Impotencia y falta de talento
? Fuerte apuesta. La Juventus apost¨® fuerte de principio. Fue a buscar al Real Madrid a su propio campo recuperando el bal¨®n con rapidez y cerca del ¨¢rea. Zidane estuvo omnipresente. Inici¨® todas las acciones ofensivas de su equipo. Este dominio perdi¨® intensidad en la medida en que el propio jugador franc¨¦s redujo sus apariciones al estar m¨¢s vigilado por los centrocampistas.? Mucha energ¨ªa. La defensa italiana demostr¨® cierta inseguridad cuando fue encarada y no recib¨ªa a tiempo las ayudas de sus centrocampistas, aunque esto ocurri¨® en contadas ocasiones. Deschamps se encarg¨® de apagar al madridista Ra¨²l al igual que su compa?ero Hierro hizo con Del Piero. Di Livio se consumi¨® en est¨¦riles regates a Roberto Carlos junto a la banda. El resto de los centrocampistas, con excepci¨®n de Zidane, aportaron muchas dosis de energ¨ªa, como se esperaba, y poco m¨¢s.
? Falt¨® orden. En la segunda parte los italianos cedieron espacio. Perdieron equilibrio. Sus dos l¨ªneas de retaguardia se distanciaron del ataque. Su consistencia no fue la misma aunque no pas¨® por grandes apuros. Cuando empezaba a recuperarse del dominio territorial que estaba sufriendo por parte del Real Madrid le lleg¨® el gol de Mijatovic y con ¨¦l le entr¨® el desorden.
? Sin talento. La Juve acus¨® la falta de talento e inspiraci¨®n de Del Piero. El 10 italiano se vio obligado a jugar siempre de espaldas. Esta ausencia la pag¨® principalmente Inzaghi aunque demostr¨® sus dotes rematadoras en varias ocasiones. Las incorporaciones de Davids y Zidane desde atr¨¢s acabaron siendo las ¨²nicas aportaciones ofensivas.
? Impotente. Sin la imaginaci¨®n, a la Juventus no le bast¨® con la fuerza. Evidenci¨® una falta enorme de recursos ante un Real Madrid totalmente concentrado en defender el gol conseguido. No tuvo orden ni coherencia para buscar soluciones inteligentes. Le falt¨® conexi¨®n. Con las prisas y el reloj en contra fue un equipo impotente.
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