de ETA.Muchos miles de personas visitaron desde la tarde del mi¨¦rcoles la capilla ardiente del pol¨ªtico regionalista, de 63 a?os, que permaneci¨® instalada en el Ayuntamiento pamplon¨¦s. El arzobispo em¨¦rito de Pamplona, Jos¨¦ Mar¨ªa Cirarda, un buen amigo suyo, celebr¨® la eucarist¨ªa en la m¨¢s estricta intimidad familiar momentos antes de proceder a su entierro. "En su casa, la casa de un profundo cristiano, un sitio en el que com¨ª muchas veces", record¨® Cirarda, quien pidi¨® a los cinco hijos del fallecido "que salgan parecidos a su padre".
El dolor segu¨ªa reflej¨¢ndose ayer en los compa?eros del fallecido, que deambulaban silenciosos y cabizbajos por los pasillos del Ayuntamiento. Miles de telegramas de condolencia se agolparon en los despachos, entre ellos el remitido por el rey Don Juan Carlos en nombre de la familia real. La capilla ardiente fue visitada por personalidades pol¨ªticas llegadas de toda Espa?a para expresar su solidaridad con la familia de Tom¨¢s Caballero, entre ellas la ministra de Educaci¨®n y Cultura, Esperanza Aguirre; el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n; el primer teniente de alcalde de Sevilla y presidente del Partido Andalucista, Luis Rojas Marcos; el alcalde de Vitoria, Jos¨¦ ?ngel Cuerda (PNV), y el portavoz del PP en el Senado, P¨ªo Garc¨ªa Escudero. Asimismo acudi¨® ??igo de Oriol, presidente de Iberdrola, empresa en la que Caballero trabaj¨® durante 42 a?os.Al entierro y al funeral asistieron los vicepresidentes Francisco ?lvarez Cascos y Rodrigo Rato.
Miradas a la sede de HB
Poco antes del mediod¨ªa, un nutrido grupo de concejales del Ayuntamiento sacaron a hombros el f¨¦retro, cubierto con la bandera de la ciudad. Detr¨¢s se pod¨ªa ver a su familia, destrozada. Pilar Mart¨ªnez, su viuda, apenas se sosten¨ªa de pie y lloraba, al igual que sus hijas Ana y Mar¨ªa del Mar. Tampoco pudieron contener las l¨¢grimas sus hijos, Javier, Tom¨¢s y Jos¨¦ Carlos, el peque?o, que no pudo hacer nada para salvar a su padre cuando baj¨® a la calle y le encontr¨® agonizante en el interior del coche.La plaza del Ayuntamiento estaba repleta de ciudadanos que s¨®lo rompieron el fr¨ªo silencio con una atronadora salva de aplausos. Muchas miradas se dirig¨ªan a los balcones de la sede de HB de Navarra, cerrada a cal y canto y en la que se pod¨ªa ver una pancarta con reivindicaciones laborales, frente a las banderas a media asta y con crespones negros que jalonaban los balcones de la Casa Consistorial para recordar a la v¨ªctima de ETA.
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