Los f¨¢rmacos perdidos en el camino

Los obst¨¢culos hasta el ¨¦xito de un medicamento son m¨²ltiples. El primer paso radica en el dise?o de la mol¨¦cula terap¨¦utica. En c¨¢ncer, tal desarrollo exige que el f¨¢rmaco afecte s¨®lo a las c¨¦lulas tumorales sin da?ar al resto; y adem¨¢s, que no sea t¨®xico; en el sida, se topa con el problema de la complejidad del sistema inmunol¨®gico humano y de la variabilidad del virus.El paso siguiente es la investigaci¨®n en animales, el ¨²nico modelo del que dispone por ahora la ciencia. El ideal, por su similitud con el hombre, es el chimpanc¨¦. Pero se trata de una especie protegida, cara de mantener y dif¨ªcil de manejar. Apenas hay 200 chimpac¨¦s involucrados en trabajos b¨¢sicos en todo el mundo. Por otra parte, los experimentos requieren colonias, no individuos, raz¨®n por la cual los animales de elecci¨®n son los roedores.

En un art¨ªculo publicado esta semana en Time, Allen Oliff, director de investigaci¨®n oncol¨®gica de la compa?¨ªa Merck, asegura que no m¨¢s de entre un 10% y un 20% de los productos probados en ratones tiene finalmente ¨¦xito en la cl¨ªnica. Son muchas las causas. Como explica el investigador Carlos Mart¨ªnez, las m¨¢s importantes son la toxicidad, -?hay dosis terap¨¦uticas ¨²tiles en animales pero no en humanos?- y la capacidad de la mol¨¦cula para emigrar a los tejidos, ?porque las composiciones proteica y lip¨ªdica de las c¨¦lulas son diferentes en animales y hombres?.

Incluso superada esta barrera, el f¨¢rmaco en experimentaci¨®n puede atascarse en sus tres fases de prueba cl¨ªnica. La primera mide la toxicidad, y en el caso del c¨¢ncer se realiza con enfermos deshauciados que acepten. En la segunda se eval¨²a la eficacia mediante un estudio denominado doble ciego , ya que se compara el grupo de pacientes tratados con otro al que se suministr¨® un placebo (sustancia sin efecto farmacol¨®gico) o un tratamiento convencional. Y en la tercera ya se hace una aplicaci¨®n masiva para delimitar las indicaciones del nuevo medicamento.

El camino es largo, insiste Fern¨¢ndez Bra?a. ?Cuando hablamos de una terapia con ¨¦xito estamos hablando de entre 10 y 12 a?os trabajando a tope y gastanto hasta 25.000 millones de pesetas en desarrollarla. ?Que los pacientes no oigan a los falsos profetas. Ya lo dice el Evangelio!?.