Moraza reflexiona sobre el deseo y el dolor a trav¨¦s de sus m¨¢quinas tragaperras

El deseo y el dolor son las dos sensaciones entre las que se mueve la obra de Juan Luis Moraza (Vitoria, 1960). Sus peculiares m¨¢quinas tragaperras, convertidas gracias a sus manos en expendedoras de palabras que invitan a la reflexi¨®n, est¨¢n instaladas en el Centro Andaluz de Arte Contempor¨¢neo (CAAC), dentro de la exposici¨®n Anest¨¦tica (Algologos). La muestra, que puede verse en el monasterio de la Cartuja de Sevilla, indaga en el mundo de los deseos y el dolor. "El azar s¨®lo existe en los ojos del jugador, no en la m¨¢quina que sabe c¨®mo provocar efectos ¨®pticos para que parezca que la suerte existe", explica Juan Luis Moraza que ofrece su primera individual en Andaluc¨ªa. El artista, que ha publicado ensayos e impartido clases en distintas universidades, trabaja de forma que sus obras tienen diferente niveles de lecturas. "El arte tiene que seducir primero por su est¨¦tica y s¨®lo entonces podr¨¢ transmitir una idea", comenta Moraza quien tambi¨¦n imparte un taller en el CAAC. Ludelfos, una de las obras, es una tragaperras que, como el famoso or¨¢culo griego, ofrece soluciones para todo: "Deber¨ªas juzgar tus sentimientos", advierte en una de sus miles de combinaciones. Las once m¨¢quinas que podr¨¢n verse en la Cartuja hasta el 19 de julio, conservan la funci¨®n para la que fueron creadas: el juego, s¨®lo que devuelven el dinero. "El dolor es una de las cosas m¨¢s compartidas por los hombres ?qui¨¦n no siente dolor? y, a la vez, m¨¢s imposible de compartir. Est¨¢ vinculado a la soledad, porque siempre es propio", explica Morada quien, en sus m¨¢quinas, sustituye las frutas de las tragaperras por combinaciones de enfermedades, dosis y compuestos qu¨ªmicos.