Olano, o como ganar sin atacar
Banesto deber¨ªa echarse a temblar: Abraham Olano, su apuesta protegida para el Tour gan¨® ayer, sin quererlo, la Bicicleta Vasca. Y como el a?o pasado la misma victoria se cobr¨® un elevado peaje en la ronda francesa, en esta ocasi¨®n nada garantiza lo contrario. O eso deben pensar en el entorno as¨¦ptico del corredor, donde se interpreta todo tan milim¨¦tricamente que hasta las buenas noticias pueden terminar por resultar preocupantes. La relaci¨®n esfuerzo/rentabilidad nunca se revel¨® tan desproporcionada como en esta edici¨®n de la ronda eibarresa. Olano ha termino imponi¨¦ndose sin atacar una sola vez, aplicado en las ascensiones a rueda de los m¨¢s fuertes, apabullantemente eficaz en la pelea con el reloj. En su caso, no se puede ganar una carrera con menos desgaste, dato que deber¨ªa tranquilizar a todos los que esperan en el mes de julio la versi¨®n m¨¢s espl¨¦ndida del guipuzcoano. Curioso ciclismo el que nos toca sufrir. En cinco d¨ªas de carrera ?ha habido alguien que haya atacado para hacerse con el liderato? No realmente, porque si bien Zarrabeitia y Etxebarr¨ªa, ambos capaces de liderar su equipo, se han vaciado en aras de la estrategia de su formaci¨®n (si se puede colocar a dos o tres corredores en posici¨®n ventajosa se descarga de presi¨®n al l¨ªder natural y se obliga al rival a tomar la iniciativa), todos esperaban los latigazos de Jalabert. Pero el franc¨¦s, sin referencias tras un periodo de diez d¨ªas de reposo activo, tambi¨¦n confiaba en ganar sin perder demasiadas plumas en la empresa. Su recientemente adquirida seguridad contra el reloj le permit¨ªa especular con un ¨¦xito construido en tan s¨®lo 15 kil¨®metros. As¨ª, el franc¨¦s se despidi¨® sin una arrancada, sin un aceler¨®n selectivo y con dos victorias de etapa. Del resto de los hombres Tour, la decepci¨®n se apellida Blanco. La urgencia de notoriedad, necesaria para optar a una invitaci¨®n de los organizadores del Tour, obligaba a Vitalicio a bastante m¨¢s de lo expuesto en una ronda en la que el bejarano ha reventado cada vez que ha pretendido alejarse del pelot¨®n. Escart¨ªn, como Ullrich y Riis ni siquiera se ha planteado la posibilidad de dar la cara. En estas condiciones, Riis habr¨¢ rentabilizado al m¨¢ximo su ¨²nico ataque: victoria ayer tras una serie lanzada a dos kil¨®metros de meta. Sin fuerzas para atacar "Siempre nos toca armar la guerra y hoy no hemos tenido fuerzas para atacar. Por un d¨ªa que no podamos no pasa nada". David Etxebarr¨ªa (ONCE-Deutsche Bank) se equivoca sin tener nada que reprocharse. Lo que pasa es precisamente lo que nunca lleg¨® a pasar: movimientos interesantes. El final en Arrate tend¨ªa una ¨²ltima oportunidad al espect¨¢culo, por supuesto condicionada por la capacidad de maniobra y la imaginaci¨®n de la ONCE-Deutsche Bank. Ni hubo ataques, ni espect¨¢culo, ni nada parecido a una pugna digna de apasionar y en esto no hay culpables (sobre todo los que confiesan sin pudor la p¨¦rdida de sus facultades), s¨®lo frustraci¨®n por las expectativas creadas y no confirmadas. En estas circunstancias, los esfuerzos del colombiano Castelblanco (el que m¨¢s ha atacado es tambi¨¦n el menos laureado) en la ascensi¨®n final, unidos a los del alem¨¢n B?lts, quedar¨¢n como los ¨²nicos giros interesantes de un gui¨®n plano y mon¨®tono, corregido con mano censora por el equipo del l¨ªder. Banesto cloroform¨® parcialmente la carrera, consinti¨® aventuras infladas de ilusi¨®n (Gonz¨¢lez Arrieta, Serrano y Contrini llegaron a circular con algo m¨¢s de un minuto de ventaja por Elgeta; Chaurreau, Manch¨®n, Pe?a, Cabello y Ajuria les imitaron con la misma ineficacia) y se mostr¨® como un bloque capaz de abortar una ofensiva que nunca lleg¨®. Jalabert se present¨® al pie de la subida final con la improbable misi¨®n de borrar los 26 segundos cedidos la v¨ªspera. En la salida, los que trataron de montar la pel¨ªcula de la etapa antes que sus actores saltaran al plat¨® se encontraron con una sorprendente y extendida desidia en las filas del ONCE-Deutsche Bank. "La temporada es muy larga y no s¨¦ si merece la pena que nos peguemos una paliza de miedo para no conseguir nada", aventuraban a coro Zarrabeitia y Etxebarr¨ªa mientras que, entrevistado por la organizaci¨®n, Jalabert aseguraba en el m¨¢s ap¨¢tico de los tonos que no dispon¨ªa de t¨¢ctica alguna para recuperar el maillot azul. La Bicicleta Vasca dejaba de ser un caramelo sabroso, m¨¢s por desilusi¨®n que por falta de ambici¨®n. Quiz¨¢s esto explique que Olano pudiera escaparse tras Riis a dos kil¨®metros de meta, que el franc¨¦s siguiera mansamente la rueda del l¨ªder, el ritmo de Pe?a, que no secundara los ataques de Castelblanco, B?lts o Santi Blanco. Rudy Pevenage, director del Telekom en esta ronda, sonre¨ªa satisfecho ante los progresos de Ullrich y Riis. Sin exhibiciones, ambos han observado una trayectoria ascendente en los ¨²ltimos cinco d¨ªas, mismo optimismo esgrimido por Banesto y Kelme (Escart¨ªn). A la ONCE-Deutsche Bank, menos pendiente del Tour, s¨®lo le interesaba concluir con victoria.
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