BERGMAN ?VA AL CINE!
En su reciente reaparici¨®n ante los periodistas despu¨¦s de varios a?os de silencio, Ingmar Bergman se mostr¨® inusualmente locuaz. Y cont¨® sobre su vida en la soledad de su residencia de Far?, en la isla de Gotland, en donde ha pasado d¨ªas muy tristes desde la muerte de su ¨²ltima esposa, Ingrid. Una de sus ocupaciones predilectas es la de realizar largos paseos por la playa ?para ahuyentar los demonios (que lo atormentan), porque ¨¦stos no gustan del aire fresco?, acot¨®. Pero otra actividad que se ha convertido en un ritual es la de ir al cine sin necesidad de salir de casa. Todos los d¨ªas, a las tres de la tarde, baja a un s¨®tano donde tiene instalada su sala de proyecci¨®n y, durante por lo menos dos horas, disfruta de viejas pel¨ªculas, propias y ajenas, por las que dijo tener predilecci¨®n. Bergman se vio tan vital y contento en su reuni¨®n con los periodistas, que el representante de EL PA?S le pregunt¨® si ello se deb¨ªa a la existencia de una nueva mujer en su vida, a lo que respondi¨® con una carcajada expresando: ??Ojal¨¢ fuera as¨ª!?.
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