Celebrando el trienio
SEGUNDO BRU Se cumple, como no cesan de recordarnos machaconamente y por todos los medios en estos d¨ªas, el tercer aniversario de la llegada de Zaplana a la presidencia de la Generalitat y como el Partido Popular sabe, por el CIS y por las encuestas propias que se manejan en el Palau, que Zaplana, al igual que Aznar, no consigue despegarse electoralmente y no es ya que sientan el aliento de los socialistas en la nuca sino que ya son ellos los que ahora contemplan el cogote de sus adversarios, aprovechan la ocasi¨®n para sacar pecho y armar barullo propagand¨ªstico, con m¨¢s de un mes de adelanto sobre la fecha exacta, todo sea dicho, puesto que el triunfo electoral de Zaplana sin el dilatado y posterior pacto del pollo con UV no serv¨ªa para la investidura. Nada que objetar, cada partido es libre de hacer de su capa un sayo y de gastar su dinero como estime conveniente, aunque a uno le entran escalofr¨ªos de pensar el tost¨®n que hubi¨¦ramos padecido si Lerma hubiera dado en semejante capricho y cada a?o, durante trece, hubi¨¦semos tenido que celebrar su happy birthday gubernamental. Afortunadamente no era proclive al autobombo y ¨¦sta es una virtud que, junto con algunas otras que resaltan por contraste con el presente, tales como la honestidad y la austeridad personal, hasta Romero y Asunci¨®n deber¨ªan reconocerle. Pero donde se acaban todos los l¨ªmites de lo admisible ¨¦tica, pol¨ªtica y presupuestariamente hablando es cuando haciendo un uso exclusivamente partidario de los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos, de la televisi¨®n que pagamos car¨ªsima por el derroche, por el nepotismo popular y por los negocios privados que la pareja Reyna-Carrascosa realizan a su costa- todos los valencianos, se adjudica Zaplana gratia et amore cuarenta y cinco minutos en la hora punta del pasado jueves para exaltar su tercer a?o triunfal. Aunque por higiene mental deber¨ªa haberme abstenido de su visi¨®n, soport¨¦ por gajes del oficio la irrupci¨®n de Zaplana en mi intimidad y lo que vi fue un despliegue laudatorio, hagiogr¨¢fico, sin el menor asomo de sentido cr¨ªtico, sin Cartagena, sin Farn¨®s, sin la menor referencia a sus absolutamente incumplidas "100 promesas de gobierno", que tanto agitaron durante la campa?a electoral como se?uelo para el voto incauto, sin el m¨ªnimo pudor en suma. Algo m¨¢s propio de una rep¨²blica bananera, o de la monarqu¨ªa alau¨ª sin ir tan lejos, que de una democracia representativa y pluralista. Cuentan que el Dr. Goebbels ten¨ªa instalado en su despacho un dispositivo que le permit¨ªa interrumpir a voluntad todas las emisiones radiof¨®nicas alemanas para intervenir en directo. Comprendo que Zaplana y sus asesores puedan suspirar por esa palanquita y el micr¨®fono, pero deber¨ªan contener el impulso de, en su defecto, utilizar indebida -y puede que incluso ilegalmente, a tenor de la ley de creaci¨®n de RTVV- la televisi¨®n de todos los valencianos para la celebraci¨®n de sus juergas partidarias. Ante tama?a falta de recato, ante esta imp¨²dica exhibici¨®n, el candidato que surja de las concurridas primarias que celebrar¨¢ en breve el PSPV puede plantearse su objetivo de desplazar a Zaplana de la presidencia de la Generalitat no s¨®lo por razones pol¨ªticas, morales, sociales, de dignidad colectiva, e incluso de salud p¨²blica, sino tambi¨¦n para evitarnos la entrega de Pesadilla en Generalitat Street V . !Qu¨¦ horror!.
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