Vecinos del Carmel se sublevan contra un centro de asistencia a drogadictos
El rechazo de un centro de asistencia a drogodependientes en el Carmel ha prendido la mecha de una protesta ciudadana de extremada virulencia que ha desbordado a la asociaci¨®n de vecinos del barrio y cuyo ¨²ltimo episodio fue el intento de agresi¨®n f¨ªsica al concejal de Horta-Guinard¨®, Albert Batlle, el pasado viernes. Los alrededores de las calles donde se pretende ubicar el centro est¨¢n llenos de carteles y pancartas en contra.
Dos veces por semana salen a la calle m¨¢s de un millar de personas para repetir hasta la saciedad que el barrio dice no al centro. "Que se curen, pero no aqu¨ª", parece ser el lema compartido por todos. Cada vecino propone un mont¨®n de lugares alternativos que en todos los casos re¨²nen la condici¨®n indispensable: lo m¨¢s lejos posible de su domicilio. Nadie que viva en el Carmel y conozca el barrio niega que el problema de la droga se ceba desde hace a?os en una parte de los j¨®venes. Aunque la tendencia va claramente a la baja en el consumo de estupefacientes, el 40% de los pacientes que acuden al centro de atenci¨®n al drogadicto de Nou Barris residen en el Carmel. Por eso ni los m¨¢s radicales cuestionan la necesidad del equipamiento, pero tambi¨¦n es cierto que la cerraz¨®n que demuestra la mayor¨ªa del vecindario tiene mucho que ver con la experiencia vivida en la plaza de Pastrana hace algunos a?os, cuando ¨¦ste era uno de los puntos de reuni¨®n preferidos por los drogodependientes. Cuando se habla del futuro centro de asistencia que quieren abrir en los bajos de un edificio de viviendas en el que anteriormente hab¨ªa un ambulatorio del Insalud, a muchos se les representan las escenas vividas en la zona, que en su peor momento registr¨® hasta 39 atracos al mes. Los abanderados de la protesta son los miembros de la Asociaci¨®n de Comerciantes y Vecinos del Baix Carmel, que preside Jos¨¦ M. Chor¨¦n, a quien no le duelen prendas al decir: "Quieren sacrificar a un barrio y no lo vamos a consentir". Malos momentos Esta entidad se cre¨®, precisamente, para combatir la droga en los peores tiempos de la plaza de Pastrana, y el conflicto del equipamiento le viene como anillo al dedo. Harto de que le acusen de azuzar al vecindario, Chor¨¦n quiere dejar algo claro: "No quiero calentar la caldera", y lo cierto es que los ¨¢nimos de los vecinos ya est¨¢n de por s¨ª m¨¢s que recalentados. El intento de agresi¨®n contra el concejal del distrito fue el ¨²ltimo pero no el ¨²nico intento de dilucidar las cuestiones recurriendo a la violencia. Anteriormente, la que estuvo muy cerca de ser agredida fue la comisionada de la alcald¨ªa para Horta-Guinard¨®, Custodia Moreno, nada menos que la veterana y respetada l¨ªder vecinal del Carmel que durante m¨¢s de 25 a?os presidi¨® la asociaci¨®n de vecinos del barrio. A Custodia Moreno le plantaron cara cuando, meg¨¢fono en mano, quiso explicar las razones que mueven al Ayuntamiento a inclinarse por la calle de Saced¨®n. Desde el distrito se han quedado af¨®nicos pidiendo que se negocie porque -ya lo dicen las pancartas- la respuesta es siempre la misma. "No, no y no". La ¨²ltima alternativa que ayer recordaba Custodia Moreno y que el Ayuntamiento de Barcelona ha notificado por escrito a los vecinos consiste en que el pol¨¦mico local s¨®lo albergue a las personas que tienen problemas con el alcohol; las dem¨¢s toxicoman¨ªas no se atender¨¢n all¨ª. Falta de unanimidad La asociaci¨®n de comerciantes, con Chor¨¦n a la cabeza, rechaza de plano la idea porque creen que es una trampa. En la asociaci¨®n de vecinos no hay unanimidad: tres de los cuatro miembros de la junta defienden la conveniencia de un equipamiento que atienda a los drogodependientes en el Carmel sin necesidad de que tengan que desplazarse a otros distritos. El cuarto miembro de la junta sintoniza m¨¢s con los vecinos que se cierran en banda a que lo instalen. Unos y otros aguardan con impaciencia que llegue junio, cuando est¨¢ previsto renovar la junta. En la ¨²ltima asamblea de la entidad, el tema del centro no se trat¨® porque "no figuraba en el orden del d¨ªa", seg¨²n su vicepresidente Francisco Rosales, aunque se celebr¨® a finales de abril y entonces ya se manifestaban varios centenares de personas dos veces por semana. A todo esto, unos y otros echan en falta que el consejero de Sanidad se pronuncie. "Le mandamos una carta el 1 de abril para recabar su opini¨®n y a¨²n no ha contestado", dijo Chor¨¦n.
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