No todo el monte es pino
Un paseo por el jard¨ªn de la Casita del Pr¨ªncipe y la Herrer¨ªa asombra por la riqueza de especies arb¨®reas
En nuestra regi¨®n se cuentan, a ojo de buen jardinero, 150 especies arb¨®reas, 30 silvestres y el resto cultivadas. A la mayor¨ªa de los madrile?os, empero, no les alcanza la retentiva para tanto, y, a juzgar por su vocabulario, se dir¨ªa que "¨²nicamente existen ¨¢rboles, pinos y palmeras entre los seres m¨¢s conspicuos del reino vegetal" (Antonio L. Lillo, Arboles singulares de Madrid). De ah¨ª que animemos vivamente a pasear por los jardines de la Casita del Pr¨ªncipe y el bosque de la Herrer¨ªa a todos aquellos que deseen, en menos de tres horas, d¨¢rselas de peritos en la materia.Dise?ada en 1772 por Juan de Villanueva para el entonces pr¨ªncipe de Asturias y luego rey CarlosIV, la Casita del Pr¨ªncipe se encuentra rodeada por dos jardines conc¨¦ntricos: un ordenado pensil poco mayor que una cancha de f¨²tbol y, en torno suyo, un gran parque en declive de 2.908 metros de per¨ªmetro amurallado, el cual linda por arriba con el monasterio de San Lorenzo y por abajo con la estaci¨®n ferroviaria. Muchos de los ¨¢rboles que exornan estos jardines rondan los cien a?os y fueron plantados por los alumnos de la Escuela de Ingenieros de Montes que de 1870 a 1914 hicieron sus estudios y probaturas en ¨¦stos de El Escorial.
Junto a la estaci¨®n se halla el acceso principal, y nada m¨¢s traspasar la verja hay, bajo seis esbeltos pinsapos, un mapa sobre el que cada cual puede planear la visita a su gusto. Proponemos, no obstante, empezar por el peque?o tri¨¢ngulo que forman los paseos de los Pl¨¢tanos, de los Tilos y de los Carpes -todos est¨¢n se?alizados con ilustrativos letreros- para despu¨¦s seguir la tapia por el paseo de Circunvalaci¨®n, entre dos hileras de pl¨¢tanos de sombra, allende las cuales pululan las ardillas en los arcos campestres, los robles y los fresnos.
Ya en el extremo contrario del parque, tomaremos a la izquierda por el paseo de los Nogales y luego por el de los Lilos, llegando as¨ª a la puerta del recoleto vergel, tambi¨¦n cercado, que ci?e el palacete principesco. Setos de boj y bancales de frutales entretienen aqu¨ª con sus habilidades geom¨¦tricas la espera secular de varias secuelas gigantes, algunos pinsapos notables -egados al muro septentrional, a mano derecha seg¨²n se entra-, un par de larguiruchos abetos del C¨¢ucaso -en la parte posterior del jard¨ªn, a la izquierda- y numerosos cedros del Himalaya de ramaje alica¨ªdo.
De nuevo en el parque, tiraremos hacia arriba por el paseo del Pr¨ªncipe, avistando las torres del vecino monasterio por entre la fronda de los casta?os de Indias y los pinos piconeros, y saldremos de la finca por el acceso peatonal. Las marcas de pintura roja y blanca del sendero GR-10 nos guiar¨¢n hacia la izquierda, a lo largo de tres kil¨®metros, hasta arribar a la silla de FelipeII, observatorio gran¨ªtico junto al que se alza un arce de Montpellier de diez metros de altura, un tama?o b¨¢rbaro para una especie de tendencia arbustiva.
Aqu¨ª se inicia, siguiendo la pista asfaltada, el sendero ecol¨®gico del bosque de la Herrer¨ªa: un grato paseo de un kil¨®metro y medio, horizontal, jalonado con paneles en que se informa al profano sobre melojos, quejigos, fresnos, arces, sauces, enebros, agracejos, avellanos, cerezos... y los ancianos casta?os silvestres -alguno coet¨¢neo de Carlos IV- que descuellan sobre la fuente de la Reina. Veinte especies, como poco, habremos aprendido a reconocer. Cinco m¨¢s como ¨¦sta, y no habr¨¢ ¨¢rbol que se nos resista.
En plena floraci¨®n
D¨®nde. El Escorial dista 46 kil¨®metros de la capital. Su acceso m¨¢s directo es por la carretera de A Coru?a (A-6), desvi¨¢ndose a la altura de Las Rozas por la M-505. La mejor opci¨®n, sin embargo, es llegarse a El Escorial en tren de cercan¨ªas (Renfe, tel¨¦fono 91 3289020), dada la proximidad de la estaci¨®n a la Casita del Pr¨ªncipe.Cu¨¢ndo. Paseo de unas tres horas, s¨®lo ida, m¨¢s una y media de vuelta por el mismo camino, que ronda en total los 12 kil¨®metros. Muy recomendable durante primavera, en plena floraci¨®n de fucsias, rosales, sa¨²cos, ¨¢rboles del amor... Los jardines de la Casita del Pr¨ªncipe permanecen abiertos de diez de la ma?ana a ocho de la tarde.
Qui¨¦n. Patrimonio Nacional gestiona tanto la Casita del Pr¨ªncipe como el bosque de la Herrer¨ªa. Informaci¨®n en el tel¨¦fono 91 8905903.
Y qu¨¦ m¨¢s. Muy ¨²tiles para reconocer especies son los libros ?rboles de Madrid, de Antonio L¨®pez Lillo y Margarita Mielgo, y ?rboles singulares de Madrid, del primer autor y Francisco Javier Cantero, editados por la Comunidad de Madrid. Y, tambi¨¦n, La gu¨ªa de Incafo de los ¨¢rboles y arbustos de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica. Cartograf¨ªa: hoja 18-21 (533) del Servicio Geogr¨¢fico del Ej¨¦rcito.
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