La luna lava m¨¢s blanco

Observe el cielo, y, si la noche es hermosa y clara y la luna se recorta entera y redonda en el firmamento, no se enamore todav¨ªa y aproveche para tender. En noches as¨ª, adem¨¢s de poetas, se concentran en la atm¨®sfera gran cantidad de gotas de aire h¨²medo que impregnan la ropa. El roc¨ªo funciona como detergente, ya que contiene elementos oxidantes que blanquean los tejidos. En una palabra, las noches despejadas act¨²an como una inmensa, natural y silenciosa lavadora. Esto lo sab¨ªan hace a?os en los pueblos sin necesidad de haber o¨ªdo jam¨¢s hablar de los oxidantes, y ahora lo saben (y lo cuentan) dos periodistas, Jos¨¦ Luis Gallego y C¨¦sar Barba, autores del libro titulado El hogar ecol¨®gico. La aseguradora Zurich ha reeditado el volumen con motivo de la exposici¨®n Un mundo azul en el planeta azul, en la que colabora el Ayuntamiento, que alberga paneles y pabellones cuyo objetivo es informar de las novedades medioambientales. La exposici¨®n, enclavada en el paseo de la Chopera hasta el 14 de junio, regala hoy el volumen por ser el d¨ªa de la inauguraci¨®n de la Feria del Libro.

El hogar ecol¨®gico pretende guiar por la senda natural a las personas que viven en ciudades, dispuestas a practicar un ecologismo "que no nos lleve a las cavernas", seg¨²n reza el pr¨®logo. Para eso, ha reunido m¨¢s de un centenar de consejos muy pr¨¢cticos para que, desde la casa de cada uno, se contribuya a envenenar menos el planeta.

Adem¨¢s de incidir en hechos m¨¢s conocidos, como el reciclado de papel o de vidrio, los periodistas aportan soluciones naturales para casi cualquier cosa. Por ejemplo, ?sab¨ªa que el agua de lluvia es lo mejor para evitar que la cal del agua del grifo obstruya los orificios de la plancha? ?O que los envases de huevos de cart¨®n constituyen un perfecto aislante contra el ruido?

Antipolillas

El manual no es un alegato a favor de todo lo natural. Por ejemplo, aporta un remedio para liquidar las polillas que se agazapan en los abrigos. Eso s¨ª. Juego limpio. Sin utilizar productos sint¨¦ticos que, a la larga, contaminan. Coloque entre la ropa unas bolsitas de algod¨®n con cortezas secas de lim¨®n y las polillas emigrar¨¢n a otro armario menos ecol¨®gico. O ponga, para rizar el rizo y que encima la soluci¨®n huela bien, unos ramilletes de lavanda.

El libro da particular importancia al consumo de energ¨ªa. O mejor, al derroche. Algunos ejemplos de despilfarro: no apagar las luces al salir de las habitaciones, mantener encendida la llama del calentador, dejar que se acumule hielo en el frigor¨ªfico o mantener aparatos el¨¦ctricos no apagados totalmente. Un televisor que consuma 45 watios a la hora gasta 15 en posici¨®n de semiapagado.

Para ahorrar calefacci¨®n, lo mejor es aislar la casa. Truco: cuando se quiera descubrir las rendijas por donde se filtra el aire, acercar un mechero encendido al lugar sospechoso. Si la llama oscila o se apaga, aquello no funciona bien.

Adem¨¢s de la colada blanco de luna, existen otros muchos remedios caseros que permitir¨¢n al ecologista ir por la vida echo un brazo mar. Ah¨ª va uno. Para que los zapatos de charol recuperen su brillo primigenio basta con frotarlos con media cebolla o con un trapo manchado en leche. Para los de lona blanca, utilizar una soluci¨®n de tiza y agua aplicada con un cepillo de dientes. El aceite de ricino es mano de santo para que un par de zapatos ganen en flexibilidad.

Otro de los productos estrella que figuran en el volumen es el de la miel: igual cura la faringitis, la afon¨ªa y el dolor de garganta a base de ingerir, por las buenas, una cucharada, como cicatriza una herida si se extiende en una capa fina por la piel da?ada o que, combinada con un vaso de agua caliente en ayunas por la ma?ana se encarga del estre?imiento. Y si, despu¨¦s de haberse repuesto de todos estos males, el infortunado todav¨ªa tiene los labios cortados por el fr¨ªo o el viento, apl¨ªquese un poquito de miel.

El manual tambi¨¦n se ocupa del cuidado personal. Por ejemplo, un remedio natural para evitar la caspa consiste en aplicar aceite de oliva tibio directamente en el cuero cabelludo con un pincel o una bola de algod¨®n.

Si, despu¨¦s de seguir estos consejos, el nuevo ecologista hogare?o se siente realmente agotado, nada mejor que descansar con un ba?o reparador sumergido en sustancias naturales. No conviene abusar, ya que la ducha ahorra mucha m¨¢s agua. Pero un d¨ªa es un d¨ªa: llene la ba?era de agua caliente, agregue cuatro cucharadas de sal marina para ba?o, un vasito de aceite de oliva y dos cucharadas de bicarbonato. Media hora de inmersi¨®n, y uno est¨¢ listo ya para tender otra vez la ropa.