Un parpadeo de luz para salir a escena
Una compa?¨ªa de actores sordos interpreta "El s¨ª de las ni?as" con el lenguaje de las manos
Para que salga bien un espect¨¢culo de teatro interpretado por actores sordos es necesario inventarse ciertas contrase?as. Por ejemplo, una patada en el suelo o un parpadeo de luz. Esto, porque de otra manera los personajes de la obra no sabr¨ªan cu¨¢ndo tienen que entrar en escena o cu¨¢ndo les toca actuar. El texto de El s¨ª de las ni?as que escribi¨® Morat¨ªn se convirti¨® en cientos de gestos realizados por las manos en la funci¨®n que represent¨® el viernes el grupo El Alacr¨¢n en el centro Cultural de la Villa. Sus siete miembros son sordomudos y se han tomado muy en serio lo de la interpretaci¨®n. Tanto que han conseguido un hueco en el pr¨®ximo Festival de Teatro Cl¨¢sico de Almagro.
Luis Manuel Caro es el responsable de esta singular compa?¨ªa y el maestro de sus miembros. ?l era un director de teatro que un d¨ªa recibi¨® una llamada de la Federaci¨®n de Sordos de Madrid para que diera un cursillo de dos semanas a actores aficionados sordos. Esto fue hace dos a?os y con ello sigue. Es m¨¢s, ha ampliado su compa?¨ªa, El Alacr¨¢n, con un elenco de int¨¦rpretes sordomudos. "Me llam¨® la atenci¨®n la afici¨®n tan grande de este colectivo. Algunos quer¨ªan dedicarse profesionalmente al teatro, pero no les admit¨ªan en ninguna escuela", cuenta este director de teatro.
Pero lo que realmente sorprendi¨® a Caro fue "la dimensi¨®n tan po¨¦tica" que llega a tener el lenguaje de los signos en un escenario. "Veo sus manos como pinceles que dibujan en el aire figuras", dice. "Con el lenguaje de los signos se puede matizar, transmitir todo tipo de emociones y sentimientos. Esto lo he descubierto junto a ellos", a?ade. Por eso no quiere un int¨¦rprete para que las funciones puedan ser seguidas por los oyentes. "Eso desmerecer¨ªa su trabajo. Ver a un actor poniendo toda la carne en el asador junto a una persona que traduce sin matices su trabajo me parece mal", afirma Caro.
Puerta abierta
Las funciones de la compa?¨ªa El Alacr¨¢n se dirigen tanto a un p¨²blico sordo (que de otra manera no tiene forma de enterarse de lo que pasa en una representaci¨®n) como a los espectadores oyentes. Lo explica Maite Gonz¨¢lez, una actriz de 25 a?os de esta compa?¨ªa. Tiene que soltar el ramo de flores que le han regalado tras la representaci¨®n de El s¨ª de las ni?as para poder hablar. "Estas funciones son una puerta abierta entre el mundo de los sordos y el de los oyentes. Es una manera de respetarnos sin entendernos. Si hubiera un int¨¦rprete, el p¨²blico no se fijar¨ªa en nosotros. Con nuestras representaciones pretendemos transmitir a los oyentes durante una hora lo que sentimos los sordos todo el d¨ªa", dice esta actriz, licenciada en Econ¨®micas y contable de profesi¨®n.Al igual que Maite Gonz¨¢lez, los actores de El Alacr¨¢n tienen un trabajo adem¨¢s de sus deberes como artistas de la escena. Dedican seis horas semanales a los ensayos y a las clases de interpretaci¨®n. Caro se ocupa de realizar una adaptaci¨®n del texto que han de interpretar y luego son los propios actores los que lo traducen al lenguaje de las manos. "El hecho de adaptar a la lengua de los signos una obra no nos cuesta nada. El sentimiento es el mismo", declara Jos¨¦ Manuel Vila, otro de los actores de la compa?¨ªa. Vila, de 24 a?os, confiesa que se meti¨® en el mundo del teatro por vocaci¨®n. Y quiere seguir en ¨¦l. Fueron los propios actores los que se encargaron de que Caro, su maestro, aprendiera su idioma. Sin tomar ninguna clase. "El esfuerzo que tienen que realizar los espectadores oyentes para seguir una de estas representaciones me parece una actitud muy activa. Soy consciente de que no se enteran de todo, pero perciben otras cosas: un derroche de expresividad que no podr¨ªan apreciar en una obra de actores oyentes", concluye Caro.
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