Torrente como modelo
Santiago Segura clausura el Festival de Cine de M¨¢laga hablando de dinero y meti¨¦ndose al p¨²blico en el bolsillo
En el principio del fin del I Festival de Cine Espa?ol de M¨¢laga fue el rostro, s¨®lido y et¨¦reo al tiempo, de Teo Escamilla saliendo en una esquina de la pantalla. Del maestro andaluz de la luz, uno de los mejores fot¨®grafos del cine espa?ol de todos los tiempos, fallecido hace pocos meses, hablaron emocionadamente Rom¨¢ Gubern y Jaime de Armi?¨¢n. En los palcos, antes y mientras daba comienzo la esperada entrega de premios, hab¨ªa tensa felicidad. Sobre todo en el que coincid¨ªa el equipo de La primera noche de mi vida: elegancia picassiana de la productora Mariel Guiot, exultaci¨®n en Miguel Albaladejo y aire familiar en el resto: Mu?oz-Molina, Elvira Lindo, Geli Albaladejo o el chaval ??igo Garc¨¦s. El palco de al lado, Asumpta Serna, Rom¨¢ Gubern y Josep Maria Forn, defensores de la pel¨ªcula que qued¨® segunda, Subjudice, parec¨ªa m¨¢s glamouroso pero menos espont¨¢neo. En el escenario los actores-presentadores Jorge de Juan y Mireia Ross hac¨ªan ahora balance de las excelencias del festival, presentaron un v¨ªdeo de siete d¨ªas de celuloide y mucho trabajo y comenzaron a jugar con los nervios del personal. Santiago Segura, dijo De Juan, puede que no llegue a tiempo pero ha mandado un v¨ªdeo. Un suspiro de angustia se apoder¨® de las butacas. El ¨ªdolo de la noche era Torrente. Jorge y Mireia lanzaron un nuevo v¨ªdeo entre que s¨ª y no llegaba el fen¨®meno Segura. Unos cuantos saludos a M¨¢laga desde Praga del equipo de La ni?a de tus ojos, ¨²ltima de Fernando Trueba: gracietas simp¨¢ticas de Resines, Jorge Sanz, Loles Le¨®n, Pen¨¦lope Cruz, un borrico y el mismo Segura. Al acabar el v¨ªdeo apareci¨® el aut¨¦ntico Santiago Segura, el de carne: el teatro se vino abajo. "Estamos aqu¨ª por la pasta; la gente est¨¢ tan contenta, claro, porque pagan y dan buenos premios en met¨¢lico", fue una de las primeras frases de un Segura que demuestra que es capaz de improvisar ante cualquier situaci¨®n provocando las carcajadas. Cerrar¨ªa la gala con un "los que hayan perdido que se jodan porque est¨¢ bien joderse de vez en cuando para alegrarse m¨¢s cuando te dan la pasta". El cineasta mostr¨® sus armas inagotables: un rostro sin l¨ªmites, eterna adolescencia, capacidad de caer simp¨¢tico, imagen estrafalaria, sentido del humor, voluntad de re¨ªrse tanto de su personaje como de la Macarena si se le pone por delante y un discurso pre?ado de gags basados en la pasta, el sexo, el f¨ªsico y la puesta en evidencia de cualquier situaci¨®n estereotipada. El ¨ªdolo Segura empez¨® dejando en rid¨ªculo a la primera premiada: la malague?a Leonor Jim¨¦nez con su v¨ªdeo de animaci¨®n Nacuti, el se?or de los bosques, aprovech¨® la recogida de su galard¨®n (250.000 pesetas) para lanzar una proclama ecologista: "Hace 20 a?os 2.000 millones de personas ve¨ªan la final del mundial de f¨²tbol, el mundo entero paralizado por 22 t¨ªos dando pataditas a un bal¨®n, ojal¨¢ s¨®lo mil millones seamos capaces de plantar un ¨¢rbol y mejorar nuestro planeta". Segura dio su apostilla: "Plantar ¨¢rboles est¨¢ de puta madre para poder hacer luego porter¨ªas de f¨²tbol y banderines de c¨®rner... Como cada intervenci¨®n aumente como la pasta que den, de aqu¨ª no salimos". El p¨²blico se orin¨® encima. Luego siguieron muchas. Segura no discrimina entre v¨ªctimas. Empezando por ¨¦l. Cada invitado era despedido con una ocurrencia de Segura. Cada ocurrencia con una carcajada. El momento crucial, el que pod¨ªa unir en el escenario a las dos verdaderas estrellas medi¨¢ticas de la noche, la alcaldesa, Celia Villalobos, y el autor de El brazo tonto de la ley entregando juntos el premio a Albaladejo y su equipo se frustr¨® porque una pandilla de personas contentas por el premio tomaron el escenario y sepultaron a los presentadores. Celia y Segura en un escenario d¨¢ndose la r¨¦plica s¨ª que hubiese valido pasta: no los hay m¨¢s sueltos y ocurrentes. Nadie con tanta audiencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.