Suharto entrega el poder al vicepresidente indonesio
Indonesia amaneci¨® hoy con la renuncia a la presidencia del hombre que ha regido f¨¦rreamente su destino durante los ¨²ltimos 32 a?os. A las nueve de la ma?ana, las cuatro de la madrugada en Madrid, el presidente Suharto le¨ªa con gravedad su declaraci¨®n de dimisi¨®n, que pon¨ªa fin a una era de poder absoluto, en la que pidi¨® perd¨®n por sus errores. El dictador entreg¨® la jefatura del Estado al vicepresidente Yusuf Habibie, que jur¨® inmediatamente su cargo. En principio, deber¨¢ mantenerse en la presidencia de Indonesia hasta el a?o 2003, pero fue el jefe del Ej¨¦rcito, el general Wiranto, quien tom¨® a continuaci¨®n la palabra para advertir que garantizar¨¢ el orden y la estabilidad del pa¨ªs.
El l¨ªder de la oposici¨®n islamista, Amien Rais, hab¨ªa sido uno de los primeros en confirmar la dimisi¨®n del presidente Suharto, poco despu¨¦s de que 11 ministros presentasen su renuncia. Suharto hab¨ªa consultado durante la pasada madrugada con el secretario de Estado, Saadila Mursjid, el ex vicepresidente Sudharmono y el experto constitucional Yursril Ihza Mahendra. El diario Yakarta Post afirma tambi¨¦n que el jefe del Ej¨¦rcito, el general Wiranto, se reuni¨® anoche con los tres jefes de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y con el de la polic¨ªa para estudiar la renuncia de Suharto. Wiranto ten¨ªa previsto dar una rueda de prensa a lo largo de hoy para informar sobre ?la sucesi¨®n? en la presidencia.Otras fuentes gubernamentales de Yakarta precisaban que la designaci¨®n de Habibie suscit¨® luchas internas dentro del r¨¦gimen. A pesar de que constitucionalmente le corresponde relevar al jefe del Estado Habibie ha sido abiertamente criticado por la oposici¨®n indonesia, que le considera un t¨ªtere del dictador, y no cuenta con la confianza de los mandos miliatas. Fuentes pol¨ªticas de Yakarta creen que Habibie ser¨¢ una hombre de transici¨®n, hasta la convocatoria de nuevas elecciones.
Yakarta, que hab¨ªa salvado ayer sin sangre ni violencia el d¨ªa m¨¢s temido, la jornada en la que la oposici¨®n al r¨¦gimen de Suharto hab¨ªa convocado una concentraci¨®n de un mill¨®n de personas para exigir la marcha del presidente, presentaba un amplio despliegue policial hoy a la salida del sol. El palacio presidencial, donde se iba a efectuar el traspaso de poderes, se encontraba fuertemente vigilado por la polic¨ªa y el Ej¨¦rcito.
La madrugada del mi¨¦rcoles, Amien Rais, el convocante y principal figura pol¨ªtica de la oposici¨®n, anunci¨® por radio y televisi¨®n que anulaba la protesta para evitar una repetici¨®n de la matanza de Tiananmen. El presidente del Parlamento, Harmoko, le dio un plazo hasta ma?ana para dimitir, Rais le concedi¨® un respiro y Estados Unidos le asest¨® el golpe final al solicitarle la retirada ?por el bien del pa¨ªs?.
?Ahora tiene la oportunidad hist¨®rica de actuar como un estadista?, declar¨® ayer la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, quien dijo que si el presidente Suharto quiere preservar su legado, debe renunciar al cargo.
Prueba de la credibilidad que el r¨¦gimen daba a Rais es que el Ej¨¦rcito moviliz¨® miles de hombres apoyados por blindados para acordonar el centro de la ciudad: nadie pod¨ªa acercarse a la plaza de la Libertad, lugar de la concentraci¨®n. Las Fuerzas Armadas hab¨ªan vuelto a salvar a Suharto.
Rais compareci¨® ante los estudiantes que mantienen tomado el Parlamento para anunciar que da al presidente dos semanas de plazo para que dimita. Por la noche, un l¨ªder estudiantil dijo que el presidente del Parlamento, Harmoko, hab¨ªa dado de plazo al dictador hasta el viernes.
Cuando los habitantes de Yakarta se despertaron el mi¨¦rcoles, el centro de la ciudad ya era s¨®lo del Ej¨¦rcito. Alambradas de espino cortaban las principales avenidas, y junto a esas barreras montaban guardia soldados de numerosas unidades -incluidas las fuerzas de ¨¦lite- apoyados por carros de combate, blindados ligeros y transportes blindados de tropas. Fuera de ese per¨ªmetro, soldados controlaban las principales intersecciones de acceso a la zona. Se hab¨ªa dado la orden de que nadie se acercara al lugar de la concentraci¨®n, pr¨®ximo al palacio presidencial y las principales dependencias gubernamentales, y no se hab¨ªan escatimado esfuerzos para cumplirla. El despliegue s¨®lo se levant¨® bien entrada la noche, cuando la vigilancia castrense baj¨® al nivel rutinario de los d¨ªas precedentes.
Rais hab¨ªa mantenido la v¨ªspera su desaf¨ªo de celebrar la manifestaci¨®n en el festivo D¨ªa del Despertar Nacional, asociado con la historia de la independencia indonesia. Hasta hab¨ªa bautizado a la jornada: el D¨ªa del Triunfo de la Reforma. Pero la noche del martes fue muy larga para Rais. ?Alguien me dijo, un general, que no le preocupaba si se repet¨ªa Tiananmen. Me sorprendi¨® su determinaci¨®n?. Fue todo lo que manifest¨® a media ma?ana de ayer para explicar por qu¨¦ habia cancelado la convocatoria. No quiso identificar al general.
Pero a pesar de ello, cuando al filo del mediod¨ªa se present¨® en el Parlamento, ante miles de estudiantes, fue recibido como un h¨¦roe. El Parlamento ocupado se ha convertido en el centro de la protesta contra el r¨¦gimen y a lo largo de la jornada pasaron por all¨ª, para alentar a los estudiantes o recibir alg¨²n reflejo de su fuerza, pol¨ªticos de oposici¨®n, generales retirados, actores cr¨ªticos, abogados, reconocidos activistas pro derechos humanos, profesores.
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