Las minas, de nuevo

La Administraci¨®n de Clinton ya recibi¨® las cr¨ªticas internacionales por su rechazo a participar en un tratado internacional de prohibici¨®n de las minas terrestres. Ahora, ante la urgencia del Pent¨¢gono, parece dispuesta a desandar incluso los modestos pasos que hab¨ªa dado para reducir la confianza americana en esta terrible arma. La Administraci¨®n estadounidense est¨¢ intentando derogar la moratoria de un a?o del uso de las minas que el Congreso y el mismo Bill Clinton apoyaron hace dos a?os. La moratoria, que probablemente sea s¨®lo simb¨®lica, sin embargo merece la pena. Se aprob¨® como una forma de estimular al Pent¨¢gono para que desarrollara alternativas a las minas, especialmente las de destrucci¨®n de tanques enemigos. El Pent¨¢gono arguye que es necesario continuar utilizando minas "mixtas". (. . .) Pero ha hecho pocos esfuerzos para encontrar las alternativas a estas minas. (. . .) Ante la ausencia de un tratado para un progreso real, la moratoria deber¨ªa mantenerse.

Las minas fabricadas por Estados Unidos fueron la causa principal de los heridos norteamericanos en Vietnam. Los temores militares no justifican la supervivencia de un arma que contin¨²a matando a civiles durante d¨¦cadas despu¨¦s de finalizadas las guerra Bill Clinton deber¨ªa decidir, sencillamente, terminar con el veto del Pent¨¢gono sobre el tratado de las minas, que es claramente de inter¨¦s para Estados Unidos y sus soldados.

, 12 de mayo