"Ante el aborto, la conciencia debe tener la primac¨ªa"
La te¨®loga y feminista estadounidense Frances Kissling es presidenta de Catholics for a Free Choice (en Espa?a se llaman Cat¨®licas por el Derecho a Decidir, CDD). El llamamiento a la libertad de conciencia, a la alerta contra el creciente sector integrista de la Iglesia Cat¨®lica, y a favor de los derechos de las mujeres son algunas de las caracter¨ªstica de su discurso. Kissling particip¨® recientemente en Barcelona en un coloquio internacional sobre Mujeres y Fundamentalismos, en el que puso de manifiesto que Juan Pablo II ("un gran intelectual, pero del siglo V") es uno de los papas m¨¢s fundamentalistas.Pregunta. ?Est¨¢ el catolicismo entre las religiones con ideas integristas y discriminadoras contra las mujeres?
Respuesta. El fundamentalismo es una reacci¨®n contra la modernizaci¨®n del mundo. Se asienta sobre la idea de que sus valores universales est¨¢n siendo atacados y de que los textos sagrados deben ser interpretados de un modo ¨²nico, es el suyo propio. El catolicismo abriga muchas de estas caracter¨ªsticas fundamentalistas, as¨ª como otras tendencias liberadoras, dentro de las que me gusta trabajar.
P. ?C¨®mo se manifiesta el crecimiento del conservadurismo contra las mujeres dentro de la Iglesia cat¨®lica?
R. En las posturas del Papa, que es muy conservador en los temas de la mujer. Los actuales obispos y cardenales nombrados por ¨¦l van ampliando el ala m¨¢s conservadora. Por ejemplo, la Iglesia cat¨®lica sigue siendo la ¨²nica que no tiene sacerdotes mujeres, cuesti¨®n en la que Juan Pablo II se ha ido haciendo cada vez m¨¢s r¨ªgido y hostil a los grupos de mujeres que quieren serlo. Otro asunto revelador en ese sentido es que en los a?os sesenta y setenta ya nadie hablaba demasiado de la contracepci¨®n dentro de la Iglesia, mientras que ahora este tema se ha ido haciendo cada vez m¨¢s importante.
P. ?Ser¨ªa mejor la Iglesia si el 50% de los sacerdotes fueran mujeres?
R. Desde luego, e incluso con el 20% ya me conformar¨ªa, pues no es s¨®lo una cuesti¨®n de porcentajes. Cualquier organizaci¨®n que tenga a un s¨®lo sexo en el poder no puede hablar en nombre de la totalidad de sus miembros. Yo creo que incluso estar¨ªamos mucho mejor con una mujer papa.
P. Hay una especie de doble moral en el catolicismo respecto a la sexualidad y al control de la natalidad.
R. ?Evidentemente! La rigidez en cuanto a la planificaci¨®n familiar ha hecho que muchos cat¨®licos no tomen en serio nada de la Iglesia, porque si hablas con el sacerdote te dir¨¢: Haz lo que te dicte tu conciencia, pero no lo digas a nadie. Entonces, ?por qu¨¦ escuchar esa doble verdad y seguir manteniendo que no debemos mentir?
P. Usted asegura que las mujeres cat¨®licas tienen el derecho a decidir libremente sobre la sexualidad, incluso respecto al aborto. ?En qu¨¦ apoya, teol¨®gicamente, esa tesis?
R. Nuestra teolog¨ªa afirma la primac¨ªa de la propia conciencia, como cat¨®licas, incluso cuando ¨¦sta es contraria a ciertas recomendaciones de la Iglesia, siempre y cuando no se trate de cuestiones formalmente declaradas infalibles. Ni el aborto ni la prohibici¨®n de la contracepci¨®n pertenecen a ese grupo. La conciencia debe tener primac¨ªa. Los cat¨®licos tienen derecho a no estar de acuerdo con lo no declarado infalible y esto tambi¨¦n es cierto en los casos de aborto. Si una mujer ve que, moralmente, necesita llevar a cabo un aborto, puede hacerlo porque no va en contra de las ense?anzas de la iglesia. Por otro lado, Jesucristo nunca dijo nada sobre el aborto y ¨¦ste ha existido desde siempre. Si hubiera pensado que era un problema religioso, habr¨ªa dicho algo. ?Entonces, por qu¨¦ la iglesia polemiza sobre esto?
P. ?Tiene alguna lectura el Evangelio que permita argumentar la supeditaci¨®n del sexo femenino al masculino?
R. No. En realidad, Jesucristo dijo lo opuesto cuando, en su di¨¢logo con Marta y Mar¨ªa, prefiri¨® a la mujer capaz de escuchar y dialogar con ¨¦l, en lugar de a la que le serv¨ªa. Esa concepci¨®n sometida de las mujeres no tiene nada que ver con la Biblia sino con los puntos de vista personales de los jefes de la Iglesia, que son todos hombres.
P. ?C¨®mo caracteriza la prohibici¨®n de que los sacerdotes cat¨®licos puedan casarse?
R. Dejando aparte la cuesti¨®n de que la mayor¨ªa de ellos tienen relaciones sexuales, hay una especie de concepci¨®n mis¨®gina de la mujer, pues la Iglesia parece considerar que si los sacerdotes se casan recibir¨¢n malas influencias y disminuir¨¢ el poder masculino. De este modo, la ¨²nica relaci¨®n sana que los curas tienen con las mujeres es la que establecieron -y no siempre- con su madre, de forma que en adelante, para ellos, todo tendr¨¢ que ver con la cuesti¨®n maternal.
P. ?Qu¨¦ cosas cambiar¨ªan si los curas cat¨®licos pudieran casarse?
R. ?Oh, muchas! Algunas tan simples como ?cu¨¢nto durar¨ªa la prohibici¨®n de la contracepci¨®n si ellos mismos fundaran una familia con hijos? ?Entonces el control de la natalidad se convertir¨ªa en un sacramento!
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