Los agricultores encargan a t¨¦cnicos la recogida de muestras de sus fincas

Los propietarios de las m¨¢s de 3.000 hect¨¢reas de uso agr¨ªcola y ganadero afectadas por la riada contaminante no saben a qu¨¦ atenerse. La Junta de Andaluc¨ªa ha planteado la compra de las tierras para crear un corredor verde en el cauce del Guadiamar. Pero, en una reciente reuni¨®n, la asociaci¨®n agraria Asaja present¨® sus c¨¢lculos -la oferta inicial es de 6.000 millones de pesetas para todas las fincas- y los agricultores, mayoritariamente, se mostraron reacios a vender.La otra opci¨®n es la expropiaci¨®n temporal de las fincas mientra dura la operaci¨®n de retirada de lodos. Pero los propietarios quieren garant¨ªas de que se les devolver¨¢n sus tierras en buenas condiciones y, por ello, han encargado a t¨¦cnicos expertos de Asaja la toma de muestras de tierra en sus fincas.

Tres t¨¦cnicos, apoyados por un operario de la finca, iniciaron hace dos d¨ªas la toma de muestras en La Soberbina, una propiedad de 1.400 hect¨¢reas de cereales, girasoles y pastos de los que se alimentan caballos, vacas y 50 avestruces. Una de las vallas de La Soberbina pega con los terrenos de las minas de Aznalc¨®llar y el rastro de la riada t¨®xica se deja notar en 300 hect¨¢reas cuyo aspecto recuerda al paisaje lunar. ?Ir¨ªamos m¨¢s r¨¢pidos si hubiese con nosotros un funcionario de la Consejer¨ªa de Agricultura que diera fe de las muestras?, explica Jos¨¦ Antonio Gallo, t¨¦cnico que dirige el equipo.

Su labor consiste en clavar tres barreras en cada hect¨¢rea y extraer 60 cent¨ªmetros de suelo. De cada toma se recogen tres muestras. Hasta los 10 cent¨ªmetros de profundidad todo es lodo. Entre los 10 y los 30 cent¨ªmetros el negro va dejando paso al ocre y entre los 30 y los 60 se trata de tierra fertil. La misma que los propietarios quieren ver restituida al final de los trabajos.