Denuncias de que la UE se pleg¨® a EE UU en el acuerdo sobre el comercio con Cuba

La aprobaci¨®n el lunes por los ministros de Asuntos Exteriores de la Uni¨®n Europea del acuerdo alcanzado con EE UU para la protecci¨®n de inversiones supone la voladura de la posici¨®n com¨²n de la UE sobre Cuba, al asumir los principales contenidos de la ley Helms-Burton, y entra en contradicci¨®n con tratados internacionales vigentes suscritos por Espa?a, el Reino Unido y Francia con Cuba. As¨ª lo admiten parlamentarios espa?oles que esgrimen las propias declaraciones de Washington. El Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar deber¨¢ acudir en breve al Congreso para dar explicaciones.

EE UU no ha ocultado su satisfacci¨®n por el acuerdo que internacionaliza la prohibici¨®n de negociar con propiedades expropiadas ilegalmente, en opini¨®n de Washington. El presidente norteamericano, Bill Clinton, en la conferencia de prensa celebrada el pasado d¨ªa 18 en Ginebra, as¨ª lo anunci¨® y el subsecretario nortamericano, Stuart Eizenstat, enviado especial para temas cubanos, fue m¨¢s lejos. El acuerdo, dijo, ?va a ser el mecanismo que de forma m¨¢s dr¨¢stica acabar¨¢ con las inversiones relacionadas con propiedades norteamericanas desde que Castro lleg¨® al poder?.La ley Helms-Burton, que consta de cuatro t¨ªtulos, hab¨ªa sido denunciada por la UE ante la Oganizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC) por los t¨ªtulos tercero y cuarto, que afectaban directamente a empresas europeas. Los dos primeros afectan exclusivamente a Cuba. El t¨ªtulo 3? da derecho a los ciudadanos norteamericanos con intereses en la isla a iniciar acciones en EE UU para recuperar esas propiedades, y el t¨ªtulo 4? permit¨ªa a las autoridades norteamericanas negar el visado de entrada a los directivos de aquellas empresas que inviertan en propiedades que hayan sido confiscadas a norteamericanos. La UE consideraba toda la ley como legislaci¨®n extraterritorial.

El diputado de Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) Ignasi Guardans, portavoz de su grupo en la Comisi¨®n de Asuntos Exteriores, que ha solicitado la comparecencia del Gobierno, es categ¨®rico sobre las consecuencias de este acuerdo: ?En derecho internacional, cada Estado, dentro de sus fronteras, es soberano. S¨ª tiene que compensar, pero no tiene nunca que devolver las propiedades, aunque deba pagar por ellas. Y eso lo ha reconocido el propio Tribunal Supremo de EE UU en una sentencia de los a?os sesenta respecto a empresas norteamericanas expropiadas en Cuba?.

El diputado catal¨¢n se?ala que, seg¨²n ese principio, ?Espa?a, el Reino Unido y Francia firmaron con Cuba lo que se llamaron los Acuerdos Globales Compensantorios. En Espa?a fue firmado en su momento por el Gobierno socialista, y son aut¨¦nticos tratados internacionales con un contenido muy sencillo. Reconocen la expropiaci¨®n y pactan una cantidad global por todas las propiedades expropiadas. Todo esto queda patas arriba con el acuerdo?, a?adi¨®.

La UE ha alcanzado este acuerdo con EE UU sin apenas compensaciones, salvo la promesa de Clinton de iniciar conversaciones con el Congreso para poder suspender indefinidamente el t¨ªtulo 4? de la ley. Es decir, mantiene intacto el t¨ªtulo 3?. El acuerdo, adem¨¢s, establece un registro internacional de propiedades ilegalmente expropiadas, siempre en opini¨®n de EE UU, que las empresas europeas deber¨¢n consultar antes de iniciar cualquier inversi¨®n en Cuba. Los Gobiernos europeos no podr¨¢n ayudar bajo ning¨²n concepto en cualquier transacci¨®n que se haga con las propiedades registradas en esa lista. M¨¢s a¨²n, seg¨²n documentos facilitados por la Casa Blanca para explicar el alcance del acuerdo, la UE y EE UU coordinar¨¢n sus acciones diplom¨¢ticas ante los Estados expropiadores.

El portavoz del Partido Popular en la Comisi¨®n de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Mar¨ªa Robles Fraga, valora positivamente el acuerdo, que pone fin al pulso que manten¨ªan EE UU y la UE en la OMC.

Para el portavoz de CiU, sin embargo, el acuerdo dinamita la llamada posici¨®n com¨²n de la UE sobre Cuba, en la que se renunciaba a toda coacci¨®n exterior y a toda medida coercitiva sobre Cuba, al tiempo que se censuraba la ley. ?Esto contradice la posici¨®n com¨²n, ya que los europeos asumen no invertir en pa¨ªses con bienes expropiados, y eso es una pura coacci¨®n exterior porque eso supone una grand¨ªsima presi¨®n sobre las inversiones en Cuba?.

Guardans se?ala que el acuerdo atenta contra un reglamento de la UE que est¨¢ en este momento en tr¨¢mite en el Congreso, en el que se sanciona a cualquier empresa europea que colabore con las autoridades norteamericanas en la aplicaci¨®n de la ley. Este acuerdo no s¨®lo deja sin sentido ese reglamento, sino que cada uno de los miembros de la UE se compromete a impedir la inversi¨®n all¨ª donde un ciudadano norteamericano considere que aquello era suyo ?.