Un ensayo repasa la historia de la lectura hasta la revoluci¨®n del texto electr¨®nico
Chartier destaca la pluralidad de formas de leer a fines de siglo XX
El sue?o de la biblioteca de Alejandr¨ªa se ha plasmado en Internet y la escuela ya no es, ni mucho menos, el ¨²nico medio de iniciaci¨®n a la lectura. A partir de estas dos premisas el profesor Roger Chartier sostiene que la pluralidad de lecturas es el rasgo que define este final del siglo XX. Coordinador de una ambiciosa Historia de la lectura en el mundo occidental (Taurus), Chartier no tiene dudas de que asistimos a una aut¨¦ntica revoluci¨®n en las formas de leer, ?m¨¢s trascendente que la invenci¨®n de la imprenta y comparable al paso de los rollos antiguos al codex romano, es decir, a la forma actual de los libros?.
Muchos lectores de hoy se debaten m¨¢s que nunca entre el miedo a la p¨¦rdida y la angustia por el exceso. Todos pueden acceder a Internet, a la biblioteca universal, pero en realidad nadie puede usarlo si no define los criterios para elegir entre opciones casi infinitas. ?La angustia por el aluvi¨®n de informaci¨®n?, comenta Roger Chartier (Lyon, 1945), ?se refiere a la imposibilidad de domar todo lo acumulado en los libros que ahora mismo est¨¢ a disposici¨®n de cualquier usuario?. Este historiador y soci¨®logo declara que hay que evitar el riesgo de que este panorama derive en ?una ausencia de reflexi¨®n colectiva y general?. Al margen de esta preocupaci¨®n por la capacidad de elegir, Chartier se muestra decidido partidario de conservar los libros en la forma en que fueran escritos.Junto con el italiano Guglielmo Cavallo, este pensador franc¨¦s que ayer visit¨® Madrid para promocionar el libro, ha dirigido un equipo de 11 especialistas que han resumido en cerca de 600 p¨¢ginas la historia de la lectura desde el mundo griego hasta la actualidad. Para ilustrar hasta qu¨¦ punto resulta necesario un equilibrio entre el objetivo inalcanzable de un saber universal o la especializaci¨®n excesiva Chartier comenta que ning¨²n autor en solitario hubiera sido capaz de escribir una obra de estas caracter¨ªsticas.
Pensar el futuro
Ahora bien, Roger Chartier no se pronuncia de un modo tan apocal¨ªptico o catastrofista como otros sobre el futuro de la lectura o, mejor dicho, de los libros como objetos. ?A finales del siglo XX conviven?, a?ade, ?una pluralidad de formas de leer que coexisten o se enfrentan con los medios audiovisuales. Esta diversidad aumentar¨¢ y debemos ser capaces de articular las formas cl¨¢sicas con las electr¨®nicas?. ?C¨®mo se van a transformar los ordenadores? se pregunta Chartier en voz alta para responder que no podemos pensar el porvenir con las categor¨ªas del presente.?Aparte de sus valores como objeto de culto, el libro como soporte?, aclara, ?sigue manteniendo la ventaja de que resulta m¨¢s transportable que un ordenador. Pero, en cualquier caso, asistimos a una revoluci¨®n mucho m¨¢s profunda que la imprenta de Gutenberg o el surgimiento de la televisi¨®n. Con el texto electr¨®nico cambia la t¨¦cnica, el soporte y la secuencialidad, pero se transforma la lectura misma. Es una aut¨¦ntica revoluci¨®n que est¨¢ siendo m¨¢s analizada desde un punto de vista t¨¦cnico o sociol¨®gico que desde un planteamiento hist¨®rico. Nos falta distancia todav¨ªa?.
Grecia y Roma, la Edad Media, la reforma protestante, el papel de la Ilustraci¨®n, la socializaci¨®n de la lectura en el siglo XIX hasta llegar a las nuevas tecnolog¨ªas desfilan por un libro que Chartier cree interesante tanto para un p¨²blico universitario y erudito como para cualquier lector. ?Es como Internet?, apostilla, ?cada cual debe leer aquellos cap¨ªtulos que le interesen?.
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