Certezas y dudas
Cada vez con m¨¢s frecuencia la toma de decisiones sociales o pol¨ªticas est¨¢ fundamentada en datos aportados por la investigaci¨®n cient¨ªfica. En general, quienes han de tomar decisiones esperan que la investigaci¨®n d¨¦ lugar a respuestas tajantes que permitan tomar las decisiones de forma inequ¨ªvoca. Sin embargo, hasta llegar a conclusiones firmes, el m¨¦todo cient¨ªfico requiere que se respeten y sopesen todas las opiniones y alternativas, y que la duda sea la gu¨ªa constante de la elaboraci¨®n de las conclusiones. Como consecuencia, buscando certezas a menudo se encuentran dudas. Ante la opini¨®n p¨²blica, esta situaci¨®n puede aparecer como si hubiera alternativas igualmente v¨¢lidas, lo que se amplifica sobre todo cuando, adem¨¢s, hay intereses en juego. Veamos unos ejemplos.El efecto del tabaco sobre enfermedades pulmonares ha sido el producto de una investigaci¨®n que ha ido acumul¨¢ndose durante a?os. Como una demostraci¨®n concluyente ha sido dif¨ªcil, ello ha permitido que las industrias del tabaco pudieran argumentar en contra de las limitaciones de su uso. Despu¨¦s de una presi¨®n social de gran intensidad, y con los datos cient¨ªficos cada vez m¨¢s completos, hasta las mismas industrias tabaqueras han acabado aceptando la solidez de los argumentos cient¨ªficos y las campa?as de prevenci¨®n han ido generaliz¨¢ndose.
Cuando en los a?os ochenta se pidi¨® un informe sobre la relaci¨®n entre el consumo de carne de vacas que sufr¨ªan la enfermedad de las vacas locas y su equivalente en el hombre, la conclusi¨®n fue que la correlaci¨®n no estaba perfectamente demostrada. Ello no quer¨ªa decir que no pareciera probable, como se ha demostrado, pero la exigencia de un informe cient¨ªfico obligaba a esta conclusi¨®n prudente. Sin embargo, ¨¦sta fue tomada al pie de la letra y sobre esta base no se tomaron decisiones, lo que acab¨® siendo un grave error, sobre todo en el Reino Unido.
Los datos de la investigaci¨®n cient¨ªfica sobre plantas transg¨¦nicas vienen a demostrar que su uso no present¨® riesgos distintos de los que ha presentado la agricultura desde sus or¨ªgenes. Desde luego, es imposible por ahora demostrar efectos a largo plazo, pero los datos acumulados van en la direcci¨®n de asegurar que los actuales controles y reglamentos son ampliamente suficientes. Sin embargo, organizaciones diversas han utilizado datos marginales para dificultar el uso de estas nuevas variedades de plantas.
En este momento hay una discusi¨®n muy intensa acerca de la posible intervenci¨®n humana en el calentamiento de la atm¨®sfera. El dato en s¨ª mismo est¨¢ claro, y llegar a una conclusi¨®n de que son los gases de combusti¨®n los que crean este efecto parece probable. El tema es de una enorme complejidad y las opiniones son lo bastante diversas como para que se pueda defender, con apoyos interesados (por ejemplo, de las industrias petroleras), que no hay raz¨®n para actuar.
En todos estos casos, quienes quieren formarse una opini¨®n o quienes deben tomar decisiones desear¨ªan encontrarse con certezas. La ciencia les puede suministrar datos que van decantando unas conclusiones, pero que los cient¨ªficos, si no quieren renunciar a las bases mismas de la ciencia, no pueden dejar de considerar como provisionales hasta llegar a conclusiones definitivas. Al abrir este espacio de dudas se deja espacio para aparentes contradicciones, de las que pueden aprovecharse quienes tienen sus propias, y a menudo interesadas, certezas. La solidez de los datos cient¨ªficos que se acumulan acaban haciendo decantar la balanza en una direcci¨®n, pero ello requiere trabajo, discusi¨®n, y tiempo. Quiz¨¢ esto es poco satisfactorio para quien busca certezas y debe conformarse con dudas, pero la ciencia perder¨ªa autoridad si abandonara su rigor y su prudencia.
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