Dos papas en Avi?¨®n
UNA REUNI?N de oficio como la que estos d¨ªas han sostenido en Avi?¨®n los Gobiernos franc¨¦s y alem¨¢n no pod¨ªa resolver sus desencuentros, puestos de relieve el pasado fin de semana en Bruselas. Las heridas abiertas con el nombramiento del presidente del Banco Central Europeo est¨¢n demasiado recientes, y los esfuerzos de Kohl y Chirac por aparentar que todo va bien no consiguieron evitar la sensaci¨®n de un desacuerdo m¨¢s que puntual. La falta de sinton¨ªa personal entre Chirac y Kohl es conocida, pero no basta para explicar el mal momento del eje vertebral de la UE. Tampoco resulta previsible confiar en una iniciativa conjunta en el pr¨®ximo consejo europeo de Cardiff, en junio, que resuelva estas diferencias. Cuando la uni¨®n monetaria hace perentoria la integraci¨®n pol¨ªtica es m¨¢s necesario que nunca que el eje Bonn-Par¨ªs se engrase y funcione.Las relaciones franco-alemanas no han vuelto a ser como en el pasado (por ejemplo, con Mitterrand), aunque 71 cumbres bilaterales hayan creado un cierto esp¨ªritu de familia. Siempre han tenido dificultades, pero superarlas fue prioritario en los 40 a?os de construcci¨®n europea. Ahora, cuando hay nuevas urgencias en la agenda -en relaci¨®n al funcionamiento del euro, la ampliaci¨®n de la UE, las relaciones con EE UU o la integraci¨®n de las industrias aeroespaciales-, el esfuerzo debe ser mucho mayor, y marcar¨¢ el liderazgo de sus presidentes.
Chirac acaba de demostrar, una vez m¨¢s, que siempre da prioridad a los factores internos franceses. Pero tambi¨¦n Kohl ha dado la impresi¨®n de haber perdido fuelle en Europa, y esto ¨²ltimo afectar¨¢, seguramente, a sus posibilidades electorales en septiembre. Es previsible que el empecinamiento del franc¨¦s -que se prolonga ahora con su pretensi¨®n de presidir, de nuevo, el Banco Europeo de Reconstrucci¨®n y Desarrollo (BERD), en perjuicio del candidato espa?ol- lleve a Kohl a endurecer su discurso, especialmente en lo relativo a la contribuci¨®n alemana a las arcas comunitarias, lo que podr¨ªa suponer tambi¨¦n un peligro para los fondos estructurales o de cohesi¨®n que recibe Espa?a. Lamentablemente, habr¨¢ que esperar a saber qui¨¦n gobierna en Alemania despu¨¦s de septiembre para que el motor franco-alem¨¢n vuelva a funcionar.
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