Suharto anuncia un futuro cambio de Gobierno mientras crecen las voces que piden su dimisi¨®n

El Ej¨¦rcito indonesio patrulla las principales calles de Yakarta. Con la presencia de los tanques, los pillajes disminuyeron ayer. Aun as¨ª, prosegu¨ªa tanto el ¨¦xodo de extranjeros e indonesios de origen chino como la incertidumbre sobre el futuro pol¨ªtico inmediato del pa¨ªs. El presidente Suharto parec¨ªa decidido a permanecer en el poder hasta el final, tras anunciar que va a remodelar su Gobierno, sin precisar cu¨¢ndo. Mientras, aumentan las peticiones para que dimita.

El centro de Yakarta se halla tomado por las tropas del Ej¨¦rcito, pero su presencia no alcanza al interior de los barrios populares, cuyos habitantes han levantado barricadas para protegerse de los saqueos. El n¨²mero de v¨ªctimas de los disturbios -que esta semana ha hecho aflorar las debilidades y contradicciones del sistema indonesio- aumentaba ayer a medida que los equipos de rescate sacaban nuevos cad¨¢veres de los centros comerciales incendiados en los saqueos. El Ej¨¦rcito eleva a 499 los muertos.Los disturbios se han extendido a otras ciudades como Surabaya y Yogyakata (en la isla de Java), donde decenas de miles de personas saquearon el viernes los distritos comerciales. Tambi¨¦n se tienen noticias de que el caos reina en algunas urbes del norte de la isla de Sumatra y en Borneo, as¨ª como que en Bali ha habido algunas protestas.

A sus 76 a?os, Suharto, un ex general de las Fuerzas Estrat¨¦gicas que a menudo se ha descrito a s¨ª mismo como un ?luchador?, no parece dispuesto a tirar la toalla. El presidente de la Asamblea Nacional, Harmoko, anunci¨® ayer que Suharto le hab¨ªa comunicado su decisi¨®n de remodelar el Gobierno, pero no pudo precisar cu¨¢ndo ni a qu¨¦ ministros afectar¨ªa. Con anterioridad, Suharto reiter¨® a un alto cargo universitario su disposici¨®n a dimitir si la poblaci¨®n ya no conf¨ªa en ¨¦l y le pide que abandone el poder ?por la v¨ªa constitucional?. Esa posibilidad resulta poco cre¨ªble a la luz del entramado legal que sustenta al anciano mandatario, que ya lleva 32 a?os en el poder. El presidente es elegido por la Asamblea Consultiva del Pueblo, integrada por 1.000 miembros, todos ellos amigos o familiares de Suharto, al que concedieron en marzo un nuevo mandato de cinco a?os.

La dimisi¨®n de Suharto es la principal exigencia solicitada por el movimiento estudiantil, la oposici¨®n y algunos sectores sociales, que reclaman una amplia reforma pol¨ªtica. Esas peticiones de renuncia han encontrado el apoyo de una facci¨®n del Golkar, la organizaci¨®n pol¨ªtica gubernamental, as¨ª como la de un grupo de 15 generales retirados.

Las opciones no son muchas. El Ej¨¦rcito se encuentra, una vez m¨¢s, en posici¨®n de ¨¢rbitro como la instituci¨®n m¨¢s poderosa y m¨¢s respetada. De momento, el ministro de Defensa y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, general Wiranto, insiste en que los militares apoyan el sistema constitucional. La fidelidad al presidente, se?alan no obstante los analistas, podr¨ªa tener l¨ªmites: la confirmaci¨®n de que la situaci¨®n econ¨®mica contin¨²a agrav¨¢ndose y las manifestaciones de una poblaci¨®n que se encuentra al l¨ªmite.