Personalidades de 36 pa¨ªses piden a la ONU la despenalizaci¨®n de las drogas
67 jueces y juristas espa?oles apoyan la iniciativa, junto con ocho premios Nobel
M¨¢s de 630 fil¨®sofos, escritores y pol¨ªticos de 36 pa¨ªses, entre los que se encuentran 67 jueces y juristas espa?oles y ocho premios Nobel, han enviado una carta al secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, solicitando la despenalizaci¨®n de las drogas. Los firmantes apelan, con motivo de la sesi¨®n especial de la Asamblea General sobre las Drogas, que se celebrar¨¢ en Nueva York del 8 al 10 de junio, a "un di¨¢logo en el que el miedo, los prejuicios y el ¨¦nfasis en la penalizaci¨®n cedan al sentido com¨²n". El escrito pide " franqueza y honestidad".
El premio Nobel Adolfo P¨¦rez Esquivel, el financiero George Soros, los escritores G¨¹nter Grass, Ivan Illich, Dario Fo, Fernando Savater y Mario Benedetti, la comisaria europea Emma Bonino, el ex secretario de las Naciones Unidas, Javier P¨¦rez de Cu¨¦llar, y los magistrados Perfecto Andr¨¦s Ib¨¢?ez, C¨¢ndido Conde Pumpido, Claudio Movilla y Antonio Mart¨ªn Pall¨ªn, son algunos de los firmantes del escrito. "Creemos que la guerra contra las drogas que se libra actualmente en el mundo puede estar causando m¨¢s da?os que el mismo abuso de drogas", denuncian. Y con un esp¨ªritu marcadamente cr¨ªtico, discrepan del enfoque de "criminalizaci¨®n y penalizaci¨®n" de las drogas que adoptan las nuevas convenciones internacionales de las Naciones Unidas.Opinan los autores del escrito que, esta v¨ªa restringe las capacidades de cada naci¨®n para idear soluciones efectivas, frente a "una amenaza para j¨®venes y ciudadanos que s¨®lo a trav¨¦s de un trabajo com¨²n dentro y fuera de las fronteras" encontrar¨¢ la soluci¨®n.
Y ese esfuerzo conjunto dista mucho, seg¨²n el escrito, del papel que est¨¢n jugando los Gobiernos, enfocado a "promulgar cada a?o nuevas medidas punitivas de control de drogas, increment¨¢ndose el costo de los esfuerzos". El resultado, afirman, conduce a que el ingreso anual generado por la industria ilegal de las drogas ascienda a 400.000 millones de d¨®lares, "fortalezca organizaciones criminales, corrompa Gobiernos y estimule la violencia", con la inherente deformaci¨®n de los mercados econ¨®micos y de los valores de la sociedad.
La lista de fracasos de las pol¨ªticas antidroga se completa, seg¨²n el documento, con la imposibilidad en muchos pa¨ªses de detener la expansi¨®n del sida, la hepatitis y otras enfermedades contagiosas, la violaci¨®n de los derechos humanos y los atentados contra el medioambiente, acompa?ado de una defectuosa inversi¨®n en salud y educaci¨®n. Los firmantes depositan su confianza en las Naciones Unidas -"que tienen un papel leg¨ªtimo e importante que desempe?ar"- para que no se persista en las actuales pol¨ªticas que, a su juicio, s¨®lo est¨¢n consiguiendo "un mayor abuso de las drogas, mayor fortalecimiento del narcotr¨¢fico y de los criminales que lo controlan, m¨¢s enfermedad y sufrimiento". Finaliza el texto pidiendo al secretario general, Kofi Annan, que "el ¨¦nfasis en la penalizaci¨®n ceda la v¨ªa al sentido com¨²n, la ciencia, la salud p¨²blica y los derechos humanos".
Encuentro de alto nivel
La Sesi¨®n Especial sobre las Drogas que tendr¨¢ lugar en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York del 8 al 10 de junio a propuesta del Gobierno mexicano en 1993, est¨¢ considerada como un acontecimiento pol¨ªtico de alto nivel, donde se perfilar¨¢ la agenda para el control mundial de drogas il¨ªcitas para los pr¨®ximos diez a?os. En ¨¦l participar¨¢n los jefes de Gobierno que, seg¨²n los cr¨ªticos, "enfocar¨¢n el reforzamiento de las actuales pol¨ªticas antidrogas, enfatizando la aplicaci¨®n de la ley y d¨¢ndole una consideraci¨®n limitada a las estrategias dirigidas a reducir la demanda, sin dar lugar a una evaluaci¨®n independiente, ni a un debate serio sobre alternativas u otras soluciones potencialmente m¨¢s efectivas".Equiparada por la globalidad de su convocatoria a la cumbre de R¨ªo (medioambiente), la sesi¨®n fue convocada por la Asamblea General de la ONU en 1996. A lo largo del proceso preparatorio se observ¨® una resistencia notoria a evaluar de manera cr¨ªtica las pol¨ªticas vigentes, lo que ha llevado a temer que no se alcancen estrategias antidroga de conjunto.
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