El Madrid pierde la ocasi¨®n de sentenciar

Primer match-ball salvado por el Pamesa. El equipo valenciano resiste y, tras derrotar ayer al Real Madrid, contin¨²a con vida. Quiz¨¢ ef¨ªmera. Quiz¨¢ ficticia, pero vida al fin y al cabo. El Real Madrid queda abocado a la disputa de un cuarto partido. Y no nos encontramos ante una eliminatoria de guante blanco. Ha llegado el v¨¦rtigo, la tensi¨®n, el sofoco. Por fin se perciben las caracter¨ªsticas intr¨ªnsecas a todo emparejamiento por el t¨ªtulo. Se ha prendido la mecha. El Real Madrid contin¨²a absorbiendo todo el favoritismo, pero el Pamesa Valencia ha salido de la caverna y ha lanzado una advertencia. Y un Pamesa rabioso es un rival inc¨®modo.Pronto se vio que el Pamesa se sacud¨ªa la asepsia de los partidos precedentes. El equipo de Vukovic eludi¨® a las primeras de cambio su proceso autodestructivo para penetrar de lleno en el fragor de la batalla. Los valencianos transmit¨ªan m¨¢s energ¨ªa positiva. En especial, quienes se hab¨ªan momificado durante las primeras citas. Hombres como Swinson, Perry y Radunovic abandonaban su escondite para asimilar la trascendencia de este tercer choque.

El Real Madrid, no obstante, ven¨ªa a Valencia dispuesto a sentenciar sin dilaciones, sin demoras. Por ello, adquiri¨® ventajas en los primeros instantes. Sobre todo, una vez m¨¢s, con la aportaci¨®n de Herreros, aut¨¦ntico eje anotador de su equipo. Hab¨ªa, en todo caso, partido. El Pamesa ya no era el equipo desvertebrado y desmadejado de Madrid. Su concentraci¨®n deparaba argumentos para el optimismo de una afici¨®n fren¨¦tica que ayer volvi¨® a dejar sin huecos el pabell¨®n de la Fuente de San Luis. Rodilla volv¨ªa a erigirse en el gu¨ªa espiritual del equipo y, por fin, el Pamesa Valencia se comportaba de nuevo como un colectivo serio y cohesionado. Los hombres de Vukovic hab¨ªan cambiado su discurso. Ya no se mostraban t¨ªmidos, apocados y encogidos. El Pamesa Valencia enarbolaba su esp¨ªritu m¨¢s beligerante, salvo cuando el Madrid apostaba por una defensa zonal. Con esta estrategia defensiva, los visitantes hallaron la v¨ªa m¨¢s clara para poner en aprietos a los valencianos. Hasta que Vukovic movi¨® el banquillo y hall¨® la soluci¨®n. ?lvarez y Fox aparecieron con la mu?eca caliente para pulverizar los estragos. Ya en ese instante de la segunda mitad, el Pamesa Valencia consegu¨ªa abrir las primeras brechas en el marcador. En el Madrid se asist¨ªa al relevo. Herreros entregaba el testigo a Bodiroga y Martin. Eran momentos tensos. El luminoso reflejaba estrecheces y el partido se encaminaba hacia una resoluci¨®n dram¨¢tica. Los tiros libres anotados por Swinson y Rodilla propiciaron que la victoria se quedara en casa.