Algo m¨¢s que un problema de impotencia
Fracaso personal y familiar tras la disfunci¨®n er¨¦ctil en dos millones de espa?oles
Viagra, la primera p¨ªldora contra la impotencia que a¨²n no se comercializa en Espa?a, amenaza con convertirse en objeto de deseo de los m¨¢s de dos millones de espa?oles que sufren alg¨²n tipo de disfunci¨®n er¨¦ctil. Aunque los especialistas aseguran que el 90% de los casos que ahora se someten a control m¨¦dico acaba bien, s¨®lo 2 de cada 100 afectados siguen alg¨²n tipo de tratamiento.?sa puede ser una de las ventajas de Viagra: acercar a los remisos a la consulta del m¨¦dico. Porque la p¨ªldora milagrosa exigir¨¢ receta cuando por fin llegue a las farmacias espa?olas a principios de 1999. Tambi¨¦n puede relegar los tratamientos tradicionales que, aunque efectivos, son m¨¢s complicados y molestos que la simple toma de una pastilla.
?Detr¨¢s de cada caso de impotencia hay un drama personal?. Un drama que afecta a miles de hombres -el 15% en los pa¨ªses desarrollados, el 35% entre los mayores de 40 a?os- y a sus parejas. Y es impotente, o sufre disfunci¨®n er¨¦ctil como gusta decir a los especialistas, todo aquel hombre cuyas erecciones no logran la rigidez necesaria para permitir la penetraci¨®n en un 50% de las ocasiones. No se trata, pues, de fallar en una o dos ocasiones, sino de tener un problema permanente.
Se trata de un problema que viven tanto quienes lo padecen directamente como quienes sufren sus consecuencias. Ellos se frustran; ellas sufren en silencio y ?se echan la culpa por no lograr atraer a sus parejas?. ?Muchos matrimonios acaban distanci¨¢ndose?, afirma un especialista. Pero las parejas son tambi¨¦n, en muchas ocasiones, el principio de la soluci¨®n: ?Son las mujeres, que est¨¢n m¨¢s informadas, las que empujan a sus hombres para que acudan al m¨¦dico?.
La disfunci¨®n er¨¦ctil no es, sin embargo, ¨²nica. La m¨¢s com¨²n -afecta al 75% de los casos- es de origen f¨ªsico y tiene sus ra¨ªces en otras dolencias del paciente: diabetes y enfermedades cardiovasculares, sobre todo. Pero tambi¨¦n problemas neurol¨®gicos, traumatismos, intervenciones quir¨²rgicas o la enfermedad del Peyronte o curvatura del pene, que sufren el 8% de los impotentes. Justo lo contrario de lo que se cre¨ªa hace 25 a?os. Entonces un 80% de casos se cre¨ªan de origen psicol¨®gico.
Pacientes reacios
Tambi¨¦n se ha dado la vuelta a la creencia de que la disfunci¨®n er¨¦ctil es una cuesti¨®n de edad y, por tanto, irresoluble. El principal obst¨¢culo para curar la impotencia es la actitud del paciente, seg¨²n Mariano Rosell¨®, del Centro de Urolog¨ªa, Androlog¨ªa y Sexolog¨ªa, una entidad privada con centros en Madrid y Palma de Mallorca. La mayor¨ªa de los hombres que la sufren, sea del tipo que sea, piensan que ?no son lo suficientemente viriles? y se resisten a acudir a un andr¨®logo o ur¨®logo. Tambi¨¦n sus compa?eras, mujeres o amantes, sufren el problema porque ?se echan la culpa por no conseguir atraer sexualmente a sus parejas?.Una vez en manos del m¨¦dico, el problema tiene casi siempre soluci¨®n. M¨¢s o menos agresiva; m¨¢s o menos inc¨®moda, pero soluci¨®n. La de m¨¢s ¨¦xito en los ¨²ltimos a?os han sido las autoinyecciones. En Espa?a las usan alrededor del 40% de espa?oles con esta disfunci¨®n y sus ventas ascienden a 14.000 unidades al mes. El hombre s¨®lo tiene que aplicarse una media hora antes de mantener relaciones sexuales. La erecci¨®n puede mantenerse hasta cinco horas. Aunque se trata de una terapia de ¨¦xito, no todos los hombres est¨¢n dispuestos a pincharse en una parte del cuerpo tan sensible. Antonio Allona, ur¨®logo del hospital Ram¨®n y Cajal, de Madrid, cree que ¨¦sta es ?una buena soluci¨®n que evita la intervenci¨®n quir¨²rgica?.
Las pr¨®tesis son el ¨²ltimo recurso. Se implantan de silicona o de cualquier otro material asimilable por los tejidos. En Espa?a se hacen entre 300 y 500 intervenciones de este tipo al a?o. Se trata sin embargo de una ?soluci¨®n sin vuelta atr¨¢s?, seg¨²n Allona. Y cara. El precio de estas pr¨®tesis va de las 200.000 hasta 1.300.000 pesetas, m¨¢s los gastos de intervenci¨®n.
Y en este panorama aparece Viagra. Una pastilla que promete soluci¨®n para entre un 50% y un 70% de hombres con alg¨²n tipo de disfunci¨®n er¨¦ctil, seg¨²n los primeros estudios. Los laboratorios que la han desarrollado, Pfizer, no se cansan de repetir que no se trata de un afrodis¨ªaco. Viagra, que se vende en botes de 30 pastillas en tres presentaciones distintas, s¨®lo act¨²a cuando existe excitaci¨®n. Si no, no tiene efecto. Lo que s¨ª admite Allona es que la propia p¨ªldora, que ha necesitado m¨¢s de diez a?os de investigaci¨®n, puede dar al hombre la suficiente ?confianza? en s¨ª mismo como para desbloquear su inhibici¨®n.
Su administraci¨®n exige receta y supervisi¨®n m¨¦dica, pero ya hay una avalancha de peticiones v¨ªa Internet. Se vende ya en EE UU, Gibraltar, Suiza y Andorra y est¨¢ pendiente de aprobaci¨®n en la Uni¨®n Europea. ?No ha habido ninguna medicaci¨®n con sus capacidades?, asegura Allona y lo corroboran la mayor parte de sus colegas.
La p¨ªldora contra la impotencia es de administraci¨®n sencilla -una pastilla una hora antes del coito-, lo que aumenta la expectaci¨®n de los especialistas. El Sildenafil, nombre t¨¦cnico del f¨¢rmaco, es un vasodilatador que act¨²a sobre la enzima fosfodiesterasa 5, presente fundamentalmente en el tejido del pene. Su ¨²nica contraindicaci¨®n es para aquellos que tratan sus problemas cardiovasculares con nitritos. Ese 25% de hombres con disfunci¨®n er¨¦ctil que sufren hipertensi¨®n o enfermedades vasculares pueden quedarse sin la p¨ªldora milagrosa .
Otra cuesti¨®n son los efectos secundarios. Por ahora s¨®lo se han detectado dolores de cabeza, problemas g¨¢stricos y alteraciones de la visi¨®n. Un portavoz de Pfizer asegura que ?son pocos, leves y transitorios?. Pero todav¨ªa son pocos los estudios cl¨ªnicos a largo plazo con resultados concluyentes.
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