Guinea expulsa a periodistas espa?oles antes de dictar el fallo por el juicio de Malabo

El ministro de Exteriores de Guinea Ecuatorial, Miguel Oyono, comunic¨® anoche al embajor espa?ol en Malabo, Jacobo Gonz¨¢lez, que es ?decisi¨®n firme del Gobierno? que los ocho periodistas espa?oles acreditados para cubrir el consejo de guerra sumar¨ªsimo contra 117 procesados de la etnia bubi deben abandonar el pa¨ªs. Esta expulsi¨®n es inmediata e inapelable. Los informadores deben tomar el avi¨®n de Iberia que hoy despega hacia Madrid. Las razones dadas son muy simples: ?Los trabajos no han cumplido las expectativas?.

El Gobierno de Malabo les acusa de insultar al presidente Teodoro Obiang Nguema y al Ejecutivo y de mancillar la imagen exterior del pa¨ªs. Salvo que medie una contraorden, esta decisi¨®n, que afecta a los informadores de EL PA?S, TVE, Efe, La Vanguardia y El Heraldo de Arag¨®n , es el triunfo del sector duro del r¨¦gimen encabezado por el ministro delegado de Defensa, el general Melanio Ebendeng, quien desde el primer d¨ªa ha mantenido una actitud hostil con la prensa extranjera. Al enviado especial de EL PA?S, en concreto, se le acusa de haber informado sobre las torturas sufridas por los presos, de mentir en las mutilaciones de las orejas de los mismos -evidentes a simple vista, pero calificadas de simples ?tatuajes? o de ?defectos de nacimiento? por el Gobierno-, de dar excesiva voz a los abogados defensores -son ?unos radicales de la oposici¨®n?, en palabras del ministro Oyono- y de relatar algunas de las irregularidades procesales cometidas.La decisi¨®n comenz¨® a urdirse el pasado lunes, 24 horas despu¨¦s de la llegada de los informadores a Malabo. Se advirti¨® a los periodistas de que no pod¨ªan mezclar el nombre del presidente Obiang con el desarrollo del consejo de guerra ni informar de nada que no fuera el propio juicio.

Al mediod¨ªa de ayer, el ministro de Infomaci¨®n y Cultura, Lucas Nguema, dijo a este enviado especial: ?Hoy tampoco me ha gustado nada tu cr¨®nica. Creo que te vas en el avi¨®n de ma?ana (por hoy)?. Preguntado si se trataba de una expulsi¨®n, Nguema lo neg¨®. ?No, s¨®lo que el juicio ya ha terminado... Su trabajo en Guinea ha concluido?. ?Y la sentencia? ?Se la enviaremos por fax?, replic¨® en tono serio. Despu¨¦s se mostr¨® condescendiente, confiando que hab¨ªa un sector militar presente en la sala del juicio que pretend¨ªa dar un escarmiento. ?Nosotros les frenamos?, revel¨® Nguema. El mismo ministro Oyono no parec¨ªa estar al corriente de la situaci¨®n, pues a esa misma hora anunciaba a la enviada especial de La Vanguardia que todos los periodistas tendr¨ªan permiso para viajar hoy a Luba, donde se produjeron los graves sucesos del 21 de enero que ahora se juzgan.

Al final se impusieron los militares. Obiang acept¨® su versi¨®n de los hechos: ha sido un error dar visado a los periodistas espa?oles (v¨¢lido hasta el d¨ªa 7 de junio). Se acabaron pues los testigos inc¨®modos. Las miradas del exterior que ?desnudan el pa¨ªs?, en palabras de Lucas Nguema. Ahora, el juicio podr¨¢ concluir entre bambalinas, en penumbra. Atr¨¢s queda la duda de una denuncia recibida ayer sobre la muerte en prisi¨®n de uno de los procesados. Es una informaci¨®n que no se podr¨¢ comprobar en la vista p¨²blica del lunes, cuando est¨¢ previsto que el tribunal militar pronuncie la esperada sentencia.

Su estudio y an¨¢lisis no debi¨® de ocuparle ayer demasiado tiempo al coronel Santigo M. Nguema, presidente del consejo de guerra sumar¨ªsimo que debe dictar la suerte de los 117 procesados. El militar se paseaba ayer de paisano en su destartalado Seat Panda por las calles de Malabo. La oposici¨®n democr¨¢tica ten¨ªa la esperanza de que el hecho de haber permitido la entrada al pa¨ªs de periodistas espa?oles y de dos observadores de Amnist¨ªa Internacional, que tambi¨¦n salen hoy del pa¨ªs, fuera una se?al positiva. ?No es l¨®gico dejarles presenciar un consejo de guerra que pueda terminar despu¨¦s ante un pelot¨®n de fusilamiento?, dec¨ªan. Ahora, sin luz ni taqu¨ªgrafos, todo es posible.