La paz puede llegar a Timor Oriental
Hace dos a?os predije, en una entrevista para la televisi¨®n, que ?en los pr¨®ximos dos o tres a?os, la dictadura indonesia llegar¨¢ a su fin y habr¨¢ un pa¨ªs nuevo, m¨¢s tolerante y democr¨¢tico?. La base de la predicci¨®n yac¨ªa en mi profundo conocimiento de la aut¨¦ntica naturaleza del r¨¦gimen de Suharto: una econom¨ªa basada en fuertes endeudamientos, grandes proyectos de infraestructuras, corrupci¨®n rampante, ausencia de responsabilidades y compincheo.Pero, cuando los pa¨ªses occidentales cortejaban al tigre econ¨®mico indonesio, ?qui¨¦n era yo para disentir de los informes del Banco Mundial, del Fondo Monetario Internacional y de los expertos?
Finalmente, el gigante se desmorona. Como ya ha ocurrido en el pasado con Mobutu Sese Seko en Zaire, Ferdinand Marcos en Filipinas y muchos otros dictadores, Washington, Londres, Par¨ªs, Bonn y Camberra deben encontrarse en una situaci¨®n embarazosa por haber respaldado al dictador indonesio.
Ahora ha llegado el momento de que los pa¨ªses occidentales apoyen un refer¨¦ndum organizado por la ONU en Timor Oriental para que la gente sea capaz de decidir sobre su futuro. Los nuevos l¨ªderes de Indonesia no pueden ignorar las injusticias perpetradas contra Timor Oriental.
En los ¨²ltimos a?os, muchos dirigentes de la oposici¨®n indonesia han hablado en favor del derecho de los timorenses a la autodeterminaci¨®n. Entre ellos est¨¢ Muchtar Pakpahan, un destacado l¨ªder sindical, ahora encarcelado debido, en parte, a su postura sobre Timor Oriental. Muchos otros dem¨®cratas de Indonesia, incluida Megawati Sukarnoputri, tambi¨¦n han respaldado de manera consistente nuestra lucha.
EE UU, la UE, Australia, Jap¨®n y los pa¨ªses miembros de la Asociaci¨®n de Pa¨ªses del Sureste Asi¨¢tico (ASEAN) tendr¨ªan que apoyar la valiente posici¨®n de estos dem¨®cratas indonesios. Para redimirse de 23 a?os de traici¨®n, deben ahora respaldar clara e inequ¨ªvocamente un proceso de negociaciones patrocinado por la ONU que desemboque en un refer¨¦ndum sobre la autodeterminaci¨®n en los pr¨®ximos dos a?os.
Todos los presos deber¨ªan ser puestos en libertad ya. Las autoridades indonesias deber¨ªan liberar a Xanana Gusmao, dirigente de la resistencia que cumple en Yakarta una injusta sentencia de 20 a?os de c¨¢rcel, y abrir un di¨¢logo con ¨¦l y con el obispo Ximenes Belo. Las tropas indonesias deber¨ªan ser sustituidas por una fuerza de la ONU. La resistencia de Timor Oriental podr¨ªa entonces suspender sus acciones armadas.
Mientras que las masas de Yakarta han participado en tumultos destructivos, los habitantes de Timor Oriental han demostrado una encomiable contenci¨®n, a pesar de su c¨®lera contra los colaboracionistas y los inmigrantes indonesios que les han humillado y robado su ancestral territorio.
En los ¨²ltimos d¨ªas he hecho repetidos llamamientos a mis compatriotas para que eviten la violencia contra indonesios y para que no haya destrucci¨®n de propiedad p¨²blica o privada. Hasta el momento, nuestra airada pobla ha atendido los llamamientos. Sin embargo, si la comunidad internacional no respondiera positivamente a la actual situaci¨®n, los timorenses podr¨ªan abandonarse a sus sentimientos. Es dif¨ªcil predecir hasta d¨®nde les llevar¨ªa su ira contenida y su frustraci¨®n.
La tentaci¨®n de olvidar a Timor Oriental tendr¨ªa serias repercusiones. Llevamos luchando desde hace demasiado tiempo como para permitir ahora que la nueva Indonesia mantenga las pol¨ªticas del viejo r¨¦gimen. Timor Oriental es una prueba moral para que esta nueva Indonesia pueda ser tomada en serio.
Estoy listo para volar a Yakarta, unirme a Xanana Gusmao y explicar a los indonesios nuestras aspiraciones. En una nueva Indonesia, la fea verdad de la despiadada colonizaci¨®n de Timor Oriental saldr¨¢ a la luz. Los indonesios descubrir¨¢n entonces con horror e incredulidad lo que su pa¨ªs ha hecho a una naci¨®n tan peque?a.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.