Del Ganges al Guadiamar
Del AVE al caballo. Dominique Lapierre cambi¨® el tren de Alta Velocidad en el que lleg¨® desde Madrid por la monta del caballo Escribano, con el que ayer inici¨® su segunda experiencia rociera. El novelista franc¨¦s ya hizo el camino hace tres a?os, aunque las primeras referencias al Roc¨ªo las escuch¨® de su amigo Manuel Ben¨ªtez el Cordob¨¦s, con el que aprendi¨® a montar a caballo mientras preparaba su libro O llevar¨¢s luto por m¨ª. "Lo del Roc¨ªo s¨®lo es comparable a algunas peregrinaciones que hay en la India", dice Lapierre, para quien el mundo se divide "entre los que han ido al Roc¨ªo y los que no han hecho el camino". En este ¨²ltimo apartado est¨¢ su amigo Larry Collins, con el que escribi¨® al alim¨®n cinco libros, entre ellos Arde Par¨ªs y ?Oh, Jerusal¨¦n! "Larry est¨¢ en los Estados Unidos. No le gusta el Roc¨ªo porque no le gusta montar a caballo". Lapierre, parisino de 66 a?os, lleg¨® al Roc¨ªo con su sobrino, el tambi¨¦n escritor Javier Moro, autor de las obras El pie de Naipur y Las monta?as de Buda. Javier es hijo de un espa?ol y de Bernardette Lapierre, hermana del escritor, que hace las veces de Pigmali¨®n de su sobrino en una variante rociera de la novela de Graham Greene Viajes con mi t¨ªa. Profesional de la palabra, es cautivo en el Roc¨ªo de im¨¢genes que se suceden. "Habr¨ªa que hacer una foto cada minuto". Se detiene en la belleza de las mujeres, en la emoci¨®n de la misa nocturna ante el simpecado. "Es una mezcla maravillosa entre la fe, la buena vida y las ganas de pasarlo bien de las gentes sencillas". Su sobrino no es el ¨²nico escritor de la familia. Tambi¨¦n la madre de Dominique Lapierre, pr¨®xima a cumplir los 90 a?os, ha escrito su primera novela, un libro titulado Un esposo exigente. "No es una novela pornogr¨¢fica", bromea Lapierre, "porque ese esposo es Jesucristo". Tambi¨¦n su hija Alessandra quiere abrirse camino en el mundo literario. "Acaba de publicar una novela titulada Artemisa". Se enter¨® en la India del desastre ecol¨®gico de Do?ana. "Yo conozco pr¨¢cticamente todo el mundo y he visto pocos lugares tan maravillosos. He pensado en esas marismas mientras estaba en lugares apartados de Canad¨¢, de Australia o de la India". Ha cedido la mitad de los derechos de autor de su ¨²ltimo libro, Mil soles, una remembranza de algunos personajes que le han dejado huella, para fines ben¨¦ficos. "Hemos inaugurado un barco-dispensario en el delta del Ganges que presta ayuda m¨¦dica a 350.000 personas". No es m¨¦dico, pero el dinero de sus libros le ha permitido curar a 9.000 ni?os leprosos en Calcuta, mitigar la tuberculosis en un millar de pueblos y excavar 540 pozos de agua potable. "Yo le dec¨ªa a la madre Teresa de Calcuta que mi acci¨®n era una gota de agua en el oc¨¦ano de las necesidades. S¨ª, me dec¨ªa ella, pero el oc¨¦ano est¨¢ hecho de gotas de agua". El ep¨ªlogo del libro de Lapierre y Collins est¨¢ por escribirse. "Espero que israel¨ªes y ¨¢rabes firmen la paz en el pa¨ªs de Jes¨²s". Se congratula del acuerdo de paz en Irlanda del norte. "Era absurdo que dos pa¨ªses cristianos que adoran al mismo Dios puedan pelearse y matarse; que se maten musulmanes e hind¨²es, dos religiones muy diferentes, es terrible pero tiene su l¨®gica". Le interesa m¨¢s el rugby que el f¨²tbol. ?Un favorito para el Mundial de Francia? "El Real Madrid", dice Lapierre, a quien le suena a chino que un franc¨¦s apellidado Fern¨¢ndez y nacido en Tarifa haya metido al Athletic de Bilbao en la Copa de Europa. "Me gustan m¨¢s los toros. ?C¨®mo disfrut¨¦ en las Ventas con Miguel Abell¨¢n despu¨¦s de unos d¨ªas de corridas tan terribles". Dominique Lapierre est¨¢ encantado con transmitirle el entusiasmo a su sobrino, de quien acaba de leer su libro Las monta?as de Buda. "Javier ha estado dos a?os con el Dalai Lama en el Nepal y viaj¨® al Tibet. Seguro que va a disfrutar en esta peregrinaci¨®n". Le parece triste que la gente se muera de hambre en la India y el gobierno se gaste una millonada en experimentar con armas nucleares. "Pero la India es un pa¨ªs important¨ªsimo, cosa que parecen discutirle sus vecinos, China al norte, y Pakist¨¢n al Oeste. Y hoy por hoy, la ¨²nica forma de evidenciar ese poder en la actual situaci¨®n mundial es mediante las armas at¨®micas, aunque me produzca una enorme tristeza con tanta pobreza". Los ni?os de Coria est¨¢n encantados con la simpat¨ªa de este hombre. No saben que es franc¨¦s, que es escritor, que ha vendido millones de libros, que se acaba de bajar del AVE y que en el mismo and¨¦n de santa Justa acaba de proclamar: "?Viva la Blanca Paloma!".
El pueblo de la alegr¨ªa
El Roc¨ªo es una lecci¨®n permanente de geograf¨ªa. "Vamos con Dos Hermanas, dormimos con Los Palacios y estamos en Coria", dice uno de los anfitriones del cortejo de Dominique Lapierre. En Santa Justa lo esperaba su amigo y compatriota Raymond Andreani, que acudi¨® a la estaci¨®n de tren con un todoterreno y dos caballos, uno para el escritor y otro para su sobrino. El primer agasajo lo recibieron en Coria, primera parada antes de encontrarse con sus amigos de la hermandad de Los Palacios. El autor de La ciudad de la alegr¨ªa pirope¨® a las cuatro j¨®venes que ataviadas con trajes de gitana posaron con el ilustre visitante. En contexto tan literario, las cuatro admit¨ªan que en la actualidad est¨¢n demasiado ocupadas como para ponerse a leer libro alguno. Pero Merchi, Yolanda, Ana y Luisa al menos han conocido a un escritor de carne y hueso. Lapierre har¨¢ el camino hasta la aldea y su intenci¨®n es regresar a Calcuta para imspeccionar la marcha de sus obras ben¨¦ficas.
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