Ni en el fondo ni en la forma

Las obligaciones que un diputado contrae cuando accede a la Presidencia de la C¨¢mara se prolongan m¨¢s all¨¢ de la duraci¨®n del mandato. Una vez que se ha sido presidente del Parlamento, no se puede volver a actuar como si nunca se hubiera sido. La imagen del Parlamento y de su presidencia tiene que ser preservada no solamente por quien ocupa en cada momento dicha posici¨®n, sino tambi¨¦n por todos los que la han ocupado anteriormente. Diego Valderas deber¨ªa haber pensado en ello antes de actuar de la forma en que lo ha hecho esta semana. No creo que deber¨ªa haber actuado de esa manera ning¨²n diputado, pero ¨¦l menos que ninguno. Diego Valderas no puede no saber, despu¨¦s de haber sido presidente del Parlamento, que el ejercicio de la potestad sancionadora no puede ser discrecional. La sanci¨®n tiene que estar siempre reglada. Si no est¨¢ prevista en el reglamento de la C¨¢mara, el Presidente no puede imponerla. Su facultad de "integraci¨®n" del reglamento para colmar las "lagunas" del mismo, no puede extenderse nunca a la imposici¨®n de sanciones. Este principio general del Estado de Derecho tiene vigencia tambi¨¦n en el Derecho Parlamentario. Justamente por eso, Diego Valderas no ten¨ªa raz¨®n en el fondo del asunto.Su dimisi¨®n de la presidencia de una comisi¨®n porque Javier Torres Vela no ha sancionado al consejero Ortega es jur¨ªdicamente injustificable. Pero menos la tiene todav¨ªa en la forma. Un ex presidente del Parlamento no puede tirar por la calle del medio y salir haciendo las declaraciones que ha hecho. Si es algo que le ha sido exigido por su propio partido, ten¨ªa que haber hecho frente a dicha exigencia. Primero haciendo valer los conocimientos que tuvo que adquirir en la Presidencia de la C¨¢mara. Y despu¨¦s, alegando la improcedencia de que un ex presidente pudiera actuar de esa manera. La mejor demostraci¨®n de coraje es la que se hace valer en el interior del propio partido.