Una canci¨®n
Millones de personas deben su existencia a Frank Sinatra. Fueron concebidas por la libido de sus padres, pero ¨¦stos aquella noche de luna llena no se habr¨ªan amado si Frank Sinatra no hubiera cantado cierta canci¨®n. Hay artistas que contribuyen mucho a la natalidad. Adem¨¢s de los progenitores naturales, existen otros padres desconocidos. Millones de personas est¨¢n en este mundo gracias a un simple apag¨®n, a una hermosa puesta de sol, a un pepermint, a un preservativo de mala calidad, al d¨¦bito matrimonial exigido por la Iglesia, al tedio de la siesta, a una borrachera, al porno de los viernes o a una canci¨®n que prolonga un profundo amor. El motivo que ayud¨® a que una persona fuera concebida es un enigma que queda adherido al car¨¢cter y que los psic¨®logos no han logrado descifrar. Los hijos espiriturales de Frank Sinatra son legi¨®n. Sin duda, tendr¨¢n algo en com¨²n aunque lo ignoren. No es lo mismo haber nacido porque unos amantes se pusieron tiernos al escuchar a este magn¨ªfico canalla que ser producto de un bolero de Beny Mor¨¦, de una balada de los Beatles o de un blues de Miles Davis. Imag¨ªnate a ti mismo como espermatozoide liberado un instante despu¨¦s del orgasmo ascendiendo hacia el ¨®vulo de mam¨¢ entre varios millones de rabiosos competidores. En ese momento en el tocadiscos a¨²n sonaba Strange in the night, en cuyo caso deber¨ªas agradecer a Sinatra que te ayudara a coronar la cima como ¨²nico vencedor, en medio de enormes aclamaciones que compartiste con ¨¦l. Fue el gran concierto de tu vida. Si el m¨ªnimo azar por el que uno fue procreado se une al alma para formar la personalidad, muchos llevan grabada en la mucosa del inconsciente la voz de Sinatra. Sus canciones hicieron que muchas parejas bailaran, se besaran, se amaran y que la gente se multiplicara. Puede que ante su muerte hayas experimentado una misteriosa punzada en la parte m¨¢s secreta de la memoria. Ser¨¢ porque tal vez Sinatra tambi¨¦n fue tu padre. Su voz era de terciopelo ra¨ªdo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.