Una alumna denuncia que su profesor la ridiculiz¨® por negarse a redactar una violaci¨®n

"El profesor propuso hacer un gui¨®n t¨¦cnico sobre un tema impactante sacado de alg¨²n medio de comunicaci¨®n y una alumna sugiri¨® hacerlo sobre una violaci¨®n m¨²ltiple a una mujer". En la clase de Teor¨ªa de la Comunicaci¨®n Audiovisual de primer curso de Periodismo de Sevilla todos aceptaron el tema propuesto. Todos menos una media docena de alumnos. El ejercicio consist¨ªa en elaborar un gui¨®n para un programa de televisi¨®n en el que se describiera la violaci¨®n desde dos puntos de vista: uno, serio y otro, "lo m¨¢s aberrante, detallado y pornogr¨¢fico posible", explic¨® Ana S¨¢nchez-Barriga, una de las alumnas que se opuso a realizar el ejercicio. "Entonces, el profesor nos dio una alternativa: elegir otro tema igualmente fuerte, y optamos por un secuestro". De los alumnos que discreparon en un principio, m¨¢s de la mitad acabaron haciendo el gui¨®n de la violaci¨®n m¨²ltiple. Pero Ana no se dio por vencida y le dijo al profesor que para aprender a elaborar un gui¨®n no consideraba necesario tratar un tema tan desagradable. "Entonces el profesor me dijo en clase que si no era capaz de hacer eso no estaba capacitada para ejercer el periodismo. Me sent¨ª insultada". Y, a pesar de haber aprobado la asignatura, Ana decidi¨® llevar el caso a los tribunales acad¨¦micos. Ambos, profesor y alumna, fueron citados ante la comisi¨®n de docencia presidida por la vicedecana Carmen Herrero, para que expusieran sus argumentos. Fernando Segundo Moya Hiniesta no se present¨®, porque, seg¨²n dice, no se enter¨®. "Esa semana no tuve clase y no pas¨¦ por el casillero a recoger la correspondencia. Hubiera bastado con que me llamaran por tel¨¦fono". La alumna s¨ª relat¨® ante la comisi¨®n el asunto de la violaci¨®n m¨²ltiple. Declar¨® que se sinti¨® denigrada por la ridiculizaci¨®n a la que fue sometida por Moya Hiniesta en clase. Aquel d¨ªa el profesor le dijo que una periodista no puede negarse a cubrir un suceso por cuestiones de sensibilidad. La declaraci¨®n de Ana ante la comisi¨®n de docencia fue quiz¨¢ un poco blanda: "Creo que ella exager¨® la prudencia. Reconoci¨® que no hubo represalias por negarse a hacer el trabajo y que no se les oblig¨® a tratar el tema propuesto. En todo momento denunci¨® el caso como un asunto de sensibilidad y no de docencia", explic¨® Carmen Herrero. Y aunque mantiene su declaraci¨®n, Ana cree que el castigo impuesto al profesor, una simple amonestaci¨®n verbal, no es suficiente. "Los alumnos tienen miedo cuando reclaman y hay que decirles que la Universidad ofrece todas las garant¨ªas, pero en este caso, dada la acusaci¨®n, no se justificaba la apertura de un expediente", a?adi¨® la vicedecana Herrero. Para la comisi¨®n de docencia, sin embargo, si fue grave la ridiculizaci¨®n que hizo el profesor de los alumnos que se opusieron a describir la violaci¨®n. La comisi¨®n tambi¨¦n considera grave, desde el punto de vista pedag¨®gico, que Moya Hiniesta "no distinguiera claramente entre la realidad y la ficci¨®n". "Si ella hubiera insistido m¨¢s en estos asuntos, el castigo hubiera sido mayor", explic¨® Herrero. Pero no se denunciaron problemas de docencia, y para el profesor Moya Hiniesta, la sensibilidad a que se alude no sirve: "Yo propuse un tema para que se trabajara de dos formas: como lo hubiera hecho un programa de telebasura y desde una perspectiva seria. Ese era el sentido pedag¨®gico: que aprendieran la diferencia de tratamiento de un mismo tema". Pero, ante el incidente en la clase, el profesor habl¨® con la alumna "para ver si el tema propuesto le afectaba por cuestiones personales", y al ver que no era as¨ª, decidi¨® seguir adelante. "El periodismo es algo muy duro. Los productos son mercanc¨ªas en funci¨®n de los intereses de la audiencia y el ejercicio que han hecho estos alumnos es de las hermanitas de la caridad al lado de lo que les ha pasado a algunos de ellos en su vida. Lo juro por la tumba de mi padre". Ana dice que algunos compa?eros han visto salir a chicas llorando y a chicos colorados como tomates, del despacho del profesor, que los llam¨® uno a uno para corregirles el trabajo. Moya Hiniesta neg¨® ayer que ridiculizara a los estudiantes y tambi¨¦n que salieran llorando de su despacho. "Los alumnos me dijeron al final que hacer el trabajo hab¨ªa sido muy gratificante y que hab¨ªan aprendido. La universidad no est¨¢ para cuestionar sensibilidades y adem¨¢s, nadie sabe de sensibilidad m¨¢s que yo, que he trabajado como periodista y he visto aviones estrellados, secuestros, terrorismo palestino. A m¨ª, la sangre de pescado me da igual, pero la de la carne me da un asco insoportable y he tenido que hacer reportajes en los supermercados".